¿Servicio a la patria o reformatorio?

Ya debiéramos estar curados de espanto pero parece que algunos funcionarios gubernamentales quisieran llevar hasta límites insospechados nuestra capacidad de asombro. Ahora resulta que el Viceministerio de Seguridad Ciudadana quiere convertir a las Fuerzas Armadas en una especie de reformatorio para encarrilar a algunos jóvenes badulaques. image

Resulta que ahora el “servicio a la Patria” será una especie de castigo para algunos adolescentes descarriados. La displicencia con la que se proponen leyes resulta aterradora y no se trata tan solo de este caso. Ahí tenemos la cuestionada norma que consiente las relaciones sexuales entre niños a partir de los 12 años y a la cual se quiere justificar con el solo argumento de que se trata de un proyecto que viene desde el gobierno de Banzer y Tuto. En este caso la reacción en contra de diferentes sectores ha sido totalmente adversa y ha obligado al gobierno a recular; el Vice anunció veto presidencial a los artículos cuestionados de dicha norma.

A estas alturas los bolivianos debemos preocuparnos en serio por la irresponsabilidad de los masistas y los funcionarios gubernamentales para proponer cualquier proyecto traído de los pelos sin un mínimo de análisis de sus alcances y consecuencias y también por la facilidad con la que recuperan o “piratean” leyes de gobiernos “neoliberales” sin el menor recato.



La intolerancia; la única enseñanza que nos puede dar Irán

El año 2007 se produjo la primera visita del presidente iraní Mahmud Ahmadinejad a Bolivia y la segunda en noviembre de 2009; si intentamos una evaluación veremos que los resultados no pueden ser considerados muy provechosos. En primer término pareciera que lo único que podemos recoger de dichas visitas es su rastro fundamentalista que vienen expresando en diversos aspectos parlamentarios oficialistas y funcionarios que quieren prohibir la lectura de determinados libros, censurar el contenido de algunas telenovelas y hasta inmiscuirse en la forma de vestir de las mujeres. image

Los países son como las personas y sabemos que no es bueno andar en malas compañías ya que como afirman “dime con quien andas y te diré quien eres”. En consecuencia sabemos en forma antelada que la visita de Evo Morales a Teherán, tendrá como consecuencia que Bolivia se involucre cada vez más, con un grupo de países que no son precisamente democráticos ni recomendables, no solo por sus ligazones con el terrorismo (recordemos el caso AMIA en la Argentina) sino también por sus prácticas cavernarias que tienen como víctimas especialmente a las mujeres.

Otra vuelta más al tornillo

Los “pinchazos” telefónicos son una medida de excepción contemplada en las legislaciones de algunos países pero cuya aplicación es evitada a todo trance a menos que se trate de un caso de extrema necesidad. Cuando no queda más remedio que practicarla para combatir delitos mayores, se lo hace sujeto a una serie de controles y limitaciones dirigidas a evitar que se transforme en un instrumento de control de los ciudadanos, peligro que es evidente cuando determinados regímenes, como ocurre en el caso boliviano, han demostrado que sus inclinaciones democráticas son muy endebles.

Es claro que el actual gobierno acude a un nuevo pretexto para montar todo un andamiaje autoritario que parte del control de los medios de comunicación y que ahora amenaza con extenderse a todos y cada uno de los aspectos de la vida de los ciudadanos: la lucha contra el narcotráfico.