Olé: “Las bolillas nos dieron una mano, nos tocaron Bolivia, Colombia y Japón”

Argentina Copa America Ya arrancó la Copa América. Las bolillas nos dieron una mano. Nos tocaron Bolivia, Colombia y Japón. Checho Batista fue cauteloso para hablar de los rivales pero se puso una exigencia alta. "Jugar acá es una presión extra", dijo. Ahí está la Copa. Le tengo unas ganas. Desde el 93 que no la puedo tocar…”. Sergio Goycochea, conductor a la altura de las circunstancias de una ceremonia elegante, moderna, cuidada en la mayoría de sus detalles (otros, claro, aún responden a nuestra idiosincrasia), expresó un deseo que involucró a todos los argentinos. Porque lo que él no pudo tocar en todo este tiempo es lo que la Selección no pudo levantar en estos 17 años. Ni ese trofeo ni ningún otro. Es hora, sí… Probablemente, Sergio Batista haya sentido lo mismo. Que es la oportunidad. Que es necesario. Que hace falta. “Hay que ganarla.

Lo sabemos. Se juega en nuestro país y tenemos una presión extra”, fue lo primero que dijo el técnico. Sentado junto al Tata Brown, uno de sus ayudantes, en la sala central del Teatro Argentino de La Plata, el Checho vio cómo el sorteo de la 43º Copa América le hacía un pequeño guiño para el primer gran desafío de su ciclo en la Mayor: no hubo esta vez grupo de la muerte para la Selección. En realidad, era difícil que lo hubiese al ser los cabezas de grupo aquellos seleccionados más fuertes por historia. Pero por lo pronto evitó al Paraguay del Tata Martino, que cayó en la zona de Brasil. Para Batista y los suyos el debut pinta accesible: será ante Bolivia el 1 de julio del 2011, en el estadio Ciudad de La Plata. Y luego le seguirá Colombia, en Santa Fe. Y por último Japón, en Córdoba. “No hay rivales fáciles. Es un grupo tan difícil como los otros, pero lo vamos a preparar de la mejor manera.

Tenemos la confianza y la fe de que podemos ganar la zona”, se entusiasmó el Checho, a pesar de que el protocolo en estos casos obliga a ser cauto. Aun así, la sensación general al salir del evento era la de un sorteo beneficioso. Hasta Carlos Bilardo, el manager de la Selección, siempre cuidadoso de los adversarios, dejaba exhibir esa tranquilidad que arrojaron esas innovadoras bolillas, que además de ser trasladas por hermosas señoritas llevaban adentro la bandera del país. El análisis es claro: Argentina enfrentará de entrada a dos equipos en reconstrucción. Bolivia, a partir del debut del DT argentino Gustavo Quinteros, y Colombia, con el Bolillo Gómez. En principio, el equipo argentino no debería tener problemas en superarlos. Y en el último turno, tal vez clasificada, enfrentará a un Japón que se mostró duro en el último amistoso pero con el que ahora se jugará en otro contexto. “Japón es un rival que evolucionó y lo demostró en el Mundial y contra nosotros.



Por eso hay que prepararse bien”, insistió Batista, quien reconoció que el grupo C (Uruguay, Chile, México y Perú) es el más difícil. Si bien el sorteo realizado en La Plata mostró un show interesante, con una muy buena escenografía y una formidable actuación del Ballet Brandsen, no tuvo la presencia de figuras rutilantes. Hubo sólo cuatro técnicos, tres de ellos argentinos: además del Checho, Martino y Quinteros. El otro fue César Farías, de Venezuela. Por todo, uno de los momentos más emotivos fue el homenaje a Juan Ramón Verón, crack de los 60/70, tricampeón de la Libertadores con Estudiantes, la Bruja padre de la Bruja hijo fue condecorado con una orden de honor al mérito deportivo. Casi quebrado, sólo pudo agradecer. ¿Cómo influirá la localía en esta búsqueda de un postergado título? De eso también habló Batista: “Bienvenida la posibilidad de jugar acá. Es una linda presión, la gente jugará un papel muy importante y los jugadores, estando en su país, van a querer ganar la Copa aún más”. Que así sea…

Ya arrancó la Copa América. Las bolillas nos dieron una mano. Nos tocaron Bolivia, Colombia y Japón. Checho Batista fue cauteloso para hablar de los rivales pero se puso una exigencia alta. "Jugar acá es una presión extra", dijo.

Ahí está la Copa. Le tengo unas ganas. Desde el 93 que no la puedo tocar…”. Sergio Goycochea, conductor a la altura de las circunstancias de una ceremonia elegante, moderna, cuidada en la mayoría de sus detalles (otros, claro, aún responden a nuestra idiosincrasia), expresó un deseo que involucró a todos los argentinos. Porque lo que él no pudo tocar en todo este tiempo es lo que la Selección no pudo levantar en estos 17 años. Ni ese trofeo ni ningún otro. Es hora, sí… Probablemente, Sergio Batista haya sentido lo mismo. Que es la oportunidad. Que es necesario. Que hace falta. “Hay que ganarla. Lo sabemos. Se juega en nuestro país y tenemos una presión extra”, fue lo primero que dijo el técnico.

Sentado junto al Tata Brown, uno de sus ayudantes, en la sala central del Teatro Argentino de La Plata, el Checho vio cómo el sorteo de la 43º Copa América le hacía un pequeño guiño para el primer gran desafío de su ciclo en la Mayor: no hubo esta vez grupo de la muerte para la Selección. En realidad, era difícil que lo hubiese al ser los cabezas de grupo aquellos seleccionados más fuertes por historia. Pero por lo pronto evitó al Paraguay del Tata Martino, que cayó en la zona de Brasil. Para Batista y los suyos el debut pinta accesible: será ante Bolivia el 1 de julio del 2011, en el estadio Ciudad de La Plata. Y luego le seguirá Colombia, en Santa Fe. Y por último Japón, en Córdoba.

“No hay rivales fáciles. Es un grupo tan difícil como los otros, pero lo vamos a preparar de la mejor manera. Tenemos la confianza y la fe de que podemos ganar la zona”, se entusiasmó el Checho, a pesar de que el protocolo en estos casos obliga a ser cauto. Aun así, la sensación general al salir del evento era la de un sorteo beneficioso. Hasta Carlos Bilardo, el manager de la Selección, siempre cuidadoso de los adversarios, dejaba exhibir esa tranquilidad que arrojaron esas innovadoras bolillas, que además de ser trasladas por hermosas señoritas llevaban adentro la bandera del país.

El análisis es claro: Argentina enfrentará de entrada a dos equipos en reconstrucción. Bolivia, a partir del debut del DT argentino Gustavo Quinteros, y Colombia, con el Bolillo Gómez. En principio, el equipo argentino no debería tener problemas en superarlos. Y en el último turno, tal vez clasificada, enfrentará a un Japón que se mostró duro en el último amistoso pero con el que ahora se jugará en otro contexto. “Japón es un rival que evolucionó y lo demostró en el Mundial y contra nosotros. Por eso hay que prepararse bien”, insistió Batista, quien reconoció que el grupo C (Uruguay, Chile, México y Perú) es el más difícil.

Si bien el sorteo realizado en La Plata mostró un show interesante, con una muy buena escenografía y una formidable actuación del Ballet Brandsen, no tuvo la presencia de figuras rutilantes. Hubo sólo cuatro técnicos, tres de ellos argentinos: además del Checho, Martino y Quinteros. El otro fue César Farías, de Venezuela. Por todo, uno de los momentos más emotivos fue el homenaje a Juan Ramón Verón, crack de los 60/70, tricampeón de la Libertadores con Estudiantes, la Bruja padre de la Bruja hijo fue condecorado con una orden de honor al mérito deportivo. Casi quebrado, sólo pudo agradecer.

¿Cómo influirá la localía en esta búsqueda de un postergado título? De eso también habló Batista: “Bienvenida la posibilidad de jugar acá. Es una linda presión, la gente jugará un papel muy importante y los jugadores, estando en su país, van a querer ganar la Copa aún más”. Que así sea…

Fuente: Olé