Si Bolivia denuncia la Convención de Viena, no podrá exportar coca

Diplomacia: La decisión de denunciar un convenio internacional es soberana de un Estado y no conlleva sanciones de tipo alguno.

image Movilización: campesinos en una jornada de acullico, el jueves 27, en La Paz

Si el país denunciara la Convención de Viena, no podrá exportar productos elaborados con base en hoja de coca o el producto en sí. Para que ello sea posible, otros Estados deberían seguir el mismo camino, pero la mayor parte de los 190 países afiliados a las Naciones Unidas suscribió el documento.



El presidente Evo Morales anunció el lunes la posibilidad de que Bolivia denuncie el mencionado acuerdo internacional, ante el inminente rechazo del pedido de despenalizar el acullico.

En derecho, se entiende por denuncia de un convenio, tratado o contrato, a la notificación de una de las partes de que lo rompe en forma unilateral.

En marzo de 2009, el especialista peruano en temas de narcotráfico Rubén Vargas explicó al portal electrónico Inforegión que si una nación “decide denunciar o retirarse del acuerdo, no se podría tener a la coca comercializándose libremente o exportándose, pues para que esto suceda, sería necesaria la denuncia de los países integrantes del convenio, lo que es un imposible jurídico y nunca se ha visto en la historia de las Naciones Unidas”.

El 31 de julio de 2009, el Gobierno planteó a la ONU la despenalización del acullico, que debe ser prohibido a partir de este año. La propuesta habría entrado en vigencia ayer en caso de que ninguno de los países signatarios la hubiese objetado, pero Estados Unidos, el Reino Unido y Suecia lo hicieron.

Se espera que el lunes próximo, el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, se pronuncie sobre el tema, que será puesto a consideración del Consejo Económico y Social, cuya próxima sesión se cumplirá el lunes 14.

Ese organismo de Naciones Unidas deberá decidir si convoca a una conferencia internacional para considerar el planteamiento boliviano o lo archiva.

Según el experto peruano Vargas, la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes es “el instrumento que sirve de marco legal internacional para regular las acciones contra el narcotráfico y los cultivos que sirven como materia prima para la fabricación de drogas, como la hoja de coca, la amapola o la marihuana”.

Por tratarse de una decisión soberana de un Estado, el acuerdo suscrito en la capital austriaca hace casi 50 años, no establece sanciones para aquellos que plantean su denuncia.

Los cocaleros se movilizan

Los cocaleros de La Paz preparan nuevas movilizaciones para sensibilizar acerca de la inocuidad del acullico, a fin de que el Consejo Económico y Social de la Organización de las Naciones Unidas (Ecosoc) convoque a una conferencia internacional para considerar la despenalización del acullico.

Los sembradores del arbusto tienen la intención de realizar jornadas regionales de acullico en diferentes puntos del país, de acuerdo con un programa previamente elaborado.

Así, en fechas que aún no ha definido, un grupo de cocaleros, junto a campesinos y comerciantes al detalle del producto en ese punto, se reunirán para cumplir una jornada de acullico. La medida se aplicará no sólo en capitales departamentales, sino en ciudades intermedias y los principales puntos fronterizos del país, a fin de que las autoridades del vecino país comprueben que el masticado de la hoja en estado natural no produce efectos narcotizantes ni daños a la salud.

El sector está empeñado en demostrar las bondades medicinales y alimenticias de este cultivo.

Una primera jornada nacional de acullico cumplida el anterior jueves 27 no tuvo el resultado esperado, pues tres países se oponen a su despenalización definitiva.

Para destacar

Naciones Unidas está compuesta por 190 de los 192 países y territorios independientes del mundo.

El Vaticano y Taiwán no forman parte de la ONU. La Santa Sede, sin embargo, tiene carácter de observador.

La mayor parte de estos Estados suscribieron, se adhirieron o ratificaron la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes.

En los anteriores años, no hubo países que denunciaran esta Convención, que señala los lineamientos de la lucha antidrogas.

La Convención establece que desde este año, todos los países signatarios deben prohibir el acullico en sus territorios.

En Bolivia, Perú y el norte argentino, el acullico, cchacchado o coqueo son prácticas muy extendidas.

El acuerdo de 1961 determina que ningún producto elaborado con coca o la misma hoja salgan del área andina.

“Una decisión que se tomaría en el peor momento”

“En primer término, denunciar un tratado es una decisión soberana de un Estado, pero en segundo lugar, debo decir que sería un paso osado en este momento. El Gobierno debe pensar, previamente, en cómo mejorar la pésima política antidrogas que aplica en el país.

La Convención de 1961 genera el marco internacional de la lucha contra las drogas y contra el narcotráfico, y si Bolivia denuncia ese acuerdo firmado prácticamente por todos los países del mundo, lo haría en el peor momento de su relación con la comunidad internacional, y provocaría un aislamiento del país.

Ya nadie puede tapar el sol con un dedo. En Bolivia, el narcotráfico ha crecido enormemente, al igual que la producción de la hoja de coca, la fabricación de cocaína y de marihuana, que es un cultivo del que muy pocos hablan y que ha llegado a niveles que deben preocupar.

El incremento de los operativos antidrogas es un indicador del crecimiento de esta actividad ilícita y debería alarmarnos. Todos los días la prensa internacional informa de decomisos de cocaína proveniente de Bolivia en países tan distantes como Nigeria, Hong Kong, Chile, España o Brasil, y las cantidades encontradas son demasiado elevadas. Ése es un hecho muy grave para el país”.

El Gobierno debería dar un golpe de timón en su política antidrogas, para frenar la expansión del narcotráfico antes que intentar denunciar la Convención.

Debo reconocer, y es mi posición personal, que el acullico es una práctica ancestral, nada dañina para la salud humana, porque la hoja de coca en estado natural no causa perjuicios. Las personas que mastican la coca no sufren daños.

Sin embargo, al denunciar ese Convenio, Bolivia arrastrará la grave consecuencia de que dejará de formar parte de la comunidad internacional, que lucha contra las drogas y, al menos, dejará de recibir los beneficios de la ayuda internacional y dejará de tener corresponsabilidad en la lucha antidrogas.

No creo que el país reciba sanciones si no prohibiera y reprimiera el acullico. Creo que la comunidad internacional mostrará una actitud laxa ante la continuidad de esta práctica ancestral en Bolivia y creo interpretar el espíritu de la prohibición de acullicar. Cuando se aprobó, perseguía la limitación de los cultivos de un producto que es uno de los insumos para la cocaína y, seguramente, las autoridades nacionales que participaron en los debates, no hicieron una adecuada defensa de una práctica común en el país. El acullico no podrá suprimirse”.

Saúl Lara / Ex ministro de Gobierno

Fuente: La Prensa