Caso tía de Evo: apresan a dueña de farmacia

Habría muerto por sobredosis. La tía del presidente de Bolivia, Evo Morales, Rufina Morales Tuco de Ayma, habría muerto por una sobredosis de un tóxico.

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La dueña de la farmacia donde supuestamente fue inyectada la tía de Evo. (Foto. Los Tiempos)

Los Tiempos

Katiuska Vásquez

La tía del presidente de Bolivia, Evo Morales Ayma, Rufina Morales Tuco de Ayma (65), habría muerto por una sobredosis de un tóxico en investigación (probablemente Complejo B), que le fue inyectado por la profesora y propietaria de la farmacia La Florida, Nelly Rosario Gonzales Fernández (51), el 8 de junio dentro de un tratamiento por reumatismo, sostuvo ayer la fiscal que indaga el crimen, Patricia Guevara. Gonzales fue enviada ayer a la cárcel.

Después de muerta, Nelly Gonzales Fernández, además de “haberle suministrado la inyección con sobredosis de vitaminas o anfetaminas, al verla mal no reparó en llevarla a un centro médico, la dejó hasta la noche para ir a botarla”, agregó la acusación.

La víctima fue hallada ocho días después descuartizada en un barranco inaccesible en el kilómetro 15 del camino a Santiváñez.

Por ello, fue encarcelada la dueña de la farmacia bajo el cargo de homicidio, sancionado con una pena de cinco a 20 años, en San Sebastián mujeres. La jueza Gina Castellón, que dictó la detención preventiva en el Juzgado Segundo Cautelar, consideró que: “El haberse deshecho del cuerpo denota una personalidad y conducta negativa de la imputada”.

La profesora rebatió a través de su defensa el homicidio. Su abogado, Randolf Montaño, dijo que sin reconocer que sea cierto que haya muerto por la inyección, el delito está dentro del ejercicio ilegal de la medicina, sancionado con tres meses a dos años. Pero, Gina Castellón contestó que la imputada “en ningún momento hizo una valoración de la víctima y que la calificación no ingresa en esa categoría”.

La sospechosa, que se acogió al silencio, se sentó ayer en el banquillo de los acusados, tapada de la cabeza a los pies. Está señalada de matar a la tía con una sobredosis y aunque aún no está determinada la causa de muerte en el protocolo de autopsia, por los resultados están pendientes en el Instituto de Investigaciones Forenses de La Paz y laboratorios particulares por falta de recursos, el forense Víctor Hugo Sequeiros baraja tres posibilidades.

Una sobredosis de Complejo B puede provocar arritmias y finalmente un paro cardio-respiratorio. Otros medicamentos que probablemente le fueron inyectados a la víctima, como analgésicos, ocasionan una intoxicación y sangrado intestinal y gástrico. En caso de una sobredosis por antibióticos, también puede ser letal, según el forense.

En cualquiera de los casos, la víctima comienza a sentir los malestares a las tres horas o dentro de las 24 horas de haber recibido la medicación. Dos testigos vieron a Rufina Morales decaída fuera de la farmacia, el 8 de junio cerca del mediodía.

Con la detención de la dueña de la farmacia se descartan otras hipótesis como un intentó de magnicidio contra el presidente y una conspiración del Movimiento Anticomunista.

Falta mitad de la osamenta

La desaparición de la mitad del cuerpo “impide determinar la causa de muerte”, agregó la jueza. La acusación presume que la acusada se deshizo del cadáver deliberadamente para obstaculizar la investigación. Sin embargo, se extrajeron muestras del cráneo que están en investigación para determinar la causa de muerte.

La familia de Rufina Morales reclama el hallazgo de los miembros y órganos que faltan. La Policía sólo encontró la pelvis, huesos inferiores y el cráneo. Faltan el cuello, abdomen y órganos.

El crimen de Rufina Morales fue calificado por forenses del Instituto Médico Forense como de no natural.

El Servicio Departamental de Salud, a través del departamento de control de farmacias, informó que la farmacia La Florida no está autorizada para aplicar inyectables y sólo debe dispensar medicamentos y orientar a los clientes sobre cómo usar los remedios a través de una bioquímica.

La regenta de la botica, Sara Crespo Durán, dijo que la dueña de la farmacia le ordenó que ante cualquier pregunta y por las inspecciones que habían ella diga, como era la titular, que la que colocaba los inyectable era ella. Sin embargo, Nelly Rosario (Charito) Gonzales era la que aplicaba las inyecciones.

TESTIMONIOS

Jacinta Callawuara Mamani, vendedora de masitas en la calle San Martín, donde está la botica, declaró que vio a la víctima “sentada en la puerta de la farmacia,era flaquita y parecía desnutrida” y “notó que estaba somnolienta, parecía triste y no miraba a nadie”.

Otra vendedora, Beatriz Yampara Guarachi, dijo que vio a Rufina “el 8 de junio a eso de las 13:00 en la puerta de la farmacia”.

La imputada negó haber abierto su farmacia ese día. Pero, también fue desmentida por tres albañiles.

LAS LLAMADAS

El día del crimen la farmacia registró un alto flujo de llamadas telefónicas. En cambio, los días previos la comunicación era escasa.

El extracto de llamadas reveló que el 8 de junio la botica recibió 19 llamadas y a partir de las 12:30 (cuando fue vista la víctima) hasta las 22:31 se hicieron 14 llamadas desde la botica. Los números de los registros están siendo investigados.

A ello se suma que tanto la acusada como la regenta Sara Coralí Crespo Durán dijeron que ese día la botica estaba cerrada.