La edad del tiempo en el Bicentenario

SUSANA Susana Seleme Antelo

¿Tendrá una edad el tiempo? ¿Cómo medirla, más allá del reloj y del calendario? Asumo que habría que medirla por los resultados de su devenir, no sólo en el tiempo, sino también en el espacio. Por eso me animo a afirmar que este Bicentenario contiene mucho más que sus 200 años: contiene vida, historia, luchas, heroísmos, hazañas.

Contiene el tiempo y las urgencias de los que aquí habitaban -los pueblos indígenas- y también las urgencias y los tiempos de los que llegaron -los conquistadores-. Contiene un 1560, según Humberto Vázquez Machicado, cuando “el Virrey del Perú, Márquez de Cañete, designó a Ñuflo de Chávez Gobernador de la Provincia de Moxos, uniendo mediante acto jurídico, los dos componentes de la nacionalidad boliviana que se creaba ese día: el Oriente tropical agrícola y el Altiplano andino y minero”, tan distintos, pero juntos. Contiene las luchas por la independencia, la fundación de la República, la hazaña contra el olvido colonial y el desdén republicano, el Memorándum de 1904 y otros jalones de historias, hasta la mitad del siglo XX. Contiene aquellos años ‘50, cuando el tiempo surgió con urgencias postergadas y la historia empezó a rugir con otros tonos, los del progreso y el desarrollo, nunca separatistas, ni regionalistas ni divisionistas, sino autonomistas de muy larga data.



Santa Cruz festeja sus 200 años de independencia, con sus antes y después en este septiembre de autonomía. ¡Sí, de autonomía! más allá de las cortapisas y mezquindades de un centralismo que se niega a morir, pero que urgido por el tiempo y el espacio siempre dinámicos y en movimiento, las tuvo que incorporar a la nueva Constitución Política del Estado(CPE). Vale decir, somos legal y constitucionalmente autonómicos, tenemos gobernadores electos, Gobernaciones con Asambleas Legislativas Departamentales, pero no olvidamos a los muertos, ni que la autonomía, aunque haya nacido viva, está algo ‘mutilada’.

Tampoco debemos impacientarnos: como dijeron nuestros líderes cívicos, políticos, sociales, la muchedumbre del millón y el pueblo de a pie, este es un largo proceso en el que las competencias autonómicas reales y verdaderas hay que ir ganándoselas al centralismo y a los centralistas que buscan el poder total. Ese que persiguen los centralistas del MAS no es sólo poder político: es también poder económico y Santa Cruz es quién más excedentes genera. De ahí que iremos construyendo y perfeccionando la autonomía para velar por una economía política que resguarde y cuide el uso de los excedentes que genera el departamento para mayor inversión productiva, vinculada al empleo digno, más oportunidades y equidad sociales, solidaridad y subsidiaridad, derechos y obligaciones civiles, más democracia y libertades políticas.

Recuerdo en este septiembre bicentenario las marcas indelebles de las Reforma del Estado que, llámase Plurinacional o República, se gestaron desde aquí para Bolivia: las regalías petroleras, la apuesta por la democratización de las alcaldías, la elección de prefectos y la larga lucha por las autonomías.

Felicidades a las mujeres y hombres cruceños, a los dirigentes de ayer y de hoy en estos 200 años, que son muchos más en la edad del tiempo del tiempo y sus urgencias. Felicidades a los aquí nacidos y aquí llegados, para vivir en un Estado Democrático y Social de Derecho, inclusivo, sin distinciones étnico nacionalistas, sin rechazo a los que piensan diferente, sin presos políticos ni exiliados, sin perseguidos con argucias judiciales .