Las revelaciones

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El caso de los tres extranjeros asesinados se pone cada vez más candente a medida que supuestamente salen detalles que hacen a los posibles implicados e implicaciones y que nos dejan entrever el tremendo culebrón político que flota junto al cadáver de la democracia.

De parte del gobierno siguen las amenazas, cada día se hacen más alusiones y se amplía el espectro de los sospechosos en el misterio de la oscuridad de las investigaciones que dicen estarse realizando, pero que supuestamente se mantienen ocultas para guardar reserva.



Más allá del dolor que deja la muerte de cualquier ser humano y que en el presente caso suelta el halo de venir cargada de persecuciones con la intención de agarrar a Santa Cruz de la cola, están los datos que deja la realidad, declaraciones de un lado y de otro, señales y síntomas que no se pueden dejar de tomar en cuenta.

Todo es especulación y señales que no podemos perder de vista, porque de investigación no hay nada que no sea la inmensa nebulosa que sigue flotando como una nube que intenta asfixiar la verdad que se esconde.

Veamos mejor las revelaciones: Tenemos la declaración del presidente Morales que planteó que los diplomáticos de Croacia, Irlanda y Hungría “no tienen ninguna autoridad para pedir (informes)”. Algo que no se puede entender de parte del primer magistrado del país quien agregó a esta declaración “Soy capaz de procesarlos a ellos pero no soy jurista”.

El mandatario boliviano no parece entender que todos los seres humanos tienen derecho a una investigación justa y que los países cumplen con su derecho y responsabilidad gubernamental de investigar sobre la vida y los cargos que se levantan sobre sus ciudadanos. El mandatario lo que ha hecho con esta declaración es volvernos a mostrar su naturaleza nada democrática, su posición que raya no sólo con la falta de sensibilidad sino con una total ausencia de concepto de justicia y principios de respeto a los derechos humanos.

El presidente de Bolivia nos está queriendo señalar que sólo su vida es digna de cuidarse y que todos deben prestar atención a los alaridos que vive dando para llamar la atención sobre supuestos planes de asesinarlo, y que a esto tiene que prestársele oídos a simple sospecha o denuncia de su parte, pero que los personeros de Croacia, Hungría e Irlanda no tienen derecho a investigar que pasó realmente con sus ciudadanos.

Otra revelación es el video del húngaro-boliviano Eduardo Rozsa Flores, de quien se dice haber dejado esta entrevista para que se publique en caso de que su vida corriera alguna adversidad. En la entrevista grabada en el 2008 Rozsa expresa: "He sido llamado para organizar la defensa de la ciudad y de la provincia de Santa Cruz", "No me estoy yendo a la jungla boliviana para jugar al Che Guevara".

"Hay un contexto legal" en la misión, aseguraba Rozsa en la entrevista. "No voy allá para atacar La Paz, ni para ayudar a la organización de un ataque contra la capital o para derrocar al presidente…. Debe organizarse la defensa, la resistencia".

Otra de las revelaciones, publicada por el periodo oficialista “El Cambio”, fue una foto que el propio ministro de Gobierno Alfredo Rada mostró en un programa televisivo donde según el ministro aparece Mauricio Iturri con varios jóvenes vestidos de camuflado y con armas pretendiendo mostrar con esto que en Santa Cruz se entrenaban grupos de ciudadanos para un posible enfrentamiento. Con esta foto el ministro pedía al prefecto Rubén Costa que combata a los “terroristas, radicales”, un mensaje permanente de parte del gobierno a la prefectura cruceña.

La última revelación es una foto de Rozsa en un hotel, en la fotografía aparece recostado y cubierto sólo con una toalla y rodeado de una ametralladora Usi y un AK 47, y esto si que es la cherry en la torta porque con esto el gobierno pretende justificar el asesinato de “Chico”, pues la foto quiere decir que Rozsa dormía rodeado de armas, listo para responder con balas al primer ruido.

Esta foto si que es una tremenda revelación, porque es el más burdo y oligofrénico montaje que se puede hacer para tratar de justificar un ajusticiamiento.