Jefe municipal es asesinado por su esposa

Óscar Alvariño, fue víctima de los celos de su esposa Aida Gonzáles. La mujer está en la cárcel. “Este desenlace ya se veía venir porque la esposa del pobre hombre era una mujer muy violenta y está enferma de celos”, afirman compañeros de trabajo de la víctima.

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Óscar Javier Alvariño Flores fue velado en el salón de Obras Públicas de la Alcaldía Municipal -foto: fernando balderrama



DARYNKA SÁNCHEZ A., OPINIÓN

El jefe del departamento de Señalización de la Alcaldía Municipal del Cercado (Cochabamba), Óscar Alvariño Flores, fue víctima de los celos de su esposa Aida Gonzáles. La mujer está en la cárcel

Óscar Javier Alvariño Flores (42), jefe municipal de Señalización de la Alcaldía del Cercado desde hace 15 años, perdió la vida el viernes en la madrugada cuando su esposa Aida Gonzáles Alcócer (40), en un arranque de celos, lo atacó con una picota en su casa y lo hirió cuatro veces en la cabeza.

De acuerdo al informe policial preliminar, los dos esposos compartían la noche del jueves en su casa cuando surgió una discusión entre ellos “por problemas sentimentales”. La pelea llegó al enfrentamiento físico y según el vocero de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), mayor Richard Vargas, “la esposa, a tiempo de defenderse, le dio con una picota”.

Sin embargo, según los amigos y funcionarios que trabajaban con Alvariño, “este desenlace ya se veía venir porque la esposa del pobre hombre era una mujer muy violenta y está enferma de celos”.

Aida Gonzáles mató a su marido a las dos de la madrugada del viernes 23 de julio. Cubrió el cadáver de Alvariño, en el patio, para “que no lo vieran” sus hijos y esperó casi 14 horas para llamar a la Policía e informar lo ocurrido.

Gonzáles, en una audiencia de medidas cautelares, ayer, fue detenida preventivamente en la cárcel de San Sebastián mujeres por orden de un juzgado de instrucción cautelar penal.

IMPUTACIÓN “LEVE” La fiscal Patricia Guevara imputó a Aida Gonzáles por el delito de “homicidio por emoción violenta”, que tiene una pena de uno a seis años de cárcel. Aunque la fiscal explicó que esta calificación es apenas “temporal”, en tanto se recojan más elementos de juicio sobre lo ocurrido en casa de los Alvariño Gonzáles, los funcionarios de la Alcaldía y amigos del jefe municipal  anunciaron marchas de protesta porque, según ellos, Aida Gonzáles debía ser imputada por asesinato, pues “ya en otras ocasiones agredió físicamente a su marido y lo amenazó de muerte”.

Óscar Alvariño nació en Lima Perú. Era ingeniero en señalización y en 1995 llegó a Cochabamba con una compañía americana para instalar el sistema de semaforización que funciona hasta hoy. El alcalde de entonces le ofreció quedarse a trabajar en el municipio tomando en cuenta su currículum profesional. Conoció a la cochabambina Aida Gonzáles, cuando ella ya era madre de una niña que hoy tiene 20 años y a la que Alvariño le dio su apellido. Luego tuvieron un niño, que ya cumplió 12 años.

El peruano Marco Bustamante, dijo que juntos conocieron, enamoraron y se casaron con sus respectivas esposas, pero acotó que Aida era muy celosa y agresiva. “Una vez le rompió la nariz con una maceta y mi amigo no reaccionaba, era un hombre de 1,80 metros de estatura, pero de carácter demasiado pasivo”. Otros funcionarios contaron que ella lo denunciaba en la Brigada por violencia, pero quien siempre llegaba herido a la oficina era Alvariño.