Bolivia: entre Chile y Perú

Dane Pino Archondo

DANTE Va de un lado al otro. Nos dice que sus diferencias con el neoliberalismo o el capitalismo son tan grandes que nada que se origine en ellos puede ser digno de su confianza. El capitalismo y sus correligionarios son tan despreciables que no pueden ser sujetos de crédito. Evo Morales está convencido de que su verdad, esta verdad sobre el capitalismo es tan cierta que en base a ella, le dijo al Presidente Alán García que entre sus gobiernos no podían establecer buenas relaciones, por las diferencias ideológicas que los separan. El presidente Alán García en su primer gobierno trató de andar por el camino que está haciendo Evo Morales y esa experiencia, le enseñó que un Presidente debe estar por encima de las pasiones políticas y debe mirar con objetividad el mundo que le rodea y ha logrado que el Perú sea ahora un país visto por la inversión como el más interesante de Sudamérica.

En buenas cuentas, el gobierno peruano de Alán García es para Evo Morales un gobierno neoliberal con el cual nada debe hacerse más allá de lo prudente, para evitar cualquier contagio. Así han transcurrido los años entre Bolivia y Perú.



Concluido el mandato de la señora Bachelet en Chile, el señor Sebastián Piñera, un empresario que es capitalista, que defiende el capitalismo y lo primero que hizo al gobierno de Morales es advertirle que Bolivia no tendrá “salida al mar con soberanía”, resulta que se convierte en una persona con la cual ” Ha crecido la confianza (entre ambos países). Yo estoy muy alentado. Tengo mucha confianza” y no solo esto, sino que “He conversado bastante con el actual Presidente de Chile (Sebastián Piñera). Tenemos buena amistad. Y en verdad el Presidente de Chile se preocupa. No solamente se preocupa, sino que se ocupa. Hemos escuchado por los medios de comunicación que se reúne con los partidos, con algunos sectores sociales (chilenos) consultando cómo resolver” el reclamo marítimo boliviano, afirmó. Para despejar cualquier duda acerca de esta confianza que destila en un Presidente neoliberal, capitalista y empresario nos dice:

”Digo esto porque me habló (Piñera) de cierta inversión de algunos empresarios en plantas hidroeléctricas (bolivianas). Me parece interesante, debatamos. Por eso esta comisión especial de alto nivel trabajará para proponernos a los presidentes y debatir y hacer las consultas correspondientes a nuestros pueblos para resolver un tema histórico que es largamente esperado por el pueblo boliviano”, sostuvo el gobernante en Cochabamba.

Entre la posición ideológica que sostiene Alán García y que deviene de la corriente aprista que tiene una posición mucho más cercana al socialismo y la ideología neoliberal que sustenta Sebastián Piñera, hay ciertamente distancias muy respetables.

¿Cómo entender a Evo Morales? Si Piñera es digno de confianza – y nada menos que un tema tan delicado para los bolivianos como es la recuperación con soberanía del territorio arrebatado por Chile en 1874- a pesar de la posición ideológica que este sustenta y que Morales combate con la consigna de “Patria o Muerte”, por qué no lo es Alán García que representa no sólo una corriente mucho más afín a la de Morales, sino que como Presidente ha dado continuidad y apoyo a la causa boliviana, al punto de reiterar el uso del puerto de Ilo, por Bolivia, como muestra de ello?

¿Qué es lo que realmente le preocupa a Piñera, que convoca a sus congresistas a debatir el asunto marítimo, que para él no tenía discusión respecto a la pretensión boliviana de soberanía y salida al mar? ¿Que Bolivia obtenga en la próxima Asamblea de la OEA apoyo político? ¿Que Bolivia pueda con la nueva Constitución Plurinacional denunciar el tratado de 1904? Y lo más importante: ¿en qué basa su confianza Evo Morales al punto de enfriar las relaciones peruano – bolivianas por diferencias ideológicas insalvables mientras calienta las mismas con Chile, a pesar de las evidentes distancias ideológicas que le separan de Sebastián Piñera?

Al tropezón económico vivido hace poco, le debemos añadir este otro. Evo Morales es el émulo más digno de Melgarejo, otro populista del siglo XIX que facilitó la usurpación chilena a cambio de lisonjas y regalos.