No paran intentos para silenciar al periodismo

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Índice de los Editoriales de Periódicos

  1. El Día: 1561: Bolivianos porque nos da la gana

  2. El Día: Gas, alimentos, democracia y revolución

  3. El Día: Bolítica

  4. El Día: Prohibido aplaudir

  5. El Día: La revolución importadora

  6. Los Tiempos: VANDALISMO SIN CONTROL

  7. El Deber: A mejorar el sistema penitenciario

  8. Cambio: Comunicación y democracia

  9. La Prensa: Políticas contra desastres

  10. El Diario: No paran intentos para silenciar al periodismo

  11. El Mundo: Racionalidad

  12. Opinión:

  13. Clarín, Argentina: Egipto y el nuevo escenario mundial


El Día: 1561: Bolivianos porque nos da la gana



Pensando en Voz Alta

A lo largo de las últimas semanas en esta columna me he estado refiriendo a los aspectos más sobresalientes de nuestra historia a partir del 26 de febrero de 1561. Al estar sometido a la tiranía del espacio (un determinado número de caracteres) tengo plena conciencia de que en este rápido y sintético panorama muchos hechos y personajes importantes han quedado en el tintero. Sin embargo, creo que el objetivo se ha cumplido. Se trataba de ofrecer al lector los elementos necesarios para que en este tiempo en el que nos estamos preparando para conmemorar los 450 años de fundación, renovemos nuestro sentimiento cívico y nos reenamoremos de Santa Cruz de la Sierra.

Santa Cruz de la Sierra (a la que D’Orbigny llamó la ciudad de los campos; el antropólogo Nordenskiöld, capital de la llanura; Otero Reiche, capital del espejo y de la música:  Sanabria Fernández, la ciudad andariega; y el grupo chileno Amereida, capital poética de América) fue fundada en el mismo corazón de Sudamérica porque así lo planificó su fundador.

Santa Cruz de la Sierra estuvo lejos de todas partes durante 400 años. Sin embargo, cumple a cabalidad el rol que le había deparado la historia. Ha sido el nexo que unía las tierras altas y la inmensa llanura que conformaban la Audiencia de Charcas, la circunscripción de la que dependió durante el período colonial. Por otra parte, a pesar de su pobreza  le sirvió a esta misma Audiencia como “muro de contención” de las pretensiones expansionistas de Portugal y de los ataques de “indios de guerra”. Finalmente, fue fiel al encargo que le había dejado don Ñuflo, de poblar y desencantar la tierra.

Santa Cruz de la Sierra, capital de la gobernación más extensa durante el período colonial y del departamento más grande en la república, ha sobrevivido gracias al trabajo de la tierra. Desde el primer momento los cruceños hemos estado ligados al trabajo de la tierra para sobrevivir en medio del aislamiento. Asimismo, desde el principio mantenemos una relación amorosa con la tierra, que es la hemos convertido en una mujer exuberante y generosa, antes que avara y celosa.

Santa Cruz de la Sierra ha sido capaz de crear una cultura con personalidad propia, la cruceña. Se trata de una cultura que surge de lo que los antropólogos han llamado la “cultura de frontera”,  que se ha mantenido en el tiempo y que está resistiendo los más duros embates a partir de la segunda mitad del siglo XX. El conocimiento de esta cultura (que se manifiesta desde el modo de hablar hasta la gastronomía; desde la música popular hasta la barroca misional; desde los mitos y leyendas hasta la novela, cuento, poesía, dramaturgia; desde la pintura rupestre más antigua hasta las últimas manifestaciones de las artes pláticas) nos aumenta la autoestima, pues nos muestra de lo que los cruceños somos capaces.

Santa Cruz de la Sierra, la capital de la llanura,  a lo largo de estos 450 años de historia ha sufrido no sólo la excluyente política andinocentrista que tiene una visión estrecha de país, sino los permanentes ataques de los “patriotas” de turno que siempre han querido ver en el movimiento reivindicacionista cruceño un separatismo disolvente.

Santa Cruz de la Sierra, la ciudad a la que le debemos amor y respeto, nació a la historia el 26 de febrero de 1561; por tanto, el festejo oficial de su 450 aniversario es esa fecha, ni antes ni después.

Este breve repaso de nuestra historia y nuestra cultura nos tiene que llevar  al convencimiento, una vez más, de que los cruceños somos bolivianos porque nos da la gana. Ojalá que este convencimiento además nos  haga retomar las banderas de la lucha cruceñista –que debe ser permanente y sostenida—bajo la consigna de que primero es Santa Cruz.

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El Día: Gas, alimentos, democracia y revolución

Terra Nostra

Primer año del segundo período del presidente Evo Morales. Las ganas de mandar, la ambición  de poder, los sueños de tantos días en vela, una vida consagrada a la lucha sindical y política han marcado su vida desde joven, pero ya está golpeando el medio siglo. Estos días no son los mejores para el de Orinoca. Los que han experimentado el subir  a  una montaña saben que se tienen  menos dificultades en la subida  que en la bajada.  El esfuerzo no permite pensar y la ilusión de alcanzar la meta tiene suficiente incentivo como para no reparar en el esfuerzo. Si el compromiso es grande, hasta ofrecer la vida parece poco. Al final, alcanzar la cumbre, saborear la victoria, gozar del aprecio a los vencedores, compensa todo lo pasado.

Pero así es la vida. Llega la hora del descenso. Se busca seguridad, alejar los peligros que pueden hasta reclamar la vida. El vértigo de los que miran, hacia abajo, en la montaña. Todo parece confuso. El golpe del 2006 trajo millones de dólares a las arcas del Estado. Pero en solo tres años se invirtieron los papeles. Ahora se busca a las capitalizadas para salir del atolladero. Efectos colaterales: falta de técnicos, se publicita el contratar 211 en YPFB con la promesa de saltarse la Ley de austeridad y  pagarles más que al presidente (que  gana una ridiculez).

Lo peor, trabajar en una empresa sin horizontes. Gente de confianza, sin calificación profesional. Invertir en energía e hidrocarburos no había sido cosa de tierra y salivita. Las amenazas verbales que deleitaron a los políticos y la inseguridad jurídica en los contratos. ¡No habían servido hippies para redactar la Biblia!    

Alimentos, los necesita hasta el más rico. El sector agroindustrial radicado en el Oriente producía casi de todo y suficiente para dar seguridad alimentaria al país entero. Pero se lo identificó con la oposición al confuso socialismo andino indigenista propuesto por el Gobierno. Convenía para la estrategia de polarización  y para reforzar el apoyo  de los acólitos de occidente. Ahora no hay comida, los alimentos se importan y no hay solución a corto plazo. En Palacio Quemado creen que soplando se hace crecer la yuca, el sorgo, el maíz, la soya, la caña, etc. Azúcar importada en avión, ya acostumbrados al lujito del Falcon.    

…Las carestías son fruto de una mala gestión. Porque hoy sequía mañana inundación. Se evidencia la falta de políticas coherentes respaldadas por conocimiento. Una ministra se puso en su desesperación a vender carne sobre hules (adquirida en predios de familiares);  otro se puso el casco amarillo y salió a repartir garrafas para controlar el contrabando; en la Cancillería muestran preocupación por conseguir azúcar para las legaciones diplomáticas extranjeras, y mandan misivas para evitarles a los embajadores el hacer cola; los chanchos se ponen a meditar qué comer y los pollos deciden poner menos huevos y aportar menos carne.  Hoy se vende la yuca a 80 Bs la arroba, y el  gajo para plantarlo cuesta 20.

La democracia no es para predica dominical, es una práctica, es una cultura. El Presidente probablemente al inicio de su primer mandato, hace cinco años, no lo distinguía muy bien. Le puso a su proyecto, revolución en democracia.

Evo está en un verdadero laberinto. El tiempo de ascender, en base a resultados electorales, buena propaganda y la ingenuidad de la población se agotan. La espera de cinco años tiene que ser justificada y la gente en su mayoría empieza a cuestionarla. El obligado retroceso en la subida del precios de los hidrocarburos marcó un antes y un después. Como si la confianza, hasta ese momento todavía mantenida, contra toda esperanza, se acabó. Se exigen resultados: inversiones traducidas en empleos.  ¡Basta el despilfarro en propaganda de logros y éxitos que no existen!  Hasta los menos informados se preguntan por la realidad de la deuda pública, después vendrá el juicio sobre en qué se ha gastado.

Las cifras marean, porque el Gobierno acostumbró a la ciudadanía a hablar de miles de millones de dólares que ya danzaban en el imaginario social. Pero, ¿será que cuestan tanto las canchitas polifuncionales inauguradas por el Presidente? Porque empresas, empresas en serio, originadas en cuantiosas inversiones públicas, no las hay.

Como el general Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios, del Nobel  García Márquez, el Presidente buscará azorado una respuesta, ¿qué ha pasado? Los próximos no se atreven a decirle la verdad. El pueblo está harto de tanta ineficiencia, de tanta corrupción, de tanta “mala leche” –en términos castizos-. Hasta el Mallku Quispe lo dice: “no ha existido ese caso de alzamiento, de terrorismo, o sea que no han podido hacer el montaje”; una guerra sin cuartel contra un enemigo que no existió. El pueblo lo único que reclama es que lo dejen trabajar, sin “el genio” que inventa competencia desleal usando fondos públicos, sin pagar aranceles aduaneros ni emitir facturas. 

García M. relata de manera novelada el último año del General. Hora de pasiones moderadas.  Van quedando atrás los engaños, los conflictos, las traiciones, la lista de amigos y enemigos. La expresión final lo resume todo: Carajos, ¡Cómo voy a salir de este laberinto!

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El Día: Bolítica

Hubo una bajísima inversión, la cual es casi nula y si bien se mencionó una inversión de $us 14 millones por el ex ministro de Hidrocarburos (Vincenti), todos sabemos que esos fondos destinados no van a satisfacer a esa tendencia de la baja".

Carlos Flores
PRESIDENTE FED. EMPRESARIOS PRIVADOS DE COCHABAMBA


Se dice que: La baja inversión petrolera de apenas $us 271 millones en 2010, preocupa a los empresarios, ante un fuerte impacto en la provisión de gas natural para el mercado interno y de exportación".


En otros países vecinos se invierten billones de dólares, mientras que para Bolivia sólo alcanza unos pocos millones por la incertidumbre y la falta de seguridad jurídica".

Álvaro Ríos
analista económico y energético

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El Día: Prohibido aplaudir

El autócrata iraní, Mahmud Ahmadinejad, fue uno de los primeros en aplaudir las revueltas que terminaron derrocando al presidente egipcio Hosni Mubarak, quien llevaba 30 años en el poder. Sin embargo, cuando las protestas se trasladaron a Irán, el tirano reaccionó como de costumbre y la represión ya cobró una vida, mientras que su régimen ha amenazado de muerte a todos los opositores que salgan a las calles a rechazar sus ideas. Recordemos que Evo Morales fue otro de los que aplaudió lo de Egipto ¿lo hará ahora que se trata de su amigo? Y hablando de amigos, el dictador libio Muamar el Gadafi (42 años en el poder y gran cumpa del jefazo) ha tenido que soportar las primeras protestas en su contra y obviamente, la respuesta ha sido el palo. Cuando habló de Egipto, Evo Morales dijo que se trataba de una reacción contra el imperialismo y el capitalismo ¿qué dirá hoy? ¿qué dirá de las revueltas en Yemen, cuyo régimen es un gran aliado de la dictadura castrista de Cuba? Por ahora es mejor no aplaudir ni hablar, menos cuando un informe internacional coloca a Bolivia como el país más vulnerable de América Latina a las protestas por efecto de la crisis alimentaria.

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El Día: La revolución importadora

Editorial

El Gobierno se vio obligado a traer desde Colombia con urgencia, un cargamento de 150 toneladas de azúcar y así frenar una ola de protestas que estaba creciendo en el país y que amenazaba con minar aún más la popularidad del presidente Morales. El Estado Plurinacional ha tenido que pagar el triple del precio normal por esa compra y los colombianos aún no salen del asombro que les causó haber hecho la primera exportación de esta envergadura… vía aérea.

El presidente Morales no ha podido ocultar la vergüenza que seguramente le habrá causado pagar semejante precio por la desesperación y ha prometido que Bolivia pasará a ser gradualmente un exportador de azúcar. El Primer Mandatario tal vez no sabe que hasta hace un par de años, los cinco ingenios azucareros del país figuraban en el rubro de grandes exportadores y posiblemente tampoco está al tanto que esas 150 toneladas son apenas un paliativo momentáneo ya que el déficit que deber ser cubierto gira alrededor de las 50 mil toneladas, cifra que tiene previsto importar la empresa estatal Insumos Bolivia.

Habrá que descifrar qué es lo que quiere decir Evo Morales cuando habla de “gradual” y sobre todo, tendría que aclararles a los productores nacionales qué dejará de hacer el Gobierno para que retorne la normalidad al país y se pueda garantizar la seguridad alimentaria, como sucedía antes de que se aplique esta ola de intervencionismo estatal que lo ha malogrado todo.

Casi todo lo que ha hecho el Gobierno en materia de producción no ha hecho más que fomentar las importaciones y en efecto, acabamos de batir un nuevo récord, con 5.300 millones en el 2010, unos 900 millones más que en el 2009 y superior en 300 millones al 2008. Si continuamos trayendo azúcar en avión desde Colombia o Brasil, no sabemos qué va a pasar cuando acabe este año, ya que las políticas siguen fomentando las compras desde el exterior. Una prueba es la constante depreciación del dólar.

Pese a que casi todos los rubros de importación han marcado récords y que por ejemplo, la compra de combustibles y lubricantes ya sobrepasó los 600 millones de dólares, un 30 por ciento más que el 2009, el tema alimenticio es uno de los más perjudicados. Las importaciones de comida han ido aumentando paulatinamente y en la pasada gestión faltó muy poco para llegar a los 400 millones de dólares. El problema es que no sólo aumenta el valor de las compras sino también el volumen, lo que es una prueba de que en Bolivia se está produciendo menos y por lo tanto se ha afectado al empleo. En consecuencia, las exportaciones de alimentos se han visto menguadas en un 2,3 por ciento, algo que resulta inaudito, tomando en cuenta la gran ventaja que representan los precios internacionales para los productos nacionales.

Casi todo ya se ha dicho sobre el problema del abastecimiento. El Gobierno ha reconocido sus errores, organismos internacionales como la FAO han dicho lo suyo y entre críticas y reproches, tanto Evo Morales como el vicepresidente García Linera les han prometido a los empresarios un golpe de timón en el manejo de la economía. La pregunta del millón es: ¿cuándo empiezan? Los discursos, los análisis y las promesas no van a modificar esta espiral perversa que está destruyendo la producción nacional.

Casi todo lo que ha hecho el Gobierno en materia de producción no ha hecho más que fomentar las importaciones y en efecto, acabamos de batir un nuevo récord, con 5.300 millones en el 2010, unos 900 millones más que en el 2009 y superior en 300 millones al 2008.

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Los Tiempos: VANDALISMO SIN CONTROL

Ojalá que los hechos violentos de los últimos días nos lleven a recuperar el camino del diálogo y el respeto a la ley, el mejor para superar divergencias

Cochabamba ha vivido, el martes y miércoles, momentos de violencia extrema cuando, por un lado, presuntos trabajadores fabriles, a la vista si no incitación de la alcaldesa de Quillacollo, destrozaban vehículos de trasporte público, y, por el otro, cuando presuntos transportistas ingresaron a la sede de los trabajadores fabriles de Cochabamba, en la plaza 14 de Septiembre, arrasando lo que veían a su paso y robando computadoras y dinero. En Sacaba, incluso se asaltaron algunos comercios.

En ninguno de estos hechos vandálicos había autoridad estatal que les ponga coto. Más bien, parecería que esperaban este tipo de acciones dentro de la lógica de provocar que la ciudadanía reaccione en contra de quienes ellas mismas acusan de ser culpables de la creciente escasez de productos e incremento del precio de alimentos y servicios: aquellos que los producen y prestan, desviando así la atención de quienes por razones ideológicas han aplicado políticas que nos han conducido a la actual situación.

Pero, habrá que convenir que una posición de tal naturaleza tiende más temprano que tarde a explotar. De ahí que las sociedades democráticas establezcan normas para garantizar la pacífica convivencia ciudadana e instituciones que se encargan de velar por que aquellas se cumplan. En este sentido, la Constitución Política del Estado dispone que la Policía, "como fuerza pública", tiene la "misión específica de la defensa de la sociedad, la conservación del orden público, y el cumplimiento de las leyes en todo el territorio boliviano", y si bien dependen de la Presidencia del Estado a través del Ministerio de Gobierno, sus mandos no requieren de autorización alguna para cumplir la misión constitucional que se las ha encomendado.

En este sentido, los mandos de la Policía boliviana deberían estar conscientes de que su actitud pasiva frente al desorden y el vandalismo puede provocarles ser enjuiciados por incumplimiento de deberes, en cuanto por razones ajenas a la naturaleza de su misión incumplen una norma constitucional.

Y en el caso de las autoridades del Estado, éstas deberían comprender que han sido elegidas precisamente para hacer que la nación funcione pacíficamente y cada quien cumpla el papel que le corresponde. En la medida en que ellas resignan sus atribuciones en favor de grupos de choque, también incumplen lo que mandan la Constitución y las leyes.

Evidentemente, la falta de un Estado de derecho consolidado hace que invocaciones de esta naturaleza no tengan, por el momento, destino ni utilidad. Pero bien hará la ciudanía en tener en cuenta que en la medida en que se imponga la ley del más fuerte y cada quien pueda hacer justicia por mano propia, no habrá modelo de país, de Estado ni de sociedad que tenga viabilidad. De ahí que debemos exigir y exigirnos cumplir debidamente la ley y aportar a la pacífica convivencia, base fundamental para poder construir una sociedad desarrollada y con justicia social. Lo demás es demagogia y obsesión innecesaria por la violencia y la transgresión.

En esa línea, ojalá que los hechos violentos de los últimos días nos lleven a recuperar el camino del diálogo y el respeto a la ley, el mejor para superar las divergencias.

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El Deber: A mejorar el sistema penitenciario

Bolivia figura entre los países de peor sistema penitenciario del mundo. Sólo algunos estados de África le igualan en sus crónicas deficiencias respecto a recintos carcelarios, seguridad penal, alimentación y rehabilitación de los reclusos.

El mal se registra en todo el país, siendo el más emblemático el del panóptico de La Paz, cuyas lamentables particularidades atraían a turistas foráneos que se solazaban con percepciones de situaciones humanas al límite. No inspira aún tal morbosidad nuestro penal de Palmasola, pero quizás supere al de La Paz y a cualquier otro recinto penitenciario del país en su capacidad de irradiación delictiva hacia afuera de sus muros.

La Policía revela hasta hoy una total incapacidad para impedir que desde Palmasola ciertos reos digiten bandas delictivas (en gran medida compuestas por ex reclusos) que cometen asaltos callejeros y robos domiciliarios en diferentes barrios de la ciudad.

¿La causa? Pues no otra que la inexistencia total de programas de rehabilitación para que los reclusos dejen de ser delincuentes y se reinserten después en una sociedad a la cual no perjudiquen de modo alguno. Pero a tal falla se agregan otras que aún son más graves, como las extremas condiciones materiales en que transcurre la vida de los reclusos en los recintos penitenciarios. Tanto los penales de La Paz como el de Palmasola de Santa Cruz se hallan totalmente atiborrados. Lo peor, al respecto, se da en las cárceles provinciales de la región, como lo comprobó hace poco el defensor regional del Pueblo, en un recorrido por dichas jurisdicciones. Igual que en los penales urbanos, los presos se hallan totalmente mal alimentados (el ‘prediario’ no les alcanza para nada) y se apretujan en celdas pequeñas donde comen lo poco que se les ofrece o reciben de sus familiares, duermen y hacen sus necesidades físiológicas.

Como si todo lo anterior no fuera poco, la retardación de justicia determina que gran parte de la población penal se halle con detención preventiva, a considerable distancia procesal-penal de la sentencia que de una vez por todas defina si el reo es inocente o culpable. Es manifiesta la lentitud con la cual fiscales y jueces hacen su trabajo, incurriendo muchas veces en inasistencia a los respectivos actos procesales.

Creemos que en vez de multimillonarios gastos en la adquisición de bienes que no son tan necesarios (casos del avión presidencial y del satélite chino, entre otros) el Gobierno central debe financiar programas destinados a rescatar al sistema penitenciario de la situación calamitosa en que se encuentra. Es necesario, en primer lugar, ampliar la estructura carcelaria de los penales de La Paz, Santa Cruz y de otras capitales, así como de las diferentes provincias del país, empezando por las que se hallan más atingidas de que esto se les haga. La rehabilitación de los reclusos es el siguiente desafío, algo que en muchas naciones del mundo, de forma relativa, por cierto, se consigue instalando en los recintos carcelarios talleres de aprendizaje de oficios y sistemas de conexión a la enseñanza secundaria e inclusive universitaria. Por último, está como otra asignatura pendiente la agilización del trámite procesal-penal, a fin de que a los reclusos les asista la plena seguridad de que no tendrán que esperar años y años privados de su libertad hasta que la justicia defina su situación.

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Cambio: Comunicación y democracia

"Se va a organizar un Ministerio que responda no solamente a los requerimientos que tiene el Estado Plurinacional, sino a las necesidades y requerimientos que tenga la propia sociedad", aseguró Iván Canelas Alurralde, luego de ser posesionado por el presidente del Estado Plurinacional, Evo Morales Ayma, en el cargo de ministro de Comunicación —la noche del martes— en el Salón de los Espejos del Palacio de Gobierno.

"Vamos a seguir haciendo los máximos esfuerzos para que las relaciones con (los) medios (de comunicación), con la propia sociedad, sean siempre las más cordiales y satisfactorias", agregó el periodista y ex vocero Presidencial. Y a Canelas no le faltan razones para perfilar una cartera de Estado que alimente un proceso comunicativo basado en el derecho de la población al acceso a una información oportuna, plural, veraz y responsable, en el marco de la génesis de la noticia, un bien de servicio social, más allá de intereses subalternos que pudieran desvirtuarla.

Es que en una sociedad democrática los medios de comunicación deberían establecer que las noticias están íntimamente vinculadas a los acontecimientos, a los grupos sociales y a los diferentes elementos que forman la estructura social. Sólo así se garantizará el ejercicio de derechos fundamentales como la libertad de expresión y de información, en razón de que la consolidación de la democracia indefectiblemente pasa por el respeto a estos derechos en los medios de comunicación.

Es decir, como señala Luis Gerardo Rodríguez, el aseguramiento de tales derechos enriquecerá la libre discusión de las ideas, y, por tanto, la participación de la ciudadanía en la esfera pública; así, participación y discusión se vuelven vitales para la democracia.

Muchos estudios de entidades vinculadas al ejercicio de la comunicación han desnudado que la realidad desmiente la percepción de que la mayoría de los ciudadanos, después de leer los diarios o ver los teleinformativos, está informada de la actualidad nacional e internacional. No es cierto, porque la realidad dista mucho de ser esa imagen unívoca que ofrecen los medios de comunicación, cada vez más comprometidos con los intereses de sus accionistas que con los de la sociedad, a la supuestamente informan. Este divorcio es tan evidente que el uso de los medios, como principal vehículo para hacer política y tomar por asalto los gobiernos, ya es una realidad en los países de economía de mercado, según grafica el periodista español Pascual Serrano, autor de varios libros respecto de la manipulación informativa.

La casuística es variada, aunque similar en lo esencial. Puede suceder que unos políticos desprestigiados y corrompidos cedan el relevo de su ideología a algunos medios privados para que luchen por ideologías que ya nadie cree cuando salen de sus palabras, como —por ejemplo— ocurre en Venezuela. En otros, es el magnate de los medios de los medios de comunicación el que, gracias al trabajo de sus televisoras y periódicos, logra hacerse con el poder, como Silvio Berlusconi en Italia.

Todo esto supone varias perversiones de la democracia. Una de ellas es que se dinamita el derecho a la información de los ciudadanos que se acercan a los medios a buscar noticias y se convierten en rehenes de campañas políticas, como ocurre en América Latina y, por supuesto en Bolivia. Además, y todavía más grave, esto se hace desde la argumentación de esas empresas de comunicación de que defienden ‘la libertad de expresión’ y de que ofrecen informaciones neutrales.

Además, no todas las ideologías disponen de las mismas oportunidades para practicar este formato de intento de toma del gobierno, sólo las de derechas y neoliberales son aceptadas en los medios de comunicación privados, no puede ser posible que un partido o un líder que propugne el desarrollo del Estado y la nacionalización de empresas y servicios pueda ver desarrollada su tesis en un gran medio de comunicación privado.

No cabe duda que desde una perspectiva democrática, los medios pueden y deben contribuir a garantizar que el emisor asuma su papel plenamente, respetando el derecho a recibir información por parte del ciudadano y, por lo tanto, suministrando información veraz, plural y con un pleno sentido de atender el interés público.

Por eso, el informador debe ser muy cuidadoso y saber distinguir cuándo se presenten conflictos de información, y en tal caso asumir en todo momento una postura a favor de las mayorías sin afectar o vulnerar la esfera individual de los sujetos, porque un buen informador bien sabe que la información veraz, plural y responsable es un compromiso indeclinable en el ejercicio de su profesión.

Sólo entonces los medios de comunicación, sean estos privados, estatales o comunitarios, tomaremos conciencia de nuestra vocación democrática, asegurando los derechos informativos de la gente, informando con visión incluyente y respetando los derechos del receptor de la información. Bajo esta óptica democrática, tanto el emisor y como el receptor vienen a ser la misma cara de una misma moneda.

En este contexto, es destacable la reposición del Ministerio de Comunicación, porque el Estado asume un rol primordial en el proceso informativo, facilitando y haciendo efectivo el derecho a recibir información veraz y plural del ciudadano. En tal sentido, el Estado se convierte en un instrumento solidario de los derechos informativos, cuya vigencia es la garantía innegociable para la vigencia de la democracia.

Así, la participación del individuo en las cuestiones del Estado se vuelve vital para el desarrollo y el progreso de una sociedad que delibera y debate, porque sólo un individuo bien informado —por ende politizado— se vuelve necesario para el accionar del Estado democrático.

La participación del individuo en las cuestiones del Estado se vuelve vital para el desarrollo y el progreso de una sociedad que delibera y debate, porque sólo un individuo bien informado —por ende politizado— se vuelve necesario para el accionar del Estado democrático.

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La Prensa: Políticas contra desastres

El Gobierno debería reunir datos sobre los peligros de desastre y diseñar herramientas de planificación para determinar zonas de mayor riesgo?

Sin temor a equivocarnos podemos afirmar que por lo menos el 80 por ciento de la población del país vive en zonas que fueron azotadas al menos una vez en los anteriores 20 años por un terremoto, sequías, inundaciones, derrumbes, entre otros desastres naturales, por lo que es necesario dar una mirada a este tema para plantearnos la posibilidad de disminuir los riesgos ante estas situaciones.

Lo primero que encontramos es que el país no cuenta con una política para atender desastres y menos con los medios. Una prueba de ello es que siete regiones están en este momento afectadas por las lluvias, por lo que gobernaciones y alcaldías decidieron declararlas en alerta naranja.

Es cuando se declara alerta naranja (lo que facilita la utilización de recursos) que las autoridades del Gobierno central, departamental y hasta municipal se empiezan a movilizar y en la mayoría de los casos para llevar ayuda a los damnificados.

Todos los años ocurre lo mismo, la reacción viene después de que sucedieron las devastaciones y, claro, lo que sucede es que no contamos con una política para prevenirlas, lo cual permitiría disminuir riesgos y hacer menos vulnerables a las regiones que cada año son víctimas de sequías, inundaciones, entre otros.

Hasta ahora no tenemos una idea cabal de la gravedad y magnitud de los peligros, la vulnerabilidad y las pérdidas que ocasionan estas tragedias, por ello parece que las autoridades suponen innecesario elaborar una política contra desastres.

Si entendiéramos, por ejemplo, que las sequías y las inundaciones son causa de las bajas producciones en algunos productos durante el año pasado y como consecuencia de ello es que se produjo la escasez de alimentos, se tomarían las previsiones necesarias, que no es otra cosa que mejorar las condiciones de vida de los bolivianos.

Por ello hay que comenzar entendiendo que las calamidades naturales están íntimamente relacionadas con los procesos de desarrollo humano. Los desastres ponen en peligro el desarrollo. A su vez, las decisiones en materia de desarrollo, tomadas unilateralmente por particulares y comunidades, pueden generar nuevos riesgos de desastre. Pero esto no tiene que ser necesariamente así. El desarrollo humano también puede contribuir a reducir eficazmente los riesgos de desastre.

Para ello, el Gobierno debería empezar a reunir datos básicos sobre los riesgos de devastación y diseñar herramientas de planificación, evaluar las posibilidades de cada región según su contexto, para elaborar un mapa de zonas de mayor riesgo y la vulnerabilidad de las mismas.

Posteriormente, debería promover la voluntad política para dar una nueva orientación tanto al sector del desarrollo como al de la gestión de desastres.

Esa nueva orientación permitirá al Gobierno central, como los departamentales y hasta los municipales, que sus proyectos contemplen un conjunto de medidas con el fin de impedir que se presente un fenómeno peligros o para reducir sus efectos sobre la población, los bienes y servicios, y el ambiente.

Por ejemplo, incluir medidas de ingeniería (construcciones sismorresistentes, protección ribereña y otras) y de legislación (uso adecuado de tierras, del agua, sobre ordenamiento urbano y otras).

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El Diario: No paran intentos para silenciar al periodismo

En el simple entendimiento de los fenómenos naturales se ve que toda tormenta termina, que los truenos tienen su principio y su fin, que los movimientos sísmicos también tienen duración limitada; pero, en nuestro país, la tormenta declarada contra periodistas y medios de comunicación no termina; por el contrario, tiende a presentarse cada vez con mayor virulencia y contundencia. Esta vez le tocó al diario colega “El Deber” de Santa Cruz ser acusado injustamente y en franca violación a la Ley de Imprenta vigente en el país.

¿Qué se pretende con la insanía de enfrentar a los medios de comunicación y a quienes laboran en ellos, sea en calidad de periodistas, analistas, editorialistas, articulistas, especialistas en diversas materias, etc.? ¿Es que no se puede comprender que la libertad de expresión es inviolable porque procede de la libertad de pensamiento que es derecho primigenio del ser humano?

¿En cuánto valora el Gobierno los daños que le causan la libertad de expresión y la actitud constructiva de los medios? ¿Cuánto se cree que vulneran los periodistas con la cobertura diaria de los hechos que protagonizan el Presidente, su entorno y su partido? ¿Creen, tal vez, que esa cobertura de los medios los perjudica, los daña, boicotea sus programas y principios? En cualquier parte del mundo, la importancia que dan los medios a cualquier acontecimiento es bien recibido. En Bolivia, esa labor es desinteresada, no persigue interés de ninguna clase. No busca prebendas ni compensación alguna porque simplemente se informa, se analiza y, en casos, se editorializa y se aprueba o desaprueba pero constructivamente.

La Ley antirracista o antidiscriminación está vigente, como quería el Gobierno; nadie, que se sepa, ha violentado hasta ahora los “principios” que sustenta y, si hubo alguno, es que los consejeros, censores, vigías, tránsfugas del periodismo y otros servidores de la anti-libertad de prensa no han tomado en cuenta o ¿hay arrepentimiento de haberla aprobado?

El problema es grave con las medidas adoptadas contra “El Deber” de Santa Cruz. De hecho, esa actitud es contra todos los medios -prensa, televisión, radio y medios alternativos- y contra los periodistas, porque es un atentado más a la libertad, al derecho de informar al país, a la prerrogativa que tiene la comunicación para ser una especie de anti-poder de los poderes constituidos, sean estos políticos, económicos, sociales, culturales o de cualquier índole.

Flaco favor que se hace el gobierno con el atentado a un periódico del prestigio de “El Deber” o de cualquier otro, porque baste el mínimo intento de censurar una noticia o un comentario o un artículo implica que, de todos modos, hay el intento de violentarlo, de enfrentarse con la comunicación social. Persistir en actividad tan negativa es contraproducente para el propio Gobierno porque el pueblo conoce realidades que las sopesa y juzga debidamente. Entretanto, los medios y los periodistas creemos cumplir con los deberes impuestos y, al hacerlo responsablemente, buscamos que las mencionadas disposiciones atentatorias sean anuladas y tenga vigencia la Ley de Imprenta que, en sus principios y fines, garantiza la libertad de expresión en el país.

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El Mundo: Racionalidad

Hemos mencionado en más de una oportunidad la necesidad de encaminar los pasos por el camino del diálogo, para conseguir resultados favorables a las partes en conflicto.

Lamentablemente, el tema ha salido a relucir, en todos los casos, por las posiciones que se ha asumido en la comunidad boliviana en los últimos tiempos. No precisamente en el actual Gobierno sino en situaciones que dieron lugar a hechos lamentables como los del febrero sangriento, el octubre negro, los muertos de La Calancha, las agresiones a los campesinos chuquisaqueños y varios otros; no intentamos hacer un inventario sino encontrar ejemplos para demostrar que no se trata de casos aislados.

Para muchas personas, la llegada del MAS al Gobierno abría la posibilidad de cambiar una situación que se pitaban tensa y que obligó la renuncia y huida de un presidente o la entrega del mando de la nación a otros poderes del estado.

Sin embargo, el nuevo gobierno no trajo sino más de lo mismo, lo primero que hizo fue atribuir a los medios de comunicación la agudización de las posiciones opuestas, sin darse cuenta de que lo que ellos hacen no es otra cosa que reflejar lo que sucede en la realidad y que no precisamente es lo que todos los bolivianos desean para su país.

La sabiduría popular tiene una gran cantidad de sentencias que no hacen otra cosa que demostrar que una agresión tiende a ser retribuida con otra y eso ha venido sucediendo con peligrosa continuidad.

A pesar de la aprobación de una Ley Contra la Discriminación y el Racismo, lo primero que se ha hecho, desde el Gobierno, ha sido aprobar una Constitución que crea una élite privilegiada, justificando el hecho con la excusa de que ella hubiera sido sometida en el pasado, tratando de ignorar que también antes de la colonia hubo discriminación y explotación por quienes se sentían superiores.

Levantando como bandera una ideología que habla de igualdad social, el Gobierno se ha preocupado por enfrentar blancos contra morenos, orientales con occidentales, ricos contra pobres y otras diferencias que se trata de poner en evidencia con inusitada frecuencia.

Sería una maravilla que nos pongamos a pensar en que las soluciones vienen en mejores condiciones cuando se piensa en sentarse en la mesa de diálogo para encontrar resultados que satisfagan a las partes.

El ambiente de tensión fue acentuado con aquella medida poco meditada y peor remediada que recordamos como el gasolinazo. Ello ha dado lugar a un incremento de todos los precios, no solo de los artículos de primera necesidad, sino de todos los bienes.

Parece necesario que se produzcan paros y huelgas, el pedido del transporte tiene su origen en la época del gobierno neoliberal, los trabajadores de salud y los maestros tienen los paros y huelgas como parte de su calendario laboral; sin embargo, se les pide sacrificio y parece necesario que se produzca un baño de sangre para buscar soluciones, a pesar de que se les permitió en un caso y se les ofreció en otros mejorar su situación.

Ante el anuncio de un paro general de actividades de la Central Obrera Boliviana, las autoridades han decidido invitar al diálogo a los dirigentes sindicales; el pedido ha sido acogido, pero los trabajadores han hecho el anuncio de que no levantarán la medida.

Ojalá que los dirigentes decidan imitar la política de retroceder luego de adoptar una decisión, aunque sea necesaria, en aras de la convivencia, en la seguridad de que las autoridades serán capaces de proponer soluciones antes que hacer nuevas amenazas que con seguridad, no lograrán resolver los problemas.

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Opinión:

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Clarín, Argentina: Egipto y el nuevo escenario mundial

La caída del régimen de Hosni Mubarak abre un nuevo escenario en la política de Oriente Medio y de las relaciones del resto del mundo con esa región.

La movilización que volteó a Mubarak tuvo varias características salientes que sorprendieron no sólo a los egipcios sino a los políticos y analistas de todo el mundo. La primera es la velocidad y potencia con que se desarrollaron los acontecimientos, en un país que, hasta hace pocas semanas, parecía estable y en el cual se discutía, incluso, la posibilidad de una nueva reelección de Mubarak. La segunda es que el fantasma del peligro del islamismo radical, agitado por el poder regional y occidental, no se hizo presente; que un islamismo moderado participó como un actor político más y sin ambiciones hegemónicas, y que la calle enarboló reivindicaciones laicas y democráticas.

También fue notable, en esta revolución, el papel de los medios de difusión, sean televisivos o de internet, que lograron superar la rígida censura y contribuir a transmitir información y facilitar la organización de los grupos demandantes.

Como coinciden los analistas, así como el movimiento egipcio fue una continuidad del iniciado poco antes en Túnez, la ola democratizante seguirá extendiéndose, con diferentes formas y nivel de profundidad en Africa y Oriente Medio, lo cual obliga a replantear concepciones teóricas y políticas estratégicas en todo el mundo.

Solo cabe esperar, ahora, que los militares que tomaron el poder cumplan su promesa de ser una instancia de transición hacia una verdadera democracia.

La rebelión en Egipto tuvo elementos inesperados para gobiernos y analistas de todo el mundo y obliga a replantear visiones teóricas y políticas estratégicas.

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