Reactores nucleares de Asia corren riesgo de tsunamis

REACTOR La estructura de lo que pronto será una de las plantas nucleares más grandes del mundo toma forma lentamente en la costa sureste de China, justo en el umbral de Hong Kong.

Otras tres instalaciones en las cercanías ya están operando o se encuentran en construcción.

Al igual que la planta nucleoeléctrica Fukushima Dai-ichi de Japón, éstas se ubican a unos cientos de kilómetros del tipo de falla tectónica que puede ocasionar los mayores terremotos generadores de tsunamis.



Conocidas como zonas de subducción, dichas fallas ocurren cuando una placa tectónica se introduce debajo de otra. Y como la falla conocida como Fosa de Filipinas no ha sido la fuente de un terremoto fuerte en al menos 440 años, algunos expertos dicen que se están acumulando tensiones tremendas, incrementando las posibilidades de una ruptura importante.

De ocurrir eso, las cuatro plantas en el sur de China, y una quinta situada en el extremo sur de Taiwán, podrían estar en el camino de una marejada gigante como la que golpeó a Fukushima.

"Tenemos que asumir que serán golpeadas", dijo David Yuen, un profesor de la Universidad de Minnesota que ha realizado modelos de probabilidades sísmicas para esa falla. "Quizá no ocurrirá en los próximos 10 años, sino en 50 ó 100 años".

Asia, la región sísmica más activa del mundo, está teniendo un renacimiento de la energía nuclear en momentos en que lucha por proveer suficiente electricidad a sus enormes poblaciones y economías en crecimiento.

Pero China, Taiwán, India y otros países que construyen frenéticamente instalaciones en las costas han utilizado poco los nuevos datos científicos para determinar si esas áreas son seguras. Al menos 32 plantas en operación o en construcción en Asia están en riesgo de ser golpeadas algún día por un tsunami, advierten expertos nucleares y geólogos.

Además, incluso cuando las naciones hayan realizado valoraciones apropiadas sobre peligros sísmicos, en muchos casos no han compartido sus hallazgos con el Organismo Internacional de Energía Atómica de la ONU, dejando a los expertos frustrados y en la oscuridad.

"A muchos de nosotros nos asombra bastante que se otorgue tan poca prioridad al trabajo que realizamos", dijo Kerry Sieh, del Observatorio de la Tierra, de Singapur, quien ha estudiado y escrito sobre el Foso de Filipinas, donde se ha acumulado presión durante millones de años.

El está entre quienes señalan que sólo es cuestión de tiempo antes de que la tensión se libere.

Al evaluar los riesgos de un maremoto para las instalaciones nucleoeléctricas, los científicos se enfocan en su proximidad a fallas de subducción, volcanes y áreas donde ocurren con frecuencia derrumbes submarinos, todos los cuales pueden detonar ondas sísmicas. Debido a que las marejadas gigantes son recurrentes, también revisan registros históricos y científicos, remontándose de ser posible a hace 4.000 años.

AP