Todo a favor de España

El juego, los resultados y el espíritu familiar del grupo avalan a España en su andadura mundialista, que arranca hoy ante Suiza.

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La mejor selección española de la historia afronta desde hoy un Mundial con más reconocimientos de los que jamás haya tenido. Hay unanimidad sobre su imponente cartel. No solo le avalan los resultados, sino también el arte, lo que no es habitual entre los favoritos desde hace años. Por el retrovisor, en el último medio siglo, únicamente el Brasil del 70 y el 82 y la Holanda del 74 llegaron con un bono similar, con el gancho hedonista que distingue a España. Pero, a la vista de los ejemplos citados, el más guapo no siempre tuvo premio.



El Mundial es un campeonato resbaladizo. El azar puntúa, aunque siempre resulta más convincente que el buen gusto sea el punto de partida. En el equipo todo son buenas noticias. "Estamos listos, preparados", advirtió Vicente del Bosque en los subterráneos del arquitectónico estadio Moses Mabhida, de Durban, tras el último entrenamiento previo al estreno ante Suiza. El técnico hizo más guiños positivos y subrayó que los 23 jugadores convocados "están en perfectas condiciones", pero fue cauto al abordar la posible titularidad de Iniesta, renqueante desde el partido amistoso ante Polonia.

Enigmático, enfatizó sobre él: "Tenemos horas por delante para hablar con los médicos y valorar su situación. No solo hay que mirar el presente, sino también mirar hacia adelante". Respecto a Fernando Torres fue conciso: "También está para jugar". No obstante, los plazos del ariete del Liverpool son más lentos que los del centrocampista del Barcelona. Del Bosque tiene cesto para relevar a ambos. Sin Torres, Villa fijará el eje de la delantera, sin necesidad de desplazarse a un costado, y será la única referencia en el ataque. Al seleccionador le seduce un centro del campo más poblado, una línea versátil con futbolistas para el dique, el toque y la llegada. España tiene de todo. Sin Iniesta, el dibujo se alteraría porque daría vuelo a un extremo natural: Mata, Pedro o Navas, salvo que apueste por Cesc.

Cualquier variante es sólida. El fondo de armario también ampara el rango de esta selección. A unas horas de su debú en un Mundial -tampoco lo vivió como jugador-, Del Bosque se expresó con el sosiego que le caracteriza. Por ahora, no da señales de angustia como tantos de sus predecesores. Su discurso se mantiene firme, anclado siempre en conjugar los grandes valores del equipo con el respeto incondicional al adversario. "Suiza es un equipo más que una selección, está muy bien organizado y tiene un acreditado entrenador [Ottmar Hitzfeld, alemán]. Es nuestra primera oportunidad", convino, "de avanzar desde el respeto. No estamos en la utopía de lo que piensa la gente, sino en la realidad". Y una proclama más respecto a una posible sobredosis de optimismo: "El buen deportista se enfrenta a los retos desde la humildad y lo que hemos de procurar es saber que la responsabilidad es buena, pero no debe atenazarnos".

Del Bosque es un termómetro preciso del estado de ánimo de la selección, un grupo en el que prevalecen el optimismo y la profesionalidad. Al contrario que en otras épocas, en esta concentración, al menos por ahora, no hay incendios que sofocar. Lejos de tirar cerillas, el seleccionador tiene temple y mantiene su talante apaciguador. Un ejemplo: al ser preguntado por las burlas del balón, el Jabulani, apeló de forma nada forzada a sus dotes conciliadoras: "El balón ha hecho algún extraño, es verdad, pero hay que ser positivos. Debemos ayudar a todos, ya sea respecto al balón o la logística. Venimos con la idea de ayudar para que este Mundial, que se juega en un país muy distinto de los que acogieron los otros 18 campeonatos, sea el mejor. Nada debe impedir que se consuma el éxito que esperamos". África y Sudáfrica ya saben dónde tienen un firme aliado. Otra ventaja para España, que parte con todo a favor. Incluidos los 5.000 seguidores que, según la federación, le apoyarán en directo.

Fuente: El País