Los cocales laceran suelo de Yungas; ONUDD alerta de desastres en la región

Como consecuencia del monocultivo de hoja de coca que se observa en los municipios yungueños de Coroico, Chulumani y Coripata, son altamente vulnerables a sufrir desastres naturales. La ONU pide medidas correctivas para prevenir desastres.

image Cocal en Yungas. En la foto tomada este año, se ve un terreno con cultivo de coca en Puente Villa.

La Razón



Los cocales laceran suelo de Yungas

Yungas. La ONU pide medidas correctivas para prevenir desastres

Los monocultivos, especialmente  de coca en la zona de los Yungas y de Caranavi, están degradando los suelos en la región en el norte de La Paz, lo que amenaza con provocar desastres naturales, la desaparición  de la fauna piscícola y reducir la calidad del agua y la biodiversidad.

Estas conclusiones son parte de un estudio de fertilidad de suelos, amenazas de desastres naturales, biodiversidad acuática y vegetación de los Yungas de La Paz, realizado por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), que tiene el financiamiento de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), que aportó cerca de $us 250.000.

“Este estudio nos ha permitido conocer del impacto del monocultivo descontrolado de cualquier especie. En este caso, con (el cultivo de) la hoja de coca, no se respeta el medio ambiente, no hay un estudio de impacto ambiental, lo que genera riesgos grandes para la comunidad en general y el futuro de la sostenibilidad de esos terrenos para una estrategia productiva”, manifestó ayer el representante de la ONUDD en Bolivia, César Guedes.

Zonas. Añadió que las zonas de más alta degradación, según el estudio, están localizadas al Oeste de los Yungas, en zonas como Coripata, Chulumani, parte de Coroico (zonas consideradas de cultivo tradicional de coca), mientras que las zonas que aún tienen alto potencial de conservación, son las de Palos Blancos y La Asunta (en el este de Yungas).

La experta en Biodiversidad del Proyecto F-57 que ejecutó el estudio, Carla Maldonado, mencionó que hasta un 56% de los suelos están degradados porque fueron trabajados por mucho tiempo, en especial, con el monocultivo de la hoja de coca.

“Los cultivos son excesivos, cosechan tres veces al año y eso degrada el suelo. El problema con la coca es que son arbustos pequeños y el sol entra directamente. La lluvia y la poca vegetación ayudan a la erosión, dañan el piso y es mucho más peligroso tener sólo coca que rotar con otros cultivos”, declaró la experta.

Reconoció que cambiar de producto es difícil porque la gente prefiere seguir sembrando hasta que la tierra ya no dé más porque, para los campesinos, “el cultivo de la coca es fácil y económicamente muy rentable”.

El estudio alerta que estas zonas son pasibles a inundaciones por las precipitaciones intensas, las que se complican cuando el terreno no tiene la capacidad de absorber la lluvia y el agua fluye por la superficie.

Según esta investigación, la mayor probabilidad de inundaciones se da cerca de los ríos Alto Beni, Quiquibey, Cotacajes y Boopi, por lo que el desarrollo de infraestructura y asentamientos humanos cerca de esas franjas corren riesgo de ser destruidos o severamente dañados de presentarse una fuerte avenida.

En el estudio se infiere que las zonas de fuertes pendientes son las más proclives a sufrir deslizamientos. “Y si ello coincide con una zona de altas precipitaciones y se agrega una cobertura insuficiente, uso intensivo (agrícola) sobrepresionando su vocación natural, las probabilidades de deslizamientos son sin lugar a dudas muy altas”, se lee en el documento que fue entregado ayer por los investigadores en cuatro tomos.

César Guedes también apuntó las conclusiones del estudio donde se observa la presencia de heces fecales en los ríos, lo que pone de manifiesto la ausencia de saneamiento básico en la zona, especialmente, por los asentamientos humanos relativamente nuevos, causando contaminación de las aguas que afecta la fauna piscícola.

El consultor de F-57, José Subieta, añadió que en las zonas tradicionales de monocultivo intensivo de coca, hay una fuerte erosión del suelo, que termina en los ríos, afectando en la cantidad de la biodiversidad de peces y macro invertebrados.

“En la medida de que el monocultivo esté presente en la zona, ya sea de coca u otros cultivos (como el café, cítricos, entre otros), representa un riesgo al medioambiente, dado las pendientes del terreno y la calidad de los suelos”, destacó, por su parte, el director de USAID, Wayne Nilsestuen.

Aún quedan zonas para conservar

La Oficina de las NNUU contra el Delito y las Drogas evidencia que, pese a la fuerte intervención de los suelos y el incremento de la frontera agrícola, en Yungas aún quedan lugares para conservar con una alta biodiversidad en flora y fauna.

Sugerencias de los autores

Para evitar la pérdida de los nutrientes de los suelos de los Yungas, el estudio de la Oficina de las Naciones Unidas Contra el Delito y las Drogas (ONUDD) recomienda incorporar abonos orgánicos, hasta las encaladuras (cubierta), y mantener la cobertura vegetal para evitar mayor deterioro del suelo.

Sugiere la rehabilitación y control de áreas frágiles o en estado avanzado de erosión, estabilización de suelos y medidas de mitigación de riesgos para evitar desastres.

Con el fin de mantener la fauna acuática y la calidad del agua, propone realizar programas de educación ambiental, servicios básicos, fortalecer instituciones para mejorar el manejo y sistemas de monocultivos intensivos de coca y realizar asociaciones estratégicas con centros de investigación.

Entre otras recomendaciones, sugiere recuperar el potencial de conservación de la zona en estudio y preservarla como atractivo turístico. Para evitar la pérdida de biodiversidad, propone delimitar claramente los límites de expansión agrícola en estas áreas, protegiendo aquellas áreas identificadas con prioridad de conservación.

ONUDD alerta de desastres en los Yungas

Como consecuencia del monocultivo de hoja de coca que se observa en los municipios yungueños de Coroico, Chulumani y Coripata, son altamente vulnerables a sufrir desastres naturales.

La Prensa

César Guedes, representante residente de la Organización de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (ONUDD) en Bolivia, e Iván Alfaro, gerente del proyecto F-57, explicaron ayer que el daño ambiental detectado en la parte oeste de los Yungas es severo.

La ONUDD y el proyecto F-57 elaboraron cuatro estudios ambientales en la región yungueña paceña referidos al balance hídrico, fertilidad de suelos, vegetación y biodiversidad y biodiversidad acuática y calidad del agua.

Hay dos regiones, en las que ya existen intervenciones humanas y plantaciones de coca, y en las que el bosque primario permanece relativamente sin daño, por lo que es menos vulnerable, aunque no por ello, menos frágil.

Según Guedes, los cultivos de coca en Yungas son legales, pero éstos “se han estado expandiendo a otras regiones, como Apolo, que no están reconocidas como zonas tradicionales”, a cuya producción “yo no le veo otro destino que el narcotráfico. Ahí hay que tomar las medidas de racionalización del caso”.

Admitió, además, que en las zonas en las que se cultiva intensivamente la coca se emplean agroquímicos, que han causado un deterioro de la calidad del agua y del suelo.

A su turno, Wayne Nilsestuen, director de USAID en Bolivia, entidad que participó en la elaboración de los mencionados estudios, confirmó ayer que es probable que se reduzca la ayuda que presta su Gobierno a Bolivia como consecuencia de la crisis financiera internacional y no por una decisión política.