Una lección de Platiní y sus muchachos

image Tuffí Aré Vázquez ®®  Periodista – Fuente: El Deber

¿Quién dijo que el boliviano no tiene autoestima? Platiní Sánchez y los gladiadores verdes que humillaron ayer al gigante albiceleste le han mostrado a un país incrédulo que se puede hacer historia cuando se quiere.



Es cuestión de fe, aquel atributo que faltó frente a Colombia el sábado y que sobró en la inolvidable tarde de este nuevo abril frente a la selección de Maradona. Fue media docena, pero pudieron ser diez o más goles. Lo admite el propio periodismo argentino.

Hay lecciones que nos deja la histórica goleada de la verde a la constelación de estrellas argentinas. Y no sólo para el fútbol, sino para todo lo que hacemos los bolivianos cada día.

Platiní y sus muchachos nos han enseñado con la magia del fútbol el camino para hacernos fuertes en la adversidad y quebrar nuestro viejo complejo de inferioridad. Bolivia llegaba a este partido silbada, devaluada y hasta despreciada por sus propios hinchas. Es que así somos con frecuencia muchos bolivianos: crueles a la hora de hacer leña del árbol caído. ¿Se imaginan qué sintieron Sánchez y sus muchachos cuando sus propios compatriotas decían que entrarían al Siles sólo para ver a Maradona y sus galácticos? Es que parece que disfrutamos cuando nos refregamos nuestras propias desgracias de país.

Varios hicimos mucho esta vez para derrotar a la selección antes de que entrara a la cancha. Sobró en los días previos al partido el pesimismo por lo que podían lograr los nuestros y hubo abundante admiración por los que llegaban a visitarnos. Pero tuvo  que ser un sabio del fútbol, alguien de afuera, pero que conoce muy bien por dentro a los bolivianos, quien envió un solitario aliento. Desde la distancia, Xabier Azkargorta había sentenciado en vísperas del partido: “Yo creo que este miércoles Bolivia no tiene porqué jugar con complejos ante Argentina en La Paz. Así se logran las cosas”. Precisamente, es el convencimiento lo que explica en parte la increíble paliza a Argentina. El fútbol es una mezcla de emoción y de capacidad. El talento no alcanza si no se persiguen las metas con pasión. 

La verde tuvo una semana de emociones encontradas. Y esa mezcla de emociones, como la bronca y la motivación, se descargó en el Siles frente a una de las selecciones más temidas del planeta. Bolivia saltó a la cancha como un león herido y se devoró a su poderoso rival. 

Hoy todos festejamos y somos más bolivianos que nunca gracias a la selección. Pero más allá del análisis futbolístico aprendamos la lección de ayer: Hay capacidad. Sólo falta confiar y atrevernos a ser un país de vencedores.