Lluvias y riadas azotan Bolivia, y piden activar la emergencia

El Conarade ya inició el trámite. Santa Cruz, Beni, Cochabamba y Chuquisaca ya están en emergencia. Hay 11 muertos y las familias damnificadas llegan a 22.620. El desborde de un río anega 20 viviendas en la zona Sur de La Paz

image Problemas: un hombre en una zona inundada en las afueras de la ciudad de Trinidad, en el departamento de Beni.

La Prensa. El Consejo Nacional para la Reducción de Riesgos y Atención de Desastres (Conarade) solicitó al Poder Ejecutivo la declaratoria de emergencia nacional por los desastres derivados de las lluvias en cuatro departamentos.



El viceministro del área, Hernán Tuco, dio a conocer la resolución del organismo colegiado que ayer se reunió en salones del Ministerio de Defensa con la participación de delegados de varios ministerios y de las prefecturas de Santa Cruz y Beni, los dos departamentos afectados en los días recientes.

La decisión se asienta en un balance de situación que arroja números alarmantes: cuatro departamentos han sido declarados en estado de emergencia: Santa Cruz, Beni, Cochabamba y Chuquisaca.

Las familias afectadas fueron calculadas en más de 22.620 en todo el país, particularmente en la región del oriente.

El número de víctimas mortales subió ayer a 11 con el hallazgo del cuerpo de un hombre que había sido arrastrado, el 17 de enero, por el río Tapacarí, en Cochabamba. El cuerpo sin vida fue rescatado ayer.

Los otros decesos ocurrieron en Potosí, Chuquisaca y Santa Cruz.

A la fecha se tienen 7.248 hectáreas dañadas por las lluvias, según el reporte del viceministro de Desarrollo Rural, Víctor Hugo Vásquez. A esto se suma la dificultad que tienen los productores en transportar su mercancía del área rural a la urbana por el mal estado de las carreteras.

Además de los departamentos declarados en emergencia, La Paz, Tarija y Potosí tienen comunidades afectadas por las riadas.

El Viceministerio de Desarrollo Rural advirtió que en el corto plazo podría presentarse una escasez de papa, arroz, papaya, plátanos y cítricos.

Tuco mencionó la Ley 2140 sobre desastres naturales, que indica que la emergencia nacional procede cuando dos o más departamentos ingresaron previamente en alerta, como es la actual situación. Para el director nacional de Emergencias de Defensa Civil, Rafael Uría, la medida nacional dará mayor fluidez en la ayuda económica y de enseres a las regiones damnificadas, además apoyará en la captación de más recursos.

De acuerdo con los reportes de la Dirección Nacional de Servicio de Hidrografía Naval, preocupa la crecida en los ríos Mamoré e Ibare porque podrían desbordar sus tributarios e inundar los alrededores de la ciudad de Trinidad, en el Beni.

En el reporte más reciente se conoció que Puerto Almacén ya se encuentra inundado, al igual que la carretera a la capital beniana.

El nivel del río Ichilo, en Cochabamba, ha bajado. Este afluente inundó los municipios de Puerto Villarroel en el trópico de Cochabamba y Yapacani en el departamento de Santa Cruz.

El director del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), Carlos Díaz, aseguró que las lluvias irán en aumento incluso hasta fines de marzo, cuando bajará el nivel. Tuco explicó que Defensa Civil realiza constantes monitoreos aéreos y un seguimiento a los niveles de los ríos, basado en la información que recibe del Sistema de Alerta Temprana (SAT) para prevenir desastres naturales.

Para atender las emergencias, recordó que el Gobierno dispone de 6,6 millones de dólares para afrontar los problemas de la temporada de lluvias. Además ha solicitado un crédito de 75 millones de dólares a la Corporación Andina de Fomento (CAF).

Defensa Civil anunció planes de evacuación en los departamentos de Cochabamba, Santa Cruz y Beni, donde existen viviendas inundadas.

Cuatro departamentos están en alerta roja y esperan apoyo.

Unas 3.000 familias afectadas en Santa Cruz y Beni

El director del Centro de Operaciones de Emergencia (COE) Santa Cruz, Mario Aguirre, informó que en la actualidad hay 2.321 familias y nueve municipios afectados por las precipitaciones pluviales en ese departamento.

Identificó tres tipos de necesidades como consecuencia de las lluvias: salud (por el brote de enfermedades), alimentación (familias aisladas y sin fuente de recursos) e infraestructura (mal estado de los caminos) y la construcción de defensivos en los ríos para evitar las inundaciones. El director del COE Beni, Mauricio Rousseau, dijo que los municipios de Loreto, San Javier, Trinidad y San Ignacio están afectados por el desborde del río Mamoré.

Advirtió que para los siguientes 15 días se espera la llegada de los golpes de agua a la ciudad de Trinidad, que es la más vulnerable por la cantidad de sus habitantes.

La falta de recursos es la principal preocupación que tiene la Prefectura de ese departamento, a pesar de que el COE destinó 500.000 bolivianos para atender estas emergencias. Esta región tampoco cuenta con cifras exactas sobre el número de damnificados, que se calculan en 500 familias.

Sube el precio de la arveja y aceite

El precio de la arveja y el litro de aceite a granel subió desde hace una semana en los mercados Camacho y Rodríguez. El viceministro de Desarrollo Rural, Víctor Hugo Vásquez, señaló que esto ocurre porque La Paz se encuentra en época de lluvias y existe una variación de precios, “algunos suben y otros bajan”.

El Viceministro descartó un alza general de los precios de los alimentos o que haya escasez.

La Prensa recorrió los dos mercados. En el Camacho comprobó que desde hace una semana subió el precio del turril de aceite Crisol (200 litros), de 1.200 a 1.400 bolivianos.

Por eso el litro de aceite se vende en 7,5 bolivianos, mientras que antes costaba siete bolivianos.

En el Mercado Rodríguez se vende la libra de arveja en cuatro bolivianos, luego de que hasta hace una semana valía 3,50 bolivianos.

La comerciante del mercado Camacho Rosalía Torres aseguró a La Prensa que es posible que suban los precios de otros vegetales, como tomate, papa y cebolla.

“El precio de las frutas varía de acuerdo con la temporada”, explicó la comerciante Elisa Chambi, del Mercado Camacho.

Señaló que hace un mes, cuando era temporada de sandía, la libra era vendida entre ocho centavos y un boliviano pero ahora cuesta 1,5 bolivianos.

El precio del kilogramo de carne de res en ambos mercados no varió desde hace una semana. Por ejemplo, el kilo de carne molida está en 22 bolivianos. El precio del kilogramo de pollo está en 10,50 bolivianos y hace un mes estaba en 11, es decir 0,50 centavos menos.

20 casas son anegadas en la urbanización Huayllani

Las lluvias de ayer ocasionaron el desborde del río Umapiruani y sus aguas anegaron 20 viviendas de la urbanización Huayllani, en la zona Sur de La Paz.

Además, creció el caudal del río Quellu Umani. Las olas de agua turbia con tierra y piedras inundaron la ribera y causaron temor en las familias de la urbanización que lleva el mismo nombre y en Huayllani, ubicada a un costado de ella.

“Necesitamos el embovedado de un sector del río Umapiruani para que no siga ocurriendo el desborde de sus aguas, sobre todo que ahora es época de lluvias”, señaló a La Prensa Deisy Imaña, presidenta de la Junta de Vecinos de la urbanización Huayllani.

Rosario Torres, vecina de ese sector, explicó que desde 2007 solicitaron a las autoridades de la Alcaldía de La Paz el embovedado de un tramo del río Umapiruani, que en época de lluvias afecta la avenida A, que atraviesa la urbanización. Pero las autoridades edilicias le explicaron que ese trámite se realiza con el Ministerio de Autonomías. La solicitud reposa en esa entidad ministerial.

La vecina espera que ese despacho ejecute la obra.

Los vecinos de la avenida A viven con temor a que las aguas del río sigan afectando más viviendas. Ayer a las 14.00 comenzó a llover “fuerte” y en 20 viviendas entró el agua del río Umapiruani. Agua, tierra y lodo bañaron sus salas y dormitorios.

Un trayecto de la avenida A se convirtió en un riachuelo. Las aguas socavaron un trayecto de esa arteria con una profundidad de medio metro del suelo de piedra y tierra. Los vecinos temen que los cordones de acera también se dañen por las aguas del río que corren por la avenida.

Desde las 14.00, hora en que empezó a llover, el caudal del río Huayllani amenazó con desbordarse.

Personal de la Unidad de Riesgos de la Alcaldía de La Paz comenzó a bregar con máquinas retroexcavadoras, a la altura del playón ubicado a unos 20 metros de un pequeño puente que cruza sobre el río Huayllani.

Hernán Cárdenas, residente de la urbanización Quellu Umani, señaló que ese puente representa un peligro para la zona porque puede venirse abajo. Pidió, además, la construcción de alcantarillado pluvial en las calles y las avenidas del sector. Los vecinos de las urbanizaciones Quellu Umani y Huayllani pidieron la ampliación del cauce del río Huayllani y el levantamiento de un muro de contención.

Brasil ofrece ayuda a Perú para evacuar a los turistas

El Gobierno de Brasil ofreció ayer al de Perú, según Efe, el envío de cuatro helicópteros para colaborar en las tareas de rescate de los turistas que quedaron varados en Machu Picchu debido a las intensas lluvias en la región de Cusco, informó una fuente oficial.

Una fuente del Ministerio de Exteriores confirmó el ofrecimiento de los aparatos de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) que, sin embargo, por el momento no obtuvo respuesta por parte de las autoridades peruanas. Los turistas se encuentran varados en Machu Picchu desde el domingo, cuando deslizamientos de lodo bloquearon parte del camino por tren hacia esa ciudadela arqueológica. El río Urubamba inundó el único acceso a Machu Picchu, que es la vía férrea, por lo que los turistas, principalmente ancianos, enfermos, mujeres embarazadas y familias con niños, deben ser trasladados por aire.

Los helicópteros brasileños se sumarían a las tareas de evacuación aérea de los entre 1.500 y 3.200 turistas que, se calcula, quedaron aislados en Machu Picchu a causa de las fuertes lluvias que azotan esa región andina.

Se prepara la emergencia nacional
Cerca de 60 familias de la zona, a 8 kilómetros de Trinidad, tuvieron que salir de sus casas debido a la crecida del río Ibare. No tienen los servicios básicos y la ayuda del Gobierno tarda en llegar.

image PUERTO ALMACÉN • A sólo 8 km de Trinidad, la gente ya usa canoas.

La Razón. No son fáciles los días para Lizeth Justiniano y sus tres hijos. Hace dos semanas su casa fue inundada por las aguas del río Ibare. Tuvo que instalarse en una carpa sobre la carretera, no tiene agua potable y para el colmo debe caminar sobre agua contaminada por desechos y heces.

“Lo que necesitamos es agua potable, carpas y remedios para nuestros hijos, eso es lo único que estamos pidiendo, pero no llegan”, dijo a La Razón la señora que tiene hijos de 7, 12 y 15 años.

Pese a que el departamento de Beni fue declarado en emergencia, el jueves 21, la ayuda no llega a Puerto Almacén, ubicado a sólo 8 kilómetros al sur de Trinidad.

La gente afectada de la zona, 165 familias, se vio obligada a dejar sus viviendas y a instalarse en carpas en los sectores altos.

Pese a ello, la suerte de Lizeth es mejor en comparación a la de otros damnificados que se quedaron temporalmente sin techo. Al menos unas 60 familias duermen a la intemperie y están a la espera de carpas, alimento sólido, agua potable y la instalación de letrinas portátiles.

“No nos animamos a entrar a nuestras casas, porque el agua ha entrado a las habitaciones y está a 20 centímetros de la superficie”, dijo Eduardo Javier, carpintero.

Algunos de los afectados afirman que, luego de la crecida del río Ibare, a sus viviendas entraron “sicurís” (víboras), ratas, hormigas y otros animales que buscan superficies altas para huir de las aguas de las corrientes.

En Puerto Almacén, que comprende los barrios Pueblo Nuevo y Urisal, las familias que no tienen dónde resguardarse tuvieron que ser acogidas por otras que tienen carpas. Lo que ocasiona hacinamiento, ya que en una superficie no mayor a los 4 por 5 metros se encuentran hasta dos familias.

Adhemar Guataica, de actividad mototaxista, mostró a La Razón que las condiciones en la carpa donde se resguarda son precarias. El yute que la envuelve es de una donación de hace cuatro años, tiene aberturas que facilitan el ingreso de agua que anega toda la superficie interna.

“Tenemos que usar aserrín para evitar el barro y es difícil dormir porque el espacio es reducido, mi casa está a 100 metros al lado de esa cancha de fútbol (ahora una laguna) y tenemos que entrar en canoa”, agregó.

Las condiciones de salubridad son mínimas y los más afectados son los niños. El agua que está a la orilla huele a heces. No hay letrinas y las pocas que existen están implementadas de forma rústica por los afectados.

“Los niños ya empiezan a tener manchas y hongos en el cuerpo y en los pies. Varias personas tienen diarreas y nadie trae medicamentos”, agregó el coordinador del barrio Pueblo Nuevo, Roberto Salvatierra.

Al igual que en otras zonas inundadas, como Santa Anita, San Gregorio, Ballivián y Loma Suárez, la ayuda de los municipios, Prefectura y del Gobierno llega de forma esporádica.

Autoridades locales informaron que hoy se espera la llegada del viceministro de Defensa Civil, Hernán Tuco, quien anunció la entrega de cinco toneladas de alimentos, vituallas, carpas y medicamentos para los afectados por las inundaciones en Beni.

Puntos de vista

“El agua está contaminada”
LIZETH JUSTINIANO.
Ama de casa
“No tenemos alimento, con todo esto que estamos sufriendo apenas estamos comiendo un ‘locringo’. No hay para comprar y uno se las tiene que inventar de alguna manera. Mi peladito (niño) el otro día fue a bañarse y mire cómo tiene esas manchas en el cuerpo y es por el agua que está sumamente hedionda. Ya no podemos traer agua del río porque está totalmente contaminada. Estoy con mis tres niños y mi esposo y ya estamos tres semanas así. Las autoridades sólo han venido a prometernos y hasta ahora nada. Cada que llueve nos mojamos por falta de carpas”.

“No nos llega ninguna ayuda”
ADHEMAR GUATAICA.
Motociclista
“Desde hace dos semanas salí de mi casa, el agua se entró hasta la cintura, y de yapa me salieron hongos en los pies y se hicieron heridas. Al final tuve que salir con mi esposa y mis tres hermanos menores. Me conseguí carpas. Mi casa está más bajo del ‘girao’, es aquella que se encuentra en la esquina de la cancha de fútbol. No nos ha llegado ninguna clase de ayuda, todavía ni alimento ni carpas. Tuve que prestarme porque se me ha mojado todo con la primera lluvia. Vinieron los de Defensa Civil, nos dijeron que nos darían carpas, y nada”.

“El agua ya llegó hasta la mitad”
HUMBERTO RUTH.
Transportista
“Las autoridades nos prometieron construir un cinturón de seguridad hace mucho tiempo, pero hasta ahora, nada. Tenían que hacer la construcción desde el puerto hasta Varador, colocando bombas para el desagüe. Yo me salí de mi casa hace dos semanas, el agua ya llegó a la mitad. De momento me estoy instalando con otra familia porque no tengo carpa, sólo puse el esqueleto (estructura) para la lona y el yute. Si no nos dan nada, voy a tener que cubrir con plástico y tratar de salvar a los animalitos. El agua está subiendo lentamente”.