Un país polarizado

image Editorial El Diario

El resultado del referéndum del pasado domingo muestra que por culpa de los políticos Bolivia está polarizada, lo que es un peligro para la convivencia pacífica, porque existen dos bandos identificados, uno que apoya al gobierno del presidente Evo Morales Aima y otro que está en desacuerdo. Si bien según las cifras iniciales la propuesta oficialista obtuvo el triunfo, es importante reconocer que el Departamento de La Paz aporta con el 33 por ciento de la votación a nivel nacional, es decir que es el mayor caudal electoral que ha logrado el Gobierno, además de ganar en otros tres departamentos y haber en uno un empate técnico con un leve incremento a favor de la oposición, perdiendo el oficialismo en los cuatro departamentos restantes.

No se puede dejar de mencionar que existen indicios de fraude para favorecer la posición oficialista, a lo que se tiene que adicionar varias irregularidades cometidas desde la Corte Nacional Electoral, como permitir el uso de tinta no endeleble, la duplicidad de números de carnet de identidad, depuración de personas cuyos nombres aparecían en el sistema informático, etc. Pero lo más grave es que en muchos asientos electorales se procedió al voto comunitario, por consigna, imponiéndose al voto conciencial. En cuanto a los veedores, como su misión era ver el comportamiento y participación de los electores y que el plebiscito se desarrolle con normalidad, no tomaron en cuenta las anormalidades cometidas sobre todo por gente del oficialismo.



Fue destacable el espíritu democrático del boliviano, que participó en mayor cantidad en comparación a las anteriores consultas populares, pero no se puede omitir las denuncias de irregularidades que hacen pensar en un fraude electoral. Además militantes y dirigentes del Movimiento Al Socialismo se dedicaron a controlar la consulta y obligar a sus oponentes a salir de lugares donde se procedía a la votación, con apoyo de policías y militares. El personal de la Corte Electoral en lugar de orientar a todos los ciudadanos que confrontaban problemas, los confundían con informaciones incompletas o los derivaban a otras oficinas de ese organismo.

También al voto inducido apeló el partido de Gobierno en comunidades campesinas, es decir que se marcaba las papeletas o se obligaba a votar por lo que la mayoría de los comunarios pensaba, sin respetar el derecho a disentir que tiene cada ciudadano. Para permitir esos abusos no se permitió la presencia de delegados de la oposición en todas las mesas electorales. Esta anormalidad se la vio antes en el referendo revocatorio de mandato, donde el entonces Prefecto de La Paz no consiguió ni los votos de los delegados de la agrupación ciudadana que lo apoyaba. Se sabe que un conscripto inducía al voto, lo mismo que cuatro comunarios fueron sorprendidos, en una mesa electoral, marcando los votos de los electores a favor de la posición del MAS.

El resultado del referendo tiene que ser motivo de reflexión de gobernantes, dirigentes políticos y ciudadanía, porque se observa una polarización entre las áreas rurales y las urbanas, también entre los que viven en el oriente con los del occidente. La victoria electoral es producto del voto del área rural, en tanto en las capitales de departamento y las principales ciudades, con excepción de La Paz, El Alto, Oruro y Potosí, la población mostró su disconformidad con lo que propone el oficialismo. Asimismo se tiene que considerar que en los departamentos de Beni, Pando, Santa Cruz y Tarija el voto fue contrario al Gobierno, en Chuquisaca existe un empate técnico con un una diferencia del uno por ciento a favor de la oposición. Los que apoyaron la consigna gubernamental fueron La Paz, Oruro, Potosí y Cochabamba, lo que polariza el voto y eso es peligroso si no se busca una concertación en base a los resultados obtenidos por los opositores.

No se debería asumir una posición triunfalista, porque se observa un país más dividido, existiendo un 40 por ciento de ciudadanos que no están de acuerdo con la forma de gobernar de Evo Morales ni con la Constitución masista. Por ello los gobernantes deben observar que una oposición a su régimen está creciendo y será mucho mayor en los próximos meses, por la crisis que afecta al país.

Muy sintomático es el resultado logrado en Pando, departamento en el que el Gobierno puso mucho interés para tenerlo bajo su control. De nada sirvieron el enfrentamiento que planificó y ejecutó el Ministro de la Presidencia, la destitución por la fuerza del Prefecto legalmente elegido, el desplazamiento de militares y policías, la investigación de los sucesos de septiembre pasado por parte de una comisión de Unasur y otras acciones antidemocráticas, porque el pueblo pandino votó contra la injusticia y la imposición del Ejecutivo. Esta es una lección que ojalá asimile el Gobierno, porque un 70 por ciento de los pandinos votó contra el Ejecutivo y su Constitución.