Bolivia tiene 10 vetas de uranio en dos regiones

Prefectura potosina busca uranio en la mina Cotaje. El mineral causó en mayo una polémica con Israel. La primera producción en Bolivia se remonta a 1974. La mina necesitaba 308 mil dólares. Hay más de dos millones de toneladas en el mundo.

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Informe Especial LA RAZÓN



Estudios. Ya en 1953, la Comisión de Energía Atómica de EEUU realizó una investigación sobre “anomalías radiactivas”.

Planes. La Prefectura de Potosí explora la presencia del uranio en la mina Cotaje, parcialmente explotada en la década de los 70.

Historia. En 1974, un grupo de ingenieros produjo la primera muestra de dos kilos del mineral extraídos de la mina Cotaje.

Mundo. Más de 14 países son productores. La reserva total en el globo es de 2.543.430 toneladas.

El 19 de diciembre de 1974, el presidente Hugo Banzer Suárez recibió un obsequio singular. Ese día, un grupo de ingenieros jóvenes le llevó una muestra de dos kilos de yellow cake (torta amarilla) de uranio, extraída y procesada en la mina Cotaje, de la provincia Antonio Quijarro de Potosí.

Los profesionales, pertenecientes a la extinta Comisión Boliviana de Energía Nuclear (Coboen), presentaron el mineral ante una decena de espectadores en el Salón Rojo del Palacio Quemado.

El Primer Mandatario se mostró complacido por el logro de los bolivianos que explotaron esa mina potosina hasta la década de los 80, extrayendo al menos 50 kilos de uranio, recuerda el ingeniero Willy Vargas Enríquez.

La mina Cotaje es uno de los 10 reservorios de uranio, conocidos técnicamente como“anomalías radiactivas”, en el país.

Esta decena de yacimientos se encuentra en el altiplano y en el oriente, explica el ingeniero geólogo y ex ministro de Minería y Metalurgia Dionisio Garzón (2005-2006).

Ambas regiones han sido también identificadas como poseedoras de reservorios por investigaciones preliminares realizadas por la empresa J.V. Megauranium-Intrepid Mining Bolivia (ver infografía). Garzón aclara que se desconocen los resultados.

Según el especialista, en Potosí el uranio se encuentra en Cotaje, Thola Palca (provincia Sud Chichas), Torkho (Daniel Campos), Mina Amistad (Nor Chichas), Huancarani (Linares) y Los Diques (Tomás Frías)”.

El sitio más rico es el cerro Cotaje, que tiene 35.000 toneladas de mineral con contenidos promedio entre 0,069 y 0,078 por ciento de U3O8 (uranio). Sin embargo, sigue siendo “una cantidad todavía muy pequeña y de baja ley para pensar en usos industriales”, explica Garzón.

Potosí, revela un estudio realizado en 1953 por la Comisión de Energía Atómica de Estados Unidos, tendría además “una interesante mineralización” de uranio asociado con cobalto en Chullchucani, al noroeste de Potosí.

El oriente boliviano también esconde un yacimiento que aún no ha sido explorado. Garzón comenta que “un área menos estudiada es una unidad conocida como Escudo Pre-Cámbrico, específicamente en San Ignacio de Velasco, donde se conocen anomalías radiactivas”.

El estudio de la Comisión de Energía Atómica señala, además, que en Santa Cruz se encuentra uranio en Taparí y Concepción (ambas en la provincia San Ignacio de Velasco).

“El oriente de Bolivia, parece mostrar la más grande posibilidad para la producción de uranio”, se lee en el informe del organismo atómico estadounidense.

El documento señala que la zona está “inexplorada” y que existen pegmatitas (rocas pequeñas) que no han sido estudiadas o exploradas. “Sin embargo, el uranio está abigarrado (mezclado) en este tipo de ocurrencia”.

La existencia y explotación de uranio en Bolivia saltaron a la palestra el 25 de mayo de este año, cuando Israel acusó al país de proveer a Irán con este mineral. Esto fue desmentido por las autoridades nacionales.

Es más, a fines de marzo de este año, el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el egipcio Mohamed El Baradei, llegó a La Paz a entrevistarse con el presidente Evo Morales y acordó cooperar con fines pacíficos en la explotación.

Luego de la reunión, El Baradei declaró que “existen varios proyectos de desarrollo nuclear en Bolivia” y entre ellos estaba el “explorar minas de uranio”, un metal que, según el ex ministro de Minería Jorge Espinoza Morales (de febrero a junio del 2005), puede servir como un potente combustible.

“Una tonelada contiene el equivalente de energía de 3,2 millones de toneladas de petróleo”.

Para conocer un informe oficial, La Razón pidió hablar con el ministro de Minería y Metalurgia, Luis Alberto Echazú, no obstante, desde su oficina de Comunicación se informó que la autoridad no hablaría al respecto.

En todo caso, se supo que en mayo, la Prefectura de Potosí anunció que está interesada en redescubrir el metal en la mina Cotaje.

En Santa Cruz, tampoco se quedan atrás. El subprefecto y presidente del Consejo de Participación Popular de la provincia José Miguel de Velasco, Aurelio Vaca, dijo el jueves pasado que se había aprobado el estudio para la explotación en el cerro Manomó, en San Ignacio de Velasco.

INSTITUCIONES

Coboen • Desde 1974, la Comisión Boliviana de Energía Nuclear (Coboen) estudió la presencia de uranio. Hasta su disolución, en 1983, logró la producción de más de 50 kilos del mineral. El centro logró la instalación de una planta piloto en el cerro Cotaje.

IBCT • El Instituto de Tecnología Nuclear (IBCTN) fue creado tras la disolución del Coboen. Según uno de sus miembros, actualmente sus trabajos principales están basados en agronomía y química, y ya no en la minería ni en el uranio.

Sergeotecmin • El Servicio Nacional de Geología y Técnico de Minas realiza principalmente estudios geológicos mineros. Su biblioteca guarda los escritos sobre las experiencias realizadas con el uranio.

Prefectura potosina busca uranio en la mina Cotaje

PROYECTO • El estudio tendría sus conclusiones en un año y medio.

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EN UNA REUNIÓN • El Prefecto potosino habla durante un encuentro que sostuvo en el Palacio Quemado. Fue el 2008.

La Prefectura de Potosí impulsa un proyecto para explorar el cerro Cotaje, en la provincia Antonio Quijarro, en búsqueda de uranio y considera que en un año y medio tendrá los primeros resultados. El yacimiento ya fue explotado en 1974.

Una alta fuente de la Prefectura potosina, que pidió mantener su nombre en reserva, informó de que el proyecto tiene un costo de 2.093.276 bolivianos.

“Se está llevando a cabo el trabajo de prospección y exploración en el distrito Cotaje, pero debo manifestar que la Prefectura de Potosí no está tomando el uranio como tal, sino todos los demás recursos minerales”, puntualizó la fuente prefectural.

En mayo de este año, el prefecto de ese departamento, Mario Virreira, destacó la posibilidad de realizar trabajos en el cerro, que poseería unas 35 mil toneladas del metal.

“Ahora que van a hacer la exploración vamos a saber cuánto tenemos de esos yacimientos que permiten también fortalecer a nuestro país. Si tenemos uranio, bienvenido. Yo digo porque eso también tiene valor a nivel nacional”, manifestó Virreira, durante un acto efectuado en el distrito de Cotaje y al cual asistieron decenas de mineros, según un reporte de la agencia Reuters.

La explotación en ese cerro potosino se remonta a 1974, cuando ingenieros de la entonces Comisión Boliviana de Energía Nuclear (Coboen) empezaron a trabajar ahí. Hasta 1983 obtuvieron entre 50 y 60 kilos del mineral. Si hubiese habido inversión podrían haber explotado cuatro mil kilos al año.

En 1983, la Coboen fue desintegrada, la planta piloto quedó abandonada y la mina de uranio en el cerro potosino fue cerrada porque una supuesta baja en los precios del metal habría parado la intención de comercializarlo en el exterior.

Las muestras logradas fueron entonces llevadas a Oruro. El viernes 5 de este mes, pobladores de la localidad orureña de Sevaruyo se disputaron la propiedad del cerro con pobladores potosinos, según los medios locales.

Para los mineros potosinos, el yacimiento —que además cuenta con piedras calizas—se encuentra en el distrito de Coroma, de la provincia Antonio Quijarro, mientras que para los trabajadores orureños el cerro está en la localidad de Sevaruyo, de la provincia Abaroa.

El prefecto en ejercicio de Oruro, Tomás López, señaló que exigirá a Potosí el cumplimiento del acuerdo que manda a no utilizar territorios en conflicto interdepartamental.

DATOS

Institución • La Caboen fue creada en la década de los 70 con el propósito de llevar adelante una “política nacional” de minerales radiactivos, dada la importancia creciente de estas materias en la economía mundial, según la página web Hidrocarburos Bolivia.

Muestras • Las muestras de uranio (de 50 a 60 kilogramos) fueron enviadas al instituto de Investigaciones Minero-Metalúrgicas de Oruro en los años 80, de acuerdo a Vargas. La entidad habría sido desintegrada y actualmente se desconoce el destino final de las piezas.

El mineral causó en mayo una polémica con Israel

DOCUMENTO • El Ministerio de Relaciones Exteriores israelí reveló que Bolivia y Venezuela suministraban uranio a Irán.

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Un informe del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel reveló en mayo de este año que Bolivia y Venezuela “suministran uranio a Irán para su programa nuclear”. La acusación fue desmentida por el Gobierno boliviano con duros adjetivos.

El 24 de mayo, desde Jerusalén, las agencias de noticias difundieron el documento que revelaba que “Venezuela suministra uranio a Irán para su programa nuclear” y que “parece que Bolivia es un suministrador de uranio”.

Según AP, la carta de tres páginas fue elaborada por el viceministro de Relaciones Exteriores, Danny Ayalon.

El ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, advirtió en conferencia de prensa que si existe alguna agencia de seguridad de Israel que proporcionó dicha información es una “agencia de ineptos, incompetentes y además de payasos, porque solamente a un payaso se le puede ocurrir semejante barbaridad”.

Tras la difusión de la noticia, el Ministerio de Minería de Bolivia aseveró que el país no produce uranio y que, por tanto, no podría ser un país proveedor.

Sin embargo, la Prefectura de Potosí está invirtiendo 200 mil dólares en investigaciones en el cerro Cotaje para explorar el metal y la subprefectura de San Ignacio de Velasco también considera estudiar un reservorio en la zona.

De acuerdo a la agencia AP, Venezuela actualmente cuenta con un estimado de 50.000 toneladas sin explotar.

Pero, ¿por qué Israel dio la voz de alerta? Desde hace al menos seis años, Irán ha empezado una carrera para enriquecer el uranio. Asegura que tiene fines pacíficos y sólo busca energía nuclear; sin embargo, los israelíes se muestran recelosos.

Irán y Bolivia celebraron el inicio de sus relaciones diplomáticas en septiembre del 2007 cuando el mandatario iraní Mahmud Ahmadineyad visitó en La Paz al mandatario boliviano Evo Morales. Ambos apoyaron el derecho “al desarrollo de la energía nuclear con fines pacíficos”.

En enero de este año, Bolivia rompió relaciones con Israel en protesta por los ataques lanzados en la Franja de Gaza, donde murieron unas 1.300 personas.

El cónsul de Israel, Roberto Nelkenbaum, en declaraciones a La Razón, el jueves reiteró el deseo de “poder en un futuro no muy lejano” hacer que las relaciones “vuelvan a su cauce anterior”.

Según el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (1968), de las Naciones Unidas, un país tiene derecho a enriquecer su combustible para lograr energía nuclear.

Irán fue catalogado por el ex presidente de Estados Unidos George Bush, como el país integrante “del eje del mal”, debido a su régimen y a su carrera nuclear.

Otra de las naciones que está en el ojo de la tormenta es Corea del Norte. El Gobierno de Pyonyang ha instalado una serie de centrifugadoras nucleares para enriquecer el uranio.

Occidente sospecha que detrás de todo existe un afán belicista del régimen comunista.

RELACIONES

Diplomacia • Tras la visita del mandatario iraní, Mahmud Ahmadineyad, se inauguraron las relaciones con ese país y acordó la donación de 1.200 millones de dólares para Bolivia.

Apoyo • El país islámico expresó su interés de cooperar a Morales con financiamiento para la instalación de un canal de televisión para los movimientos sociales afines al MAS.

La primera producción en Bolivia se remonta a 1974

HISTORIA • La caída de los precios del mineral, por la década de los 80, derivó en que se desechara la idea de explotarlo.

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En Palacio. Banzer recibió la primera muestra de uranio en 1974. En la foto, el mandatario en su primer gobierno.

La primera explotación de uranio en el país se remonta a 1974, cuando un grupo de ingenieros de la Comisión Boliviana de Energía Nuclear (Coboen) se aventuró a producir dos kilogramos de yellow cake (torta amarilla) con una pureza del 60 por ciento. El mineral fue entregado al presidente de ese entonces, general Hugo Banzer Suárez, en un acto en el Salón Rojo del Palacio Quemado.

Los profesionales se trasladaron durante seis meses al cerro Cotaje, en Potosí, para lograr la primera muestra de materia prima del mineral, que una vez que se extrae se almacena en piezas amarillas con formas de torta.

El descubrimiento puso a Bolivia como el segundo país productor del mineral en Latinoamérica, después de Argentina y por encima del Brasil.

El yellow cake es la primera etapa de tratamiento del uranio, metal que sirve de materia prima para fabricar combustible nuclear. Para conseguir que el uranio sea utilizado en toda su potencialidad, como energía nuclear, es necesario someterlo al menos a otras tres fases.

“Fue un acontecimiento muy importante a nivel internacional, esa época fue lo más relevante en energía nuclear de Bolivia. Esa ocasión (la producción el yellow cake) demoró más de seis meses”, recordó el ingeniero metalúrgico Willy Vargas Enríquez.

Vargas participó en el proyecto y diseñó la primera planta piloto de uranio en la mina de Cotaje, que actualmente es estudiada por la Prefectura de Potosí.

La producción de los dos kilos de yellow cake alentó a los profesionales a seguir con su iniciativa que recibía el apoyo de la cooperación francesa y de la Organización Internacional de Energía Atómica. Ellos recibieron maquinaria e indumentaria.

Así, el grupo emprendió nuevas labores de explotación. Mientras tanto, Vargas partía a Europa para especializarse con la idea de que, al retornar, pudiese aportar sus conocimientos para producir más mineral.

“Supe que se logró en escala piloto e industrial unos 50 a 60 kilos de yellow cake”, añadió.

Sin embargo, el precio de venta de uranio en el exterior bajó por la década de los 80 y apagó todas las ilusiones de comerciarlo a otros países.

“Murió el desarrollo de la tecnología nuclear en Bolivia y el trabajo que se hizo no sirvió de nada, lastimosamente las decisiones políticas desintegraron la institución (Coboen) y no se hizo más”, lamentó Vargas.

Los estudios del ingeniero no pudieron ser aplicados en Cotaje, las piezas de uranio fueron enviadas a Oruro y hoy se desconoce dónde fueron depositados.

La mina necesitaba 308 mil dólares

Explotación • El dinero serviría para producir Yellow Cake.

Tras lograr la primera muestra de Yellow Cake (torta amarilla) de la mina Cotaje, en la provincia Antonio Quijarro de Potosí, en 1974, la extinta Comisión Boliviana de Energía Nuclear (Coboen) presupuestó los costos de producción del yacimiento.

El estudio preliminar fue publicado en 1980 y detalla que el costo total de puesta en marcha de la mina serían de al menos 308.625 dólares, sólo para la producción del Yellow Cake, es decir, para la primera fase de producción de uranio.

Según el estudio económico, el dinero debía ser invertido en equipo y maquinaria de producción, en la edificación y funcionamiento de un laboratorio, en material de seguridad, en materiales e indumentaria de protección radiológica y otros.

El costo de la maquinaria fue presupuestado, en ese entonces, en 175.358 dólares; el laboratorio debía costar cerca de 19.870 dólares mientras que el equipo de seguridad para los trabajadores de la mina Cotaje estaba presupuestado en 2.150 dólares.

La protección radiológica, entre vestimenta y equipos, costaría 5.133 dólares y lo más valioso, el capital de trabajo, 17.758 dólares.

El presupuesto preveía la producción anual de 4.000 kilogramos de uranio.

Hay más de dos millones de toneladas en el mundo

Mineral • Australia es el que alberga el 24, 5% del total de la reserva mundial.

Las reservas mundiales de uranio alcanzan las 2.543.430 toneladas y la mayor parte está distribuida en al menos 14 países, de acuerdo a cifras difundidas por el Foro de la Industria Nuclear Española.

Australia es el país más rico, con el 24,5 por ciento del total de las reservas (623.140 toneladas). Le sigue Kazakhstán, en la frontera con Rusia, con el 17,3 por ciento (440.013 toneladas).

Canadá está en tercer sitio con el 13 por ciento de las reservas mundiales (330.645 toneladas), seguido por Sudáfrica, con el 8,6 por ciento (218.734 toneladas), mientras que Europa cuenta con el 1,2 por ciento (30.5 toneladas) de las reservas mundiales, señala el documento, difundido a través de su página web.

Sin embargo, las reservas del mineral nuclear, que podría reemplazar en el futuro al petróleo como combustible, no sólo está en los lugares mencionados sino también en otras regiones.

En Latinoamérica, se encuentra en Brasil, Argentina y una pequeña proporción, considerada como “no industrial”, en Bolivia.

En Europa, el mineral se halla en España, Francia, Rusia y en los Países Bajos, Holanda.

Existe otra proporción en Estados Unidos, mientras que en Asia está en China, lndia, Mongolia, Uzbequistán. En África, en Namibia y Níger.

Corea del Norte e Irán también son considerados potencias por el desarrollo de su industria para enriquecer el mineral.

Si bien el uranio tiene grandes propiedades como energético, el lado negativo es si se utiliza con fines bélicos, ya que puede convertirse en energía nuclear para ser utilizada en la fabricación de armamento con alto poder destructivo.

Las Naciones Unidas informa que entre los usos pacíficos del uranio empobrecido (subproducto del uranio) está la fabricación de blindajes contra radiaciones, por ejemplo.

Según el ex ministro de Minería y Metalurgia Jorge Espinoza, en el mundo existen 442 plantas nucleares activas que fueron creadas tras la “indeseable dependencia” de los hidrocarburos.

La explotación del uranio también tiene otra dificultad. Debido a su alta radiación, el mineral puede modificar la genética del cuerpo humano, ocasionando el crecimiento de tumores, problemas tiroidales, daños al sistema inmunológico, neurológicos, causar enfermedades como la leucemia y cáncer, entre otros, según datos proporcionados por la Liga de Defensa al Medio Ambiente.

ACUERDO

Crisis • La Organización de las Naciones Unidas creó en 1968 el Tratado sobre la no Proliferación de Armas Nucleares cuyo objetivo fue evitar el uso belicista del uranio y fomentar la cooperación en el uso pacífico de la energía nuclear. Hasta el 2000, 187 países se sumaron al acuerdo internacional.

OIEA • El Organismo Internacional de Energía Atómica verifica el cumplimiento del Tratado mediante inspecciones. Según la Organización de las Naciones Unidas, el acuerdo, además de otras funciones, evita la desviación de material fisionable hacia usos armamentísticos.