“No me ayudes compadre” le dijo Felipe Calderón al embajador de Estados Unidos en México

A mediados de diciembre, el presidente Felipe Calderón recibió una llamada telefónica de la Casa Blanca. El presidente Barack Obama quería comentar los cables de Wikileaks procedentes de su embajada en México. En la prensa internacional ya habían asomado algunos de los despachos más controvertidos que redactó el embajador Carlos Pascual, los cuales reflejaban no sólo la gran desconfianza que tenía sobre la capacidad del gobierno mexicano de hacer frente al abierto desafío del narcotráfico, sino que en ocasiones expresaba una crítica brutal a algunas instituciones mexicanas, particularmente a la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena), el Centro de Investigación y Seguridad Nacional y la Secretaría de Seguridad Pública (SSP). Los mandatarios de México y Estados Unidos se comprometieron a evitar que "este deplorable asunto"contaminara "la relación de cooperación" entre ambos gobiernos. Pero en la medida en que se ventilaron más cables por conducto de La Jornada, se sumaron más ingredientes de irritación, se pusieron en evidencia viejas fricciones de Los Pinos con el embajador estadunidense Carlos Pascual y se alcanzó un grado de incomodidad que ayer alcanzó la reunión Obama-Calderón celebrada en Washington.

La percepción del gobierno estadunidense no era tan negativa en los inicios del sexenio, en particular bajo el gobierno de George W. Bush y durante la representación de su embajador Anthony Garza. Un ejemplo de lo anterior es la forma en que éste se refiere al Ejército Mexicano, en un cable (08MEXICO1082) emitido en abril de 2008, en preparación a la visita del secretario de Defensa estadunidense, Robert Gates, a México. Ahí no se habla de "desconfianzas mutuas", corrupción generalizada,"provincianismo" y fricciones entre las distintas instituciones de seguridad –como las describió en 2009 y 2010 Pascual. "Usted encontrará algunos matices entre sus interlocutores respecto a los temas de cooperación con Estados Unidos y la seguridad". Garza le explica al jefe del Pentágono que en el segundo año de gobierno, el Ejército es el eje de la estrategia antinarcóticos de Calderón. "Los mexicanos tienen en general una buena opinión de la institución castrense", puntualiza, y subraya que "altos jefes militares recientemente me comunicaron que recibieron instrucciones del Presidente de tener un mayor acercamiento" con sus contrapartes estadunidenses. También afirma que sus aportes a la Iniciativa Mérida "han sido clave". Poco queda de ese reconocimiento en el cable 10MEXICO083, del 29 de enero, enviado por Pascual al Pentágono y al Departamento de Estado, en el que habla de la"incapacidad" del gobierno mexicano.

Fuente: Televisa.



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