Hay un testigo dispuesto a identificar a culpables de la muerte de Urresti

El proceso sigue abierto pero los fiscales ponen excusas y no investigan. Desde hace 4 semanas, la comisión de fiscales que debe investigar el caso, no hizo ni una sola actuación más.

Testigo del crimen de Urresti fue obligado a declarar en Inteligencia

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Cocaleros, campesinos y afines al MAS tomaron por varios días la ciudad de Cochabamba, incendiando edificios públicos. Ocurrió en enero de 2007. (fotos agp.org)

Periódico Opinión

Darynka Sánchez A.

Las intenciones de cerrar el caso, por falta de presuntos autores, fueron frenadas luego de que OPINIÓN revelara que existen testigos potenciales a los que la Fiscalía nunca tomó declaraciones oficiales ni convocó a participar de desfiles identificativos ni confrontaciones fotográficas. Sin embargo, desde hace 4 semanas, la comisión de fiscales que debe investigar el caso, no hizo ni una sola actuación más.

El testigo de la Iglesia Metodista que observó el crimen de Christian Urresti a pocos metros de distancia, está dispuesto a llegar a Cochabamba para reconocer en un desfile identificativo a uno de los presuntos agresores del adolescente, en cuanto sea convocado por la Fiscalía.

Visitó este diario para ver algunas fotografías y filmaciones grabadas el 11 de enero de 2007, en la esquina de la calle Mayor Rocha y Baptista y sus alrededores.

Ahora, él vive en una ciudad del oriente boliviano, y aunque pidió garantías para su familia, dijo que su ausencia de Cochabamba no es obstáculo para que él pueda colaborar con la investigación.

El testigo, que por protección es identificado con el seudónimo de Roberto, ratificó ante OPINIÓN todo lo que dijo antes a la madre de Urresti, en relación al accionar de un hombre vestido con una gorra, camisa y un bate de béisbol de aluminio, que fue identificado como el mayor agresor del adolescente, pero no el único.

Roberto le confió al fiscal Mauricio Julio que el agresor, al que vio golpear a Christian con un bate de béisbol, era demasiado parecido al policía que lo fue a buscar tres días después del 11 de enero a su oficina, para llevarlo a Inteligencia, no invitado, sino obligado con una amenaza verbal.

Sin embargo, Roberto aclaró que sólo podría tener la certeza absoluta de la identidad del presunto golpeador, en un desfile identificativo donde los sospechosos se presenten en fila, vestidos como él recuerda al agresor aquel 11 de enero, un procedimiento que debió realizarse hace dos años ya, pero que inexplicablemente los investigadores jamás plantearon.

Reconoció en fotografías a Wagner Rivero, el camarógrafo de la Federación del Trópico que estaba ese día con los campesinos, pero acotó que él no estaba solo sino que un hombre mayor lo acompañaba todo el tiempo. Recordó que el camarógrafo de un canal lo grabó a él cuando ayudaba a un anciano en la avenida Ayacucho y Mayor Rocha, que estaba siendo agredido brutalmente con unos palos con clavos y al que lograron desprenderle el cuero cabelludo.

OPINIÓN (O).- Usted estuvo ese jueves 11 de enero en varios puntos de la calle Mayor Rocha. ¿Qué recuerda?

Roberto (R).- Me acuerdo del hombre que estaban golpeando en la avenida Ayacucho y Mayor Rocha, pensé que se había muerto porque los palos con que lo golpeaban tenían clavos y se ensartaban en su cabeza, su cuero cabelludo se desprendió. Me metí ahí y les grité porque eran pocos. Salvé a ese hombre, porque aunque estaba muy mal y estuvo en coma un mes en una clínica, ahora está bien, trabaja en una universidad. Incluso hay un vídeo de esa golpiza y del mismo robo porque le sacaron su billetera, sus zapatos. Yo vi a un camarógrafo filmando y después las pasaron esas imágenes en un canal, ahí estoy yo ayudándole y alejando a los agresores y ladrones. Ese vídeo es tremendo y un canal de televisión lo tiene, eso ocurrió en la esquina de la Mayor Rocha y Ayacucho, poco antes de lo de Christian. Ese crimen yo lo vi desde el patio de mi oficina, en la Mayor Rocha y Baptista, pero eran muchos y aunque yo les gritaba, era imposible pararlos.

O.- ¿Usted le dijo a la madre de Christian Urresti que uno de los que más golpeaba a su hijo le llamó la atención porque no era un campesino, sino un hombre más alto, que estaba vestido con una gorra deportiva, una camisa, una mochila y que tenía un bate de aluminio en las manos?

R.- Sí, se lo dije, también lo afirmé en mi declaración a la Policía.

O.- ¿Usted declaró ante el fiscal Mauricio Julio que el hombre del bate era un policía?

R.- Textualmente, sí se lo dije. Lamentablemente no hay seguridad para nada y fue así desde el principio. La abogada de la señora Blanca, de hace dos años, me prometió a mi protección, pero primero me llevaron a Inteligencia, luego me llevaron a la Policía y tres o cuatro meses después a la Fiscalía para declarar, pero no hicieron nada. Sólo me pidieron todos mis datos, saben todo de mí, pero no pasa nada con el caso.

O.- El que lo hayan llevado a Inteligencia dos días después del crimen es ilegal. ¿Recuerda por qué lo llevaron allí?

R.- Yo estaba en mi oficina, vi a un hombre de civil con una gorrita, que estaba indeciso en la puerta, no sabía si entrar o no, pero entró a preguntarme si había visto el asesinato del joven Urresti. Yo le dije que sí, que lo había visto e incluso se lo dije en su cara “y creo que fuiste tú, porque es idéntico a ti”.

O.- ¿Cómo reaccionó él?

R.- Me dijo que no, que yo me equivocaba porque él era un capitán de Policía, me dijo que se llamaba Edwin. Yo no quise insistir, le dije que me disculpe, que quizás los momentos de tensión nerviosa que viví me hacían confundirlo, pero que la verdad él era demasiado parecido al agresor del bate.

O.- ¿Y por qué fue usted fue a declarar a Inteligencia?

R.- Porque él me dijo que tenía que ir a declarar sí o sí, que eran órdenes del Gobierno y que mejor iba a las buenas o de todas formas me iban a llevar. Entonces mejor era ir de buenas, por eso lo acompañé y me llevó al edificio de Identificaciones, al último piso que yo no sabía que era Inteligencia. Ahí conté lo que sabía, lo que vi. Pero cuando estábamos entrando al edificio, nos encontramos que de ahí salían dos tenientes o subtenientes, unos chocos, que estuvieron frente a mi oficina el 11 de enero, uno de ellos me preguntó ese día por el asesino y le dije que seguía ahí entre los mirones del cadáver, que era el del bate. Yo le dije textualmente al capitán “Sí tú dices que no fuiste tú, y el asesino es tan idéntico a ti, pregúntale a ese teniente porque él sí sabe quién es. Ese día yo le dije quién era y en vez de detenerlo, le dijo algo en su oreja y el del bate se fue de la escena del crimen”. El capitán fue y le habló al teniente, volvió y me dijo “Sí, dice que sabe”, pero porqué no los detuvo, no lo sé, me imagino que tendrán sus razones. Todo eso yo le conté al fiscal y me dijo que los iba a llamar a declarar.

O.- En estos dos años, ¿los fiscales le propusieron hacer desfiles identificativos o careos con los tenientes o el capitán para que los reconozca o sostenga su versión?

R.- No, ni sabía que había esos procedimientos.

O.- ¿Usted les entregó el celular con el que filmó las agresiones a Urresti?

R.- Lo que filmé con mi celular fue cuando apalearon a los médicos y al abogado que intentaron llevarlo al joven Urresti. Incluso hay una fotografía en la Fiscalía, que fue tomada por algún vecino, en la que yo me reconocí, estoy detrás de la malla de mi oficina, filmando con mi celular, vestido con una camisa celeste y blanca de manga larga a cuadros, de jeans y botas. Hicieron un zoom de la fotografía y me reconocieron, esa es la prueba de que filmé ese momento, cuando los golpearon a los médicos y el abogado, yo grité detrás de la malla, los campesinos querían entrarse al edificio Concordia por el garaje y el sereno logró empujarlos y cerrar. Volví a gritar bien fuerte y los soltaron a los profesionales, les abrí la puerta de mi garaje para refugiarlos.

O.- Pero si se realiza un simple cotejo de su testimonio con los de los médicos y el abogado, se deduce que quienes golpearon a los profesionales, remataron a Urresti, pues el abogado y un médico cuentan que mientras los apaleaban advirtieron que el muchacho que les obligaron a soltar se iba a morir si no lo llevaban al hospital y dos de los agresores corrieron hasta el suelo donde estaba el cuerpo todavía con vida de Christian, para rematarlo. Eso significa que la filmación que usted hizo muestra los rostros de los probables asesinos…

R.- No lo sé, yo no me percaté hasta después que el cuerpo de Urresti estaba en el piso muerto. Yo filmé a los que agredían a los médicos y abogado, entregué esa filmación a los de Inteligencia. Les dejé mi celular para que sacaran la filmación y me lo devolvieron después. Ellos tienen esa filmación y me dijeron que era una buena grabación. Qué hicieron con ella, no sé.