El uso del Poder

image DANTE N. PINO ARCHONDO

Evo Morales, desde las calles desafió a la dirigencia política y les echó en cara todos los actos de corrupción que se produjeron en sus gobiernos. Desde ese pulpito al que se subió mirando por encima del hombro, no era nada fácil destrozar sus argumentos. Se mofó de los narco – vínculos, de Huanchaca, de la chito – chatarra, de los parientes en la administración pública cobijados en su militancia política, de los sobornos, de las coimas y hasta de los sueldos que percibían los Ministros y Parlamentarios, comparándolos con el sueldo de los obreros, en fin toda una artillería que destrozaba las trincheras de los partidos que usufructuaron del Poder.

Y entonces levantaba la cabeza con orgullo, mostraba la punta del dedo índice y aseguraba que en su gobierno esas cosas se acabarían. A su alrededor, Santos Ramírez, Jorge Alvarado, Gustavo Torrico, Antonio Peredo, Luis Alberto Aguilar, Lino Villca, Manuel Morales Dávila, para nombrar la plana más cercana que tiene, estiraban sus brazos con los puños cerrados y vitoreaban la consigna.



Han transcurrido tres años desde que Evo Morales asumió el Gobierno. Y ha bastado este tiempo para que ese discurso contra la corrupción se disuelva como azúcar en el café.

Jorge Alvarado tuvo que renunciar a la Presidencia de YPFB por sospechas de negociado de petróleo refinado con la empresa Iberoamérica. Evo Morales, dijo que era un “compañero incorruptible”, pero igual aceptó su renuncia y lo designo Embajador en la República Bolivariana de Venezuela.

El 15 de agosto de 2006 Gustavo Torrico regresaba a su curul luego de haber renunciado al mismo para ser investigado por tráfico de influencias, se trató de una denuncia que hizo la diputada del MNR Marisol Abán contra Torrico para pagarle por su voto en la Cámara de Diputados, posteriormente al Fiscal que renunció a la investigación su cuate Cesar Navarro comunicó que Torrico podía regresar a su curul.

Manuel Morales Olivera hijo de Manuel Morales Dávila, operó como asesor en YPFB, negoció a espaldas del Presidente de esa institución Juan Carlos Ortiz nada menos que la renta petrolera a ser distribuida entre YPFB y las empresas capitalizadas. Morales Olivera les dejó a las petroleras con una renta mejorada en relación a los contratos de Sánchez de Lozada. Fue premiado con un viaje a las playas de Varadero en Cuba.

Luis Alberto Aguilar compositor de morenadas, actual Prefecto de Oruro, se trasladó a la Prefectura con todos sus enseres, para vivir en ella y así poder “trabajar más tiempo y estar cerca de su familia. En Oruro se puede sentir el olor a comida y ver las prendas de ropa colgando para secar en medio de los trajines burocráticos de los ciudadanos. Perdió las elecciones en el referéndum revocatorio y tiene serias acusaciones de nepotismo y corrupción.

Lino Villca senador del MAS complicado con la venta de puestos de trabajo en la Administración Pública, acto propio de rateritos que siguió la nefasta tradición que otros militantes que gobiernos anteriores practicaban.

Y por ultimo Santos Ramírez, uno de los hombres más cercanos a Evo Morales. Con serios indicios de estar involucrado en un acto de corrupción desde la Presidencia de YPFB, la muerte del señor Jorge O’connor estalló como granada en su rostro.

Todo este recuento para comprender que el uso del poder no está libre de la corrupción, aunque los que lo detentan se sientan inmunes a ella. Lo cierto es que más allá de las buenas intenciones, la realidad se muestra terca y despiadada.

Evo Morales ya no puede erguirse orgulloso y mostrar las manos limpias, ya se las embarraron a los pocos meses de haber asumido la Presidencia, pero no supo cumplir con su palabra. Ha encubierto a todos los corruptos de su gobierno. A ninguno se le envió a la cárcel, pero a sus enemigos políticos los ha hecho detener sin un indicio de la acusación que fueron objeto.