El cumpleaños del «mister» presidente

El Vice en un gesto de desprendimiento le regaló 24 de sus miles de libros aunque es por demás conocido que Evo esta peleado con la lectura.

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El presidente Evo Morales celebra su cumpleaños número 50 con una torta en La Paz, el 26 de octubre de 2009. – Efe.



Para algunas personas la fecha de su cumpleaños es muy importante y la festejan como Dios manda, con abundancia de comida, bebida y música. Para otros no lo es tanto y para otros, definitivamente no tiene significación alguna.

Otra constatación: no existe en la memoria un solo presidente de la República o ahora del “Estado plurinacional” que en el día de su cumpleaños haya dicho que por unas horas se olvidaría de los engorrosos asuntos del Estado y se reuniría con los amigos y la familia para celebrar y echarse unos “drinks” entre pecho y espalda.

Evo no podía ser la excepción. Es que realmente es muy poco político que un presidente diga que festejará su cumpleaños. A pesar de que en muchos casos las evidencias sean otras, a nuestros presidentes siempre les gustó mostrar una imagen de austeridad y voluntad de sacrificio por el país a toda prueba.

Esta encomiable actitud siempre fue destacada a coro por los cortesanos de turno que lanzaban elogios al ocupante del palacio Quemado y ponderaban su entrega y sacrificio.

De Evo dicen sus corifeos que trabaja veinte horas al día, que duerme poco y que lo hace con un solo ojo, que cuando se sueña lo hace solucionando los problemas del país y naturalmente en su cumpleaños no cabía otra cosa sino redoblar sus esfuerzos.

Esa voluntad, ese esfuerzo, esa tenacidad inconmensurable fue destacada por el vicepresidente Alvaro García en oportunidad del 50 cumpleaños de Evo que como corresponde al proceso de cambio fue festejado con fatigosos viajes de campaña electoral por todo el territorio nacional a bordo de un helicóptero venezolano.

No se podía exigir algo más austero; apenas un mordisco a una torta, unos mariachis en la Escuela Militar de Ingeniería y un gracioso nombramiento como “ingeniero militar” Honoris Causa.

La nota fue dada por el propio García Linera quien en una destacable actitud de desprendimiento le regaló 24 de sus miles de libros. Es por demás conocido que Evo Morales esta peleado con la lectura. Es más, se jacta de que su universidad es la de la vida y siempre ha mostrado un olímpico desdén por todo lo que signifique conocimiento académico, así que es posible imaginar cual será el destino de esos libros.

En este mundo ingrato siempre existen malpensados que dedujeron que el presente del Vice era en realidad una grotesca burla, una forma de resaltar las más que evidentes carencias y limitaciones de su jefe.

Otros, no menos inquisitivos, supusieron que se trató de una devolución de gentilezas ante las permanentes bromas e indirectas de que es objeto por parte de Evo en concentraciones y proclamas, las cuales tiene que tragarse sin chistar y hasta con sonrisas pero que se sabe le incomodan mucho, particularmente aquellas que se refieren a su estado civil y a una supuesta preferencia sexual no resuelta.