La tortuga y la liebre

penoco Lerdo para unos casos y veloz para otros. Así se portó el presidente de la Corte Superior de Santa Cruz, Oswaldo Céspedes, en relación al conflicto de competencias sobre el supuesto caso de terrorismo. La Corte Suprema se pronunció el viernes pasado, afirmando que los tribunales cruceños debían dirimir la pugna entre un juzgado local y uno paceño. Céspedes decidió esperar hasta tener los documentos en la mano para pronunciarse. El expediente llegó el lunes y si bien él podía mandar a sorteo ese mismo rato, le pasó la bola a la Sala Plena para que lo analice el miércoles. Ese día hubo amenaza de bomba en el Palacio de Justicia y nada. La Sala Plena le lanzó el fardo a una Sala Penal, que debía resolverlo este sábado 22 de agosto. Ayer, a las 15.08, al despacho de Oswaldo Céspedes llegó por fax la notificación de un amparo constitucional del fiscal Marcelo Soza pidiendo que la Corte Superior se abstenga de ver el caso Rózsa. En una hora estuvo redactada la orden de paralizar todo y minutos después, Céspedes convocaba a una conferencia de prensa para anunciar, con gran alivio, la gran noticia a los medios.

Bajo el Penoco – El Día