¿Para cuándo, gobernador?

alcalde-cotoca Indigna la parálisis del gobernador cruceño ante los procesos, encarcelamientos y destituciones contra alcaldes autonomistas del departamento, los más de los cuales llegaron a sus cargos con la agrupación ciudadana de Rubén Costas. La última víctima (por el momento) de la arremetida destituyente del oficialismo es el alcalde de Cotoca, Wilfredo “Coco” Añez, un luchador por la democracia y la autonomía que hace un par de años, como diputado suplente por su circunscripción, acompañó una protesta ciudadana para exigir la culminación de la carretera Santa Cruz-Cotoca, mediante la toma de una tranca. Ahora, ese acto le ha valido la prisión en Palmasola, a donde fue enviado por una justicia obviamente manipulada desde el poder central. Vale la pena recordar que Evo Morales fue, en sus tiempos de simple dirigente cocalero y también en su fase de diputado, el impulsor de varias tomas de instituciones en El Chapare y otros puntos de Cochabamba, sin que esto le significase la prisión. El mismo día que esto sucede, el secretario de coordinación de la Gobernación cruceña dice que “Ha habido un gran avance en la autonomía”, palabras que parecen una cruel ironía en momentos en que ya no sólo la autonomía departamental, sino también la municipal, caen a pedazos bajo el empuje de una maquinaria totalitaria y ultra-centralista. Por su parte, el gobernador sólo parece interesarse en cuestionar las persecuciones cuando éstas amenazan con cernirse sobre su propia cabeza. Ni Rubén Costas ni la gente de su entorno estuvieron hoy en la audiencia donde se decidió el encarcelamiento de Wilfredo Añez. Se están llevando a su gente, gobernador. Cuando le toque a usted, será demasiado tarde.

El negocio de los cupos

La inminente modificación de la política de combustibles, preanunciada por un spot del gobierno y por un discurso de Evo Morales, podría derivar en el surgimiento de dos precios paralelos del diesel y el gasoil: uno sin subsidios, dirigido sobre todo a los sectores “hostiles” como el agro cruceño; y otro subsidiado, supuestamente orientado a los sectores “populares”. Lo cierto es que el segundo será presumiblemente manejado a través de alguna modalidad de cartillas de racionamiento, donde los dirigentes de ciertas organizaciones sociales afines al partido oficial se convertirían en repartidores de dádivas. Buen negocio, sin duda, el de los cupos, para unos pocos burócratas sindicales que se enriquecerían a costa de un nuevo ajuste de cinturón para la economía nacional. Todo este panorama se dibuja en momentos en que “mandos medios” del MAS, sobre todo cabezas de diversos “movimientos sociales”, vierten sus críticas anuales contra un gabinete ministerial donde aún no han encontrado las cuotas de poder deseadas. ¿Será que el Ejecutivo encontró la manera de compensarlos, generando un negocio de distribución de cupos que calme en algo la puja por pegas en el seno del oficialismo?

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