Perseguidos abandonaron sus familias para refugiarse

Los perseguidos no saben cuándo retornarán a sus hogares. Tienen temor de lo que les pueda pasar a sus familias.

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Más allá de la férrea posición del Gobierno de hacer justicia a cualquier costo, las persecuciones han obligado a los dirigentes cívicos y políticos de la media luna a abandonar sus familias sin una idea clara de cuándo van a retornar.



• detenciones • Fueron aprehendidos el pasado viernes 28, acusados de agredir al ex Comandante Departamental de la Policía, Wilge Obleas.

El Nuevo Día

El pasado viernes 28, Jorge Brasil Vargas, David Julee y Julio César Zenteno fueron detenidos de forma irregular en Santa Cruz. El hermano mayor de Julee que prefiere mantenerse en el anonimato explicó que todo ocurrió de sorpresa cuando almorzaban con sus tíos.

“Patearon la puerta y tumbaron todo lo que había; les pedimos la orden de aprehensión y nos agarraron a manazos”, explicó el refugiado.

Si bien los efectivos lograron detener a su hermano de 17 años, el refugiado contó que aprovechó un descuido de los agentes para subirse a un árbol de manga y posteriormente escapar por los techos de los vecinos.

Contó que desde que escapó no volvió a su hogar y sus padres también duermen en otro lugar pero no se animó a indicar dónde porque tiene temor que alguno sea enviado a La Paz y no lo pueda volver a ver en mucho tiempo.

“Mi padre y mi madre sufren porque nadie sabe cómo está mi hermano, tal vez lo maltratan. No hizo nada y si el Gobierno quiere yo me entrego por él”, indicó.

Otros que también tuvieron que abandonar su hogar y su tierra natal son los hijos del periodista Jorge Melgar Quete, quien fue detenido el pasado 13 de octubre a las 4.30 de la madrugada por unos encapuchados y luego acusado por el Gobierno por sedición y asociación delictuosa.

Uno de los hijos hijos de Melgar, Ruddy, reveló que fue él quien grabó al ministro Quintana cuando eufórico adelantó el entierro y el infierno del prefecto suspendido Leopoldo Fernández.

“El único delito que cometió mi padre fue mostrar la otra cara de la moneda al pueblo y ahora el Gobierno está en una cacería contra sus hijos”, indicó.

Ruddy Melgar salió de Riberalta el día que aprehendieron a su padre con lo que traía puesto.

“Mi vida ha cambiado totalmente, es doloroso salir de su propia tierra como delincuente y dejar a mis dos hijos”, sentenció con un tono entrecortado.

Jorge Melgar hijo, quien al momento de la detención de su padre estaba en Santa Cruz, manifestó que se siente cansado con las persecuciones que realiza el Gobierno pero aseguró que en ningún momento claudicó y más bien está con las pilas cargadas para exigir la libertad y justicia de su padre.

Para Melgar los enfrentamientos se dieron no sólo porque los dirigentes campesinos llevaron a su gente hasta Filadelfia, sino también por funcionarios del Poder Ejecutivo.

La detención de Jorge Brasil Vargas motivó una manifestación de al menos un centenar de personas que expresaron su solidaridad con los familiares del joven.

Entre sollozos su madre, Angela Vaca, reclamó a las autoridades de gobierno porque no existe ningún motivo para la detención de su hijo.

“Él luchó por su pueblo desde sus 14 años pero nunca fue partícipe de la golpiza a los policías. No sabe nada de él», señaló.

El abuelo de esta familia humilde manifestó su impotencia ante lo sucedido y no ocultó su esperanza de que el Gobierno permita que Jorge Brasil se comunique con ellos por teléfono.

«Mis padres duermen en otro lugar pero no puedo decir dónde porque tengo miedo que les ocurra algo.

Hermano de David Julee»

El delito de mi padre fue mostrar la otra cara de la moneda y ahora el Gobierno quiere a sus hijos.

Ruddy Melgar