Kenji, el otro Fujimori que arrasó en las urnas

KENJI "Muchachito de mierda". Así se cree que llamaba Vladimiro Montesinos, el polémico asesor presidencial del ex presidente peruano Alberto Fujimori, a Kenji Fujimori.

El hijo menor de Fujimori va camino a convertirse en el congresista más votado en las elecciones parlamentarias del domingo en Perú.

A los 30 años sería el más joven en obtener una banca.



Dice que su votación "es una reivindicación del gobierno de su padre", a quien condenaron sin pruebas, sostiene.

"Es inocente", aseguró en una entrevista reciente.

Como su hermana Keiko, la candidata a la presidencia, hizo campaña con el "Chino", como se conoce popularmente al ex mandatario.

Pero mientras Keiko se limitaba a recordar y defender la gestión de su padre, en su propaganda política, Kenji aparecía junto a un sonriente Alberto Fujimori, condenado a 25 años de prisión por violaciones a los derechos humanos.

Con un discurso carente de autocrítica sobre la gestión de Fujimori, para Kenji lo que hizo su padre fue "defender el principio de autoridad", según le dijo al diario español ABC.

"Todos los rincones"

A Kenji, cinturón marrón en karate e instructor de spinning, se le cuestiona que carece de experiencia en la gestión pública.

Pero replica que está preparado, que es agrónomo de profesión -estudió en la Universidad Estatal de Kansas (Estados Unidos)- y que ser el hijo de Fujimori le dio la oportunidad de estar cerca del pueblo y de aprender.

"Tengo la experiencia de haber visitado prácticamente todos los rincones del Perú con mi padre", asegura.

Desafiante frente a otros congresistas, no duda en sostener que tiene más kilómetros recorridos en el Perú profundo que ellos.

Suelas gastadas y polvo tragado dan prueba de ello, señala.

Kenji, quien tenía 10 años cuando su padre asumió el poder, dice que eso le permitió conocer de cerca las necesidades del pueblo.

Eso es lo que recomendó su padre, su consejero en esta campaña electoral, a quien visita con asiduidad en la cárcel.

Ante las críticas, su hermana salió en su defensa. No sólo recordó los estudios de Kenji y las recorridas por el país, sino que sentenció: "Es muy popular, especialmente con las mujeres".

¿Qué hará en el Congreso?

Proponer el servicio militar obligatorio para jóvenes delincuentes. Eso será lo primero.

Y asegura que se centrará en "el trabajo social en beneficio de los más necesitados".

Aunque defiende la adopción en parejas homosexuales -algo que su hermana rechaza-, aún no está claro si ese punto estará en su agenda legislativa.

En el palacio

Pero de la época del gobierno de su padre, no quedaron sólo los viajes por Perú.

Si Montesinos lo llamaba "muchachito terrible", era porque se había ganado fama de joven complicado.

Se dice que alertaba a Alberto cuando Montesinos estaba en la oficina y no quería que el jefe supiera.

Fanático de los perros, Kenji se paseaba por el palacio de gobierno con sus mascotas.

Pero de adolescente también tenía una boa que a veces metía en las habitaciones de los empleados.

Otras leyendas de aquella época señalan que tiempo después de que un militar lo mandara reprender por bañarse en una piscina de un club de la Fuerza Aérea sin pasar por las duchas, Kenji habría pedido que le dieran de baja.

Aquel militar nunca llegó a comandante, como se esperaba.

Y, afirman, en los vuelos presidenciales, no dudaba en despertar a cuanto asesor o funcionario viera para que accedieran a algunos de sus pedidos.

Kenji, quien vivió "de cuartel en cuartel por seguridad", empezará una nueva etapa en su vida, ahora rodeado de congresistas.

El Nacional – Caracas