David Niño de Guzmán Velasco

Esteban Farfán Romero

FARFÁN El martes (19/04/11), David Niño de Guzmán al caer la noche abandona su oficina y desde ese momento no se conoce su paradero, pues no llega a su domicilio, su familia lo reporta como desparecido. Su cuerpo aparece hoy jueves en la madrugada en la Avenida Zabaleta (La Paz). El cuerpo de Niño de Guzmán apareció con signos de extrema violencia, pues supuestamente fue torturado y una dinamita explosionó en su abdomen. Tanta crueldad no encuentra explicación en estos tiempos.

Mientras recibo información sobre este luctuoso hecho a través de internet, sigo por medio de la Televisión argentina el discurso de Mario Vargas Llosa en inauguración de la Feria de Buenos Aires. Vargas Llosa tituló su disertación, “Los libros y la libertad”.



Todos sabemos que Varguitas es defensor recalcitrante/empedernido de la libertad entendida desde la visión liberal. Su discurso estuvo salpicado de elementos de la libertad y después en la entrevista con el periodista de La Nación, no dejó de hacer referencia a la importancia de la libertad.

No quiero pensar que este episodio lúgubre sucedido en La Paz esté motivado por asuntos políticos, pero no me puedo abstraer de esa posibilidad, tomando en cuenta las diversas situaciones de tensión entre el poder político y la prensa principalmente en los últimos años. Para todos los políticos, muy especialmente para los que tienen matices subyacentes autoritarios, le es incómodo, por lo indócil/indómita e interpeladora, el trabajo de la prensa. Morales en varias ocasiones ha revelado que considera a la prensa (nacional) su enemigo. Fueron varios los momentos de refriega que se tuvo con el Gobierno y también con otros grupos de presión.

Los que hacemos un periodismo independiente, crítico, interpelador, intelectual, y motivador, corremos el riesgo de ser víctimas del poder público a través del amedrentamiento, la coacción, la asfixia/restricción, a través de la famosa torta publicitaria, la presión a los medios para que no brinden cobertura a los díscolos. Hace poco ordenaron a algunos medios claves a que no me den cobertura so pena de suspender los contratos. Por eso se ha notado escasa mi participación en los últimos días.

Nuestros políticos pretenden que los periodistas sólo se limiten a hacer de correa de transmisión, una especie de facilitadores que no deben pensar, y mucho menos opinar, sólo transmitir. Buscan un periodismo militante/propagandista/amanuense/inerme/inocuo/converso. Un periodismo preconizador/meloso/prosternado. Buscan que el periodismo en casos complicados calle y mire hacia otro lado. Para ellos, el periodista debe encender la grabadora/micrófono/cámara y transmitir. No debe formular preguntas incomodas, más bien inducir las respuestas. Un prototipo de periodista ideal de los políticos es que se practica en el canal 7.

Cuando Evo Morales, o nuestros políticos criollo/regionales afirman que los medios mienten, lo que en realidad quieren decir es que el periodista debe decir lo que el caudillo quiere decir. Cuando alguien mete la pata o se contradice, los medios tergiversan las declaraciones. Según su lógica, el responsable del mensaje es el mensajero, no la fuente.

Vargas Llosa hace referencia a la importancia de la libertad en una sociedad moderna. Dice que todas las dictaduras (de izquierda o de derecha) son dañinas, nocivas y perversas para la sociedad. Ningún tipo de dictadura debe ser aceptada. Una dictadura es aquella que a través de mecanismos abiertos o solapados pretende coartar/restringir/controlar la libertad de pensamiento, de expresión pretendiendo imponer el pensamiento único.

Los dictadores no aceptan la crítica, la disidencia, la interpelación. Hay formas muy sutiles que usa el aparato político/estatal para amedrentar y callar la crítica, la disidencia. Antes era el ostracismo físico, ahora hay formas de ostracismo más elegante y disimuladas. Se ponen en marcha distintas formas de inquisición modernas, comisariatos que limitan la acción de la libertad de expresión.

Yo creo que el periodista de ninguna manera debe limitarse solamente a ser utilitario transmisor de datos, sino un procesador/valuador/quilatador de los mismos, y sobre todo un interpelador del poder público, de todo tipo de poder. Los que expresamos lo que pensamos, tenemos la obligación de hacer uso de la pluralidad que garantiza la democracia.

Lamentablemente en Bolivia la prensa todavía es muy superficial/frívola/trivial. Existe poca investigación y escasos escenarios de debate y confrontación de ideas. Hay mucha farandulización de la política, se privilegia el espectáculo, el show antes que la seriedad y la profundidad de las ideas. Hay mucha prensa chef exitosa. Una prensa prosaica. Las fuerzas del mercado no permiten generar condiciones para un periodismo serio, intelectual e independiente.

Personalmente he sufrido ataques feroces de políticos por haber expresado lo que pienso. Por disentir con la opinión de los que creen que tienen el derecho de imponer una línea de pensamiento único y todos deben seguir de forma modosa lo que creen que es la verdad. Siempre fui libre, siempre, y así seguiré siendo, para siempre. A pesar de las amenazas al celular, a mi familia, a través de los correos, a los ataques que sufre mi blogs. A pesar de todo, seguiré aquí diciendo mi verdad.

A pesar de los grandes riesgos, voy a seguir criticando lo que me parece mal, voy a seguir ejerciendo mi derecho como ciudadano y mi ejercicio profesional, porque esa es la esencia/razón de la libertad. La libertad hay que ejercerla con prudencia, educación, sin beligerancia, y para construir.

En lo personal tengo una gran responsabilidad con mi región. Siento que estamos perdiendo una gran oportunidad histórica para transformar la realidad de nuestra gente, pero un puñado de demagogos que coparon/monopolizaron el poder no permiten que las cosas cambien. Me conmueve y desgarra la situación en la que se encuentra el Chaco a pesar de las grandes cantidades de recursos económicos que ingresa. Me destroza el alma profundamente la situación de nuestros indígenas que persisten en la misma situación de miseria. Me lacera el corazón las condiciones de la gente pobre, de nuestros campesinos que a pesar de los subsidios, todavía siguen sumergidos en la pobreza.

David Niño de Guzmán es una advertencia acerca de los riesgos y peligros que todavía es ejercer la difícil profesión del periodismo en Bolivia. Fue en este Gobierno que la inseguridad de los periodistas se ha acrecentado, por lo que debe llamar a la reflexión de toda esta magra situación.

Termino con una frase que Vaguitas dijo hace rato: “sólo se prohíbe algo que se teme”.

Estimado David, paz en tu tumba y resignación a tu familia.