Marzo 23: un Evo diferente, un país en problemas

Carlos Valverde Bravo

CARLOS VALV Recién nomás, el Presidente Morales se despachó una clásica metida de pata, muy de él, aunque, esta vez, internacional. Los lectores deben recordar que nuestro atípico Presidente, que sigue sin cumplir las normas del protocolo y de la diplomacia formal, sólo "porque él es Evo" dijo que esperaba que Chile nos ofrezca una respuesta alentadora y positiva sobre el reclamo marítimo antes del 23 de marzo.

"Esperamos una propuesta concreta de parte de Chile porque ya es hora de que haya propuestas concretas para debatirlas", casi conminó, el Presidente en una conferencia de prensa en Palacio de Gobierno (resumido de la prensa boliviana).



Claro, para sustentar su argumento se despachó con que ya se habían sentado las bases de confianza "de pueblo a pueblo, de gobierno a gobierno, de Fuerzas Armadas a Fuerzas Armadas", de manera que ya era hora "que haya propuestas concretas" (otra vez, textual del Presidente).

El pedido, ingenuo o tonto (tache lo que no corresponda) buscaba obviamente, reposicionar al Presidente ante el país en base a un anhelo que nos junta a todos, aunque la respuesta chilena fue tan rápida que no le dio tiempo al Presidente para capitalizar su declaración. En efecto, la respuesta del Canciller chileno fue lapidaria: Chile trabaja por resultados, no por fechas. Claro, Chile es un país serio, el nuestro, no. Chile recordó que hay agendado un encuentro entre Presidentes aunque no hay fecha para ello. Por su parte, el Presidente de la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta del país trasandino, Senador Hernán Larraín, se mostró muy molesto por la declaración del Presidente Morales; sobre todo por el lenguaje utilizado. "En ese ambiente y en este clima, me parece que probablemente lo prudente sea suspender este proceso de conversaciones hasta que Bolivia no defina claramente cuál es su voluntad y que esto se refleje no sólo en las mesas de trabajo, sino que además en sus declaraciones públicas ante el pueblo boliviano", manifestó el parlamentario. (La Tercera-Chile)

Larraín fue mucho más allá al señalar: "Chile no le debe nada a Bolivia y la voluntad de nuestro país en los últimos gobiernos y en el actual, es la de acercarse porque necesitamos la sociedad en la región, pero para eso se requiere un ánimo societario que Bolivia no está mostrando en estas declaraciones reiteradas del último tiempo".

Esa respuesta tan contundente y categórica obligó a don Evo a bajar el tono "Con mucho respeto al pueblo chileno les digo que el pueblo boliviano espera estas propuestas, si podrían llegar en esa fecha sería una gran felicidad. No son soluciones, son propuestas, yo poniéndome en caso del gobierno del Presidente chileno también rechazaría" dijo el líder de los cocaleros que también oficia como Presidente de los bolivianos. Lección aprendida? Con Evo Morales nunca se sabe; lo que es seguro es que hoy, Evo Morales sabe que no le queda otra que agachar la cabeza para no recibir más reveses, esta vez, incluso desde afuera de nuestras fronteras.

Dadas como están las cosas, creo que valdría la pena preguntarnos si acaso la Institucionalidad chilena hubiese sido tan dura con Evo Morales si estuviéramos hablando de enero o febrero del año 2010, es decir un año antes de ahora, cuando el Presidente estaba a punto de jurar o recién había jurado a su segunda entronización (se atrevería hoy a hacer el mismo acto?) o mandato constitucional, cuando todo parecía sonreírle y el mundo le aceptaba sus encaprichamientos hasta con buen humor.

Yo sostengo que hace un año nadie le hubiera respondido de la manera en la que los trasandinos lo hicieron, pero, claro, el tema no es mirar el pasado que entonces le sonreía al Presidente sino el tratar de entender porqué motivo el presidente Morales ha recibido tan duro revés.

Intentar una respuesta no es difícil; es claro que el Presidente Evo Morales atraviesa su peor momento político e institucional; en efecto, creo que tras del gasolinazo, pongamos este hecho (finales de Dic. 2010) como el disparador de la caída libre de su popularidad, la figura de Morales ya no es la misma en el mundo.

Es claro que en el Gobierno chileno, es decir los que toman las decisiones en política exterior, saben que Evo Morales no es hoy un interlocutor fuerte, serio y estable, por tanto no es un hombre válido como para conversar o negociar una solución definitiva o una propuesta transitoria al tema marítimo; sobre todo por la sensibilidad del mismo.

La Prensa chilena da cuenta que recientemente, el Presidente Piñera se reunió con los líderes de los partidos políticos con representación parlamentaria y se sabe, (por trascendidos de la reunión) que les comentó la sensación que tenía de que, con un Evo Morales en las condiciones actuales no es posible llegar a acuerdo alguno.

La sensación de Piñera es lógica, quién va a acordar o a proponer una solución definitiva a un tema como el marítimo, con la carga emocional que implica para todos los bolivianos si este Presidente no pasa por un buen momento político ni social? Piñera y los políticos chilenos saben muy bien que este Evo no es el del año pasado y eso pesa mucho en la relación entre ellos y nosotros.

Y es que en el Gobierno de Piñera, como antes en el de la Dra. Bachelet se analiza diariamente lo que pasa con Bolivia y saben, cuál es el nivel de aceptación que tiene Evo Morales actualmente.

Si a eso le aumentamos el hecho de que Chile tiene un problema con Bolivia, problema que, evidentemente no lo genera la política marítima boliviana sino la falta de acción de la policía de narcóticos de Bolivia, es decir la FELCN, nuestra desventaja ante ese país es mucho más grande. En efecto, el problema concreto radica en el hecho de que, desde hace aproximadamente 2 años, las detenciones de "mulas" bolivianas y de embarques de cocaína en cantidades importantes son cada vez más frecuentes. De acuerdo a lo que se lee en la prensa chilena, de ese tiempo a esta parte, las incautaciones de droga proveniente de Bolivia en Chile se multiplicaron por 10, lo que pone a Chile en una situación complicada en lo interno, dado que se multiplica el consumo entre los Chilenos y también por el hecho de que parte de esa droga sale desde sus puertos, complicando la imagen lograda por ese país en Europa y Asia, cuando no en EEUU.

Vaya uno a saber si no fue por esa razón que Chile aceptó manejar como manejó el asunto del General Sanabria, que no ha sido un trabajo aislado de la policía de Arica sino que en el mismo hubo participación del sistema de Inteligencia chileno que depende directamente del Ministerio del Interior del vecino país.

Como han sido leídas las noticias que vienen de Chile y de otros países, podemos colegir que Chile ha perdido tanta confianza en el Gobierno Boliviano y en su capacidad de manejar el asunto de la droga que, desde "La Moneda" no hubo una sola llamada al Gobierno Boliviano alertando al respecto (del operativo contra Sanabria). Esto tiene que deberse a dos aspectos: el primero, la necesidad de poner un alto a las actividades del narcotráfico que sale desde Bolivia y, el segundo, poner en evidencia de que, sea con apoyo de altas autoridades o no (eso lo tendrá que descubrir la Inteligencia antinarcóticos boliviana) en Bolivia se usó el aparato del Estado para traficar droga.

Llama la atención que Sanabria, que actuaba como elemento de recopilación de información y elaboración de informes haya tenido acceso a 4.700 Kilos de cocaína física, que habría sido la que exportó en el lapso de un año. De acuerdo a investigaciones realizadas en Chile, donde se maneja la hipótesis de que "Sanabria facilitó el traslado de droga desde Bolivia a través de una serie de contactos clave que le ayudaban a impedir que contenedores de carga fueran revisados por organismos de control de su país", por lo que la pregunta que surge de inmediato es: Cómo pudo Sanabria hacer lo que hizo desde su posición de analista y recopilador de información sin contar con apoyo en la FELCN y otras instituciones del Estado boliviano?. La pregunta es más que obvia porque entre los detenidos no figura nadie de la FELCN y no ha sido destituido nadie, pese a que, en sus narices (es un decir) se movieron tantos kilos de cocaína.

De acuerdo a "La Tercera", uno de los periódicos más influyentes de Chile, supuestamente, Sanabria, "además de dar protección a los contenedores de droga, tenía nexos con tres grupos narcos en Santa Cruz, Cochabamba y La Paz. Algunas de estas organizaciones, a su vez, estarían contactadas con cárteles de Colombia", lo que obliga a pensar en una relación entre este y gente de la FELCN. La pregunta que viene es más que pertinente: Cómo es que en Bolivia se echa al Comandante Gral. de la Policía y la cúpula de la FELCN se mantiene intacta, si en realidad tiene que ser por esa vía que se debe haber trabajado la protección a las actividades de Sanabria?

Chile, vuelvo al tema, sabe que está en problemas si desde Bolivia se usa el aparato del Estado (lo que hay que comprobar es el nivel de connivencia oficial en este asunto) para traficar droga aprovechando las facilidades que ese país le ofrece al nuestro en el Puerto de Arica, situación que pareciera no ser nueva aunque ya tenía cierto control, de acuerdo a los medios chilenos, por lo que las relaciones entre ese país y el nuestro van camino al deterioro; y es que aunque no se lo diga públicamente, Chile va a exigir a Bolivia un mejor control (en realidad, van a exigir control) de lo que salga desde Bolivia.

Por eso el título de las presentes reflexiones, porque, en las condiciones actuales, con un Presidente débil en lo político y un país observado en la comunidad internacional, difícilmente Chile vaya a negociar cualquier acuerdo de cesión de espacio marítimo sea esta soberana o no; esta opción que aparentemente se estuvo negociando aunque luego fuera desmentida por ambas cancillerías, de momento tiene que haber sido descartada por los trasandinos.

Yo me permitiría decir que a estas altura de los hechos, la Agenda de los 13 puntos fue absolutamente perjudicada por el Gobierno del Presidente Evo Morales, ya que es un hecho que, por acción o por omisión, desde acá se usó a los puertos chilenos como lugares de salida de la droga boliviana y eso es lo que queda en el tintero, independientemente de cualquier argumento en contrario del Gobierno boliviano.

Queda la pregunta que seguramente se hará "La Moneda": si así, sin puerto propio, se va la droga desde Bolivia, cómo será si les damos la administración de un enclave o un corredor? Chile mira su seguridad interna y la salud de su población; de eso no hay duda, los que no hacemos mucho por ella, somos los bolivianos que buscamos echarle la culpa a la CIA, DEA y al que aparezca para amainar la tormenta que se cierne sobre el Gobierno y su mediocre Ministro Sacha Llorenti, quien, a estas alturas ya tiene cara de ex Ministro, porque aun cuando lo "salven" de responsabilidades operativas en el tema, tiene responsabilidades administrativas o tiene que ser echado por no tener idea de nada de lo que ocurre en su cartera.

De esta manera llega el 23 de marzo con un Evo diferente y un país en problemas; este va a ser un muy mal 23 para don Evo que tuvo en sus manos una gran posibilidad pero que terminó rifándola por la incapacidad o por la corrupción de su equipo de lucha contra el narcotráfico y de Seguridad Interna. El mar se aleja de nuevo. Es claro que los chilenos no le darán ningún salvavidas al presidente Morales por muchos plazos que el insinúe.

Un año más sin solución, aunque esta vez, con muchas menos posibilidades.