De cómo disfrazar las cosas

Así lo nieguen de la manera más enfática, los masistas han aprendido mucho de los neoliberales a los cuales dicen detestar y les endilgan todos los males, habidos y por haber. Esta coincidencia no se refiere solo al entusiasmo con el que lanzan antipopulares medidas como el gasolinazo sino a la forma con el que buscan disfrazarlas mediante capciosos juegos semánticos.

imageAmas de casa de El Alto protestan contra el ‘gasolinazo’ y el ‘tarifazo’ de los transportistas. Se escucharon algunos pedidos de renuncia de Evo

Con el D.S 21060 los trabajadores de varios sectores despedidos fueron denominados “relocalizados”. Resulta que ahora y siguiendo la misma línea de razonamiento, la escandalosa elevación en el precio de los carburantes, no es tal, sino que se trata tan solo de una “nivelación”. ¿Y cómo llamarán al decreto que aumenta las ganancias de las transnacionales petroleras en más del 100% ?; una medida que el charlatan equipo económico de Evo trata de ocultar para evitar que la población se indigne aún más.



Por lo visto seguirán con las delicias del lenguaje que permiten disfrazar hasta las más oscuras intenciones. De esta forma la muerte de civiles en confrontaciones bélicas son “daños colaterales” y el asesinato de millones de judíos no fue más que una “solución final”.

Evo en su laberinto

La verdad es que Evo Morales atraviesa los momentos más duros de su gobierno. En pocos días se ha transformado y ya no luce tan seguro como antes. La explicación que intentó hacer sobre el gasolinazo fue más que patética; daba la impresión que alguien le robó el libreto y solo atinaba a balbucear algunas incoherencias.

Todos en el palacio de Gobierno han advertido este cambio. La arrogancia de la que hacia gala en todo momento ha dado paso a un estado de ánimo parecido al desaliento. Supuso que los bolivianos estaban dispuestos a agachar la cabeza ante todos sus deseos pero ahora está viendo que todo tiene su límite y ese súbito despertar es seguro que le ocasionara un severo trauma.

El infalible, el iluminado se dio de narices contra la realidad y nunca antes como ahora se puede afirmar que el MAS entró en franco declive. Se le acabó el discurso y su retórica pretendidamente de izquierda ha sido guardada en el baúl de los recuerdos porque han mostrando, con el gasolinazo, que son mas “derechistas” que los neoliberales.

El mercado ya no es una mala palabra

El precio de los carburantes dependerá del mercado internacional. Lo dijo sin ruborizarse el ministro de Economía, Luis Arce. Que lejanos parecen aquellos días en que el solo pronunciar la palabra “mercado” podía significar ser sometido de inmediato a esa temible inquisición masista.

Hasta hace poco tiempo los masistas de distinto nivel proclamaban que sin el Fondo Monetario Internacional “estamos mejor” pero también en eso han cambiado y adoptaron una medida que ese organismo internacional, sinónimo del capitalismo, recomendaba desde hace bastante tiempo atrás.

Se sabe también que están prestos a acatar otras recomendaciones como la suspensión de los bonos Juancito Pinto y Juana Azurduy por la sencilla razón de que no hay forma de mantenerlos y que a duras penas se mantendrá la renta Dignidad.