Luz y sombras

Carlos Cordero Caraffa

CORDERO-110x110 Existe la sensación colectiva de que el país está atravesando un momento difícil, rodeado de sombras y con pocas luces que orienten y alimenten la esperanza.

El problema mayúsculo que afecta a la ciudadanía y que descarga su sombra abrumadora es la crisis económica desatada por efecto del fallido decreto de nivelación de precios de los hidrocarburos. Los efectos de la crisis son: el incremento de los precios de los distintos productos de consumo familiar y masivo; el incremento de las tarifas del transporte público. En medio de la pugna, entre usuarios y transportistas, se encuentran diversas organizaciones ciudadanas, que, por un lado, se movilizan para impedir incrementos en las tarifas y precios y, por otro, reclaman mejoras en sus ingresos como trabajadores asalariados.



A este escenario de conflictos cruzados se agregan las protestas universitarias en defensa de la autonomía e independencia en la administración de su seguro de salud. Movilización universitaria que el Gobierno ha buscado calmar y luego desacreditar.

La paradoja de estos conflictos es que existen lealtades cruzadas, responsabilidades difusas y una presencia del Estado cada vez menos eficaz en el desarrollo de soluciones.

Los voceros gubernamentales han demorado todo lo que les fue posible para hacer conocer el monto del incremento salarial. Ni las fiestas de Carnaval ni los rezagados anuncios gubernamentales lograron aplacar el malestar ciudadano. Tanto los afiliados a la COB como los empresarios del transporte público, paradójicamente, tienen parlamentarios propios en la Asamblea Legislativa y participación en varios ministerios. Sin embargo, estas organizaciones se encuentran fracturadas en sus lealtades, entre defender sus reivindicaciones o acatar decisiones gubernamentales que consideran insuficientes. En cualquier caso, se encuentran solos, muy solos en sus demandas al Estado. Ni el Gobierno ni la ciudadanía los apoyan en sus exigencias. Tampoco el Estado está en condiciones de mejorar la oferta salarial.

Las universidades, que recientemente ingresaron en el ruedo de las protestas, sintetizan el estado de ánimo colectivo. Hasta hace poco fueron aliados pasivos o discretos en sus críticas al Gobierno, pero ahora han tomado las calles para dejar constancia del malestar ciudadano y la creciente desconfianza en las acciones y planes gubernamentales. Hasta hace poco, diversos sectores urbanos del país apoyaban sin cuestionamientos y con ilusión las políticas públicas. Hoy, los mismos ciudadanos están protestando.

En este escenario de sombras, se yergue fiel y firme la voz de la Iglesia Católica, que en circunstancias similares se ha pronunciado animando a los fieles y a los ciudadanos a mantener la esperanza y el trabajo creativo para construir el país solidario y próspero que todos anhelamos.

En este sentido, quiero recomendar con entusiasmo la página: www.iglesia.org.bo y del menú, la sección Documentos de la Iglesia a todas las personas interesadas en conocer la historia contemporánea de Bolivia y la palabra esclarecida de la Iglesia Católica. Allí encontrarán 315 documentos elaborados por la Conferencia Episcopal de Bolivia (CEB), desde 1961 hasta el presente.

Entre cartas pastorales, comunicados y otros pronunciamientos, se puede advertir cómo en momentos de crisis y desaliento la Iglesia Católica siempre levantó el candil para alejar las sombras.

La Prensa – La Paz