Cochabamba rechazó corredor marítimo

mauricio_aira Mauricio Aira – Bolivia Info

Sucedió en 1975 cuando Banzer y Pinochet apuraban una solución al episodio histórico denominado “abrazo de Charaña”. Un equipo multidisciplinario preparaba respuesta a la propuesta chilena contenida en 14 puntos. Se daba por hecho que Banzer pondría su firma en el nuevo tratado entre dos ilegítimos con cargo de ratificación cuando se pusiera en marcha el aparato democrático en cada uno de sus países. “A usted le van a colgar, a mí me harán un monumento” había sentenciado el segundo cuando encontró por primera vez informalmente al primero en Rio de Janeiro y bocetaron el esquema del proyectado acuerdo.

Chile cedería un corredor en la frontera actual con Perú de 10 kilómetros de ancho desde Bolivia hasta el Pacífico donde Banzer construiría terminales férrea y de transporte auto motorizado, aeropuerto y un muelle desde donde embarcar la exportación boliviana y recibir la importación. Pinochet había asegurado que le pondría el hombro a su colega dictador para levantar la infraestructura mínima indispensable, el resto debía agenciarlo con organismos de crédito internacional.



Todo estaba a punto, no en vano el Plenipotenciario banzerista Guillermo Gutiérrez Vea Murguía había declarado a los periodistas mostrando su maletín diplomático ante las cámaras “aquí traigo el mar para Bolivia”. Reinaba el frenesí, el Jefe de Estado se había dado tiempo y explicaba el contenido de la propuesta mapochina en reuniones con las guarniciones militares. Oficiales del estado mayor le sugirieron “General, haga participar también a los civiles patriotas de la generosa oferta” Dicho y hecho, Banzer convocó a 100 notables de Cochabamba encabezados por Gaby de la Reza, del Comité Pro Mar, de la Junta de la Comunidad e intelectuales y periodistas involucrados, bajo la coordinación de un cochabambino neto, activo, patriota, bien relacionado que entonces era ministro de Salud Pública Jorge Rojas Tardío. Vamos a la Cancillería a conocer la propuesta.

Temprano y transportados en tres aviones estuvimos en el hall principal de RREE a escuchar el contenido de los 14 puntos. Se sucedieron los expositores, diapositivas de por medio explicando la propuesta. Bolivia debería compensar la extensión del corredor con igual número de kilómetros cuadrados en territorio potosino colindante con Chile. El punto IV decía textualmente. “Bolivia debe renunciar solemne y definitivamente a cualquier otra reivindicación relativa a nuevas compensaciones de parte de Chile”. Saltó a la vista que al menos éste punto resultaba inaceptable. El cronista que formaba parte de la delegación de Cochabamba como miembro activo del Comité Pro Mar, tomó la palabra cuando el expositor lo permitió: “Ese punto cuarto, resulta muy difícil si acaso no imposible. Hemos sido formados en la escuela de la reivindicación y jamás estaremos de acuerdo en renunciar a ello”. Se sucedió una salteñada y de nuevo las explicaciones. Finalmente antes de tomar el avión de regreso, el Presidente quiso mostrarse gentil con “estos cochabambinos que no están contentos con nada” e invitó a un almuerzo en el Automóvil Club de Obrajes. Allí nos dirigimos.

Protocolo, sonrisas y mutuas felicitaciones prologaron el ágape. Llegó la hora de los postres y el cronista coincidió con Hugo Bilbao La Vieja, presidente de la Junta de la Comunidad y asimismo miembro del Comité Pro Mar. “Pídele al General que me permita unas palabras”. “General Banzer. Sus invitados que somos nosotros quisiéramos agradacer su hospitalidad”. “No hace falta – respondió – había pensado que termine esto sin discursos” – “Es que la cochabambinidad desea expresarse” No tuvo otra salida que admitir. De regreso a mi asiento pedí la venia de los asistentes y anuncié al Dr. Bilbao. “Oídas las propuesta de Chile en sendas explicaciones de los funcionarios de la Cancillería, deseo dejar establecido que el pueblo cochabambino no está dispuesto a aceptar las condiciones explayadas por la cancillería mapochina…” aquello fue un caos, la mayoría aplaudió la posición expresada por el dirigente cívico, otros reprocharon al cronista y al propio Bilbao “la falta de cortesía, la ausencia de una consulta entre nosotros y la premura” de las declaraciones cívicas.

Recuerdo bien. De salida de los comedores tres personajes: El Dr. Márquez a la sazón, Alcalde de Cochabamba, el lic. Hugo Galindo de los empresarios privados y José Maldonado de Radio Cultura me llamaron la atención, “Bilbao no tenía autorización alguna para hablar en nombre nuestro”, “usted se apuró demasiado ante nuestro Presidente”, fueron los reproches, lo cierto es que Cochabamba le había dicho NO al General Banzer. Ha poco el gobierno de Lima vía diplomática comunicó a sus similares de La Paz y Santiago que le resultaba simplemente inadecuado la propuesta de un corredor hacia el mar de Chile a Bolivia pasando por territorio peruano sobre el que existen sobradas y bien fundamentadas razones de pertenencia legítima e indiscutible. Así de golpe y porrazo se desmoronó el intento chileno de saldar una insoslayable deuda con Bolivia. Parecido desenlace le espera a Evo Morales cuando da por bien hechas similares propuestas de funcionarios de La Moneda, que no son otra cosa que acciones distractivas y para emborrachar la perdiz de los bobalicones de la Plaza Murillo.