Infiltrado español entrevistó a Rózsa

Revelación. Antonio Salas se hacía pasar por Muhammad Abdallah, un terrorista islámico. El periodista fue el último que entrevistó a Eduardo Rózsa.

image Entrenamiento. Salas aprendió a usar armas en los alrededores de Caracas

Palestino, el último libro del periodista español Antonio Salas tiene una revelación sobre Bolivia. El periodista, experto en infiltrarse en redes criminales, fue el último que entrevistó a Eduardo Rózsa. Fue a principios de abril de 2009, pocos días antes de su muerte, y en ese momento era conocido como Muhammad Abdallah, el administrador del sitio web oficial de Illich Rodríguez, el terrorista conocido como ‘El Chacal’.



Salas es famoso en España por su capacidad de infiltrarse en redes criminales y sus reportajes con cámaras ocultas. En 2001 publicó Diario de un skin, sobre los grupos neonazis que operaban en la península ibérica. Para lograrlo, se rapó la cabeza, se tatuó esvásticas y se introdujo en un mundo de violencia racial.

Mientras su libro se convertía en un éxito de venta poco esperado para una obra de no ficción, Salas ya estaba en su siguiente trabajo: introducirse en las redes de trata y tráfico de mujeres. Así logró entrar en un mundo donde se compraban vírgenes en países pobres para venderlas en Europa y publicó El año que trafiqué con mujeres, otro éxito editorial. Ambos trabajos sirvieron para desbaratar redes criminales y enviar a personas a prisión. También se filmaron dos películas basadas en los libros.

El 11 de marzo de 2004, los atentados de Madrid lo tocaron con fuerza y decidió infiltrarse para dar con los autores. Primero siguió la pista del grupo ETA, para recalar como un postulante a mártir del Islam (personas que se ofrecen para perpetrar atentados de los que no saldrán vivos). Después de años de espera, estudio y preparación, Salas o Abdallah llegó a Venezuela, donde halló seis campos de entrenamiento alrededor de Caracas. Allí coincidió con miembros del grupo vasco de ETA y con integrantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.

La muerte de Rózsa fue uno de los hechos que lo obligó a dejar la infiltración, ya que su nombre comenzó a circular en la red y temió quedar al descubierto por las investigaciones ‘del servicio secreto de Bolivia’.

  Lo que dice  

–  Mi padrino es Illich Rodríguez  y me convertí en la conexión entre ‘El Chacal’ y Rózsa. ‘El 17 de abril se publicaron cientos de noticias sobre Eduardo Rózsa, a las que no podía dar crédito por las fotografías de mi hermano musulmán cocido a balazos esa madruga en un hotel de Santa Cruz’.

– Era obvio que los servicios secretos bolivianos comenzarían de inmediato a rastrear la pista de Rózsa, y esta pista los llevaría a ‘El Chacal’ y por lo tanto a mi. Además estaba el paquete que le había enviado esa misma mañana a la hermana de Rózsa, llegaría pronto a Santa Cruz, concretamente el 25 de abril.

– Mis colegas periodistas, al intentar averiguar algo sobre Rózsa, encontraron la última entrevista, que se la había hecho yo, así me convertí en el objetivo más buscado por mis colegas. Fui entrevistado y defendí una y otra vez la memoria y la inocencia del comandante Rózsa, eso es lo que se esperaba de mí. EL DEBER.