Y la burbuja se pinchó

Gamal Serhan

GAMAL En junio del 2010, me llamo la atención un artículo publicado en la revista Poder y Placer donde Jefrey Sachs uno de los gurús de la economía, sentenciaba que “Bolivia es una burbuja que se va pinchar”.

Durante más de 5 años insistimos en que la bonanza internacional de los precios altos de las materias primas, más la nueva Ley de Hidrocarburos -aprobada por Hormando Vaca Diez- había generado ingresos extraordinarios para el país, pero que estos no estaban siendo correctamente invertidos por el gobierno del Movimiento al Socialismo, para generar una economía de base ancha.



Lo interesante del artículo de Sachs, es que coincidía con nosotros que “el crecimiento económico por sí solo no basta. Si no se transforma ese crecimiento en inversión pública, no va a funcionar”. La ineficiente gestión de gobierno sumando a la dependencia de los hidrocarburos ha develado que el país nuevamente está transitando por el peligroso camino del déficit fiscal.

Así lo ha confirmado el Ministro de Economía, anunciando que el déficit fiscal para el presente año será de unos 880 millones de dólares equivalentes al 4.2% del Producto Interno Bruto (PIB), utilizando este argumento para negar a los sectores populares un incremento superior al 10%.

El problema no solo es el déficit fiscal, sino también la abultada deuda interna y externa del país. A diciembre del año pasado, la deuda externa reconocida por el Banco Central de Bolivia es de 2,826 millones de dólares. Según declaraciones del Ministro de Economía cuando se le cuestionó sobre la deuda interna dijo “No tengo los datos exactos, pero la deuda externa está por encima de dos mil millones de dólares, (sobre la deuda interna), los datos deben encontrarse en la página del Banco Central de Bolivia”, datos que obviamente no existen ni en la página web del Banco Central de Bolivia, ni en el de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI), y tampoco en la de ninguna de las Administradoras de Fondos de Pensiones.

El gobierno del Presidente Morales se ha endeudado a diciembre del 2010 la escalofriante cifra de 4,928 millones de dólares, a un promedio de 1,000 millones de dólares anuales. Esto significa que aproximadamente debemos en total (deuda interna más deuda externa) cerca de 8,000 millones de dólares; sin contar los 3,091 millones de dólares que desde el año 2006 nos han condonado al país por gestiones de anteriores gobiernos, siendo la deuda más alta del país en toda su historia.

El otro aspecto preocupante es que el gasto en funcionamiento (corriente) se subió de 18.255 millones de bolivianos en 2005 a 27.257 millones de bolivianos en agosto de 2010 (más de un 50%). A pesar de que el Gobierno se esfuerza en realizar anuncios sobre la efectividad en la recaudaciones impositivas; el Servicios de Impuestos Nacionales anuncio que en los primeros tres meses del año se han incrementado las recaudaciones en un 46% respecto a similar período del 2010 y la Aduana Nacional asegura que incremento sus recaudaciones en 35% en el mismo periodo, no hay recaudación que alcance para dicho incremento en el gasto.

Para nadie a estas alturas es un secreto que existe una deficiente gestión de gobierno, que no tiene rumbo para resolver los problemas estructurales de pobreza y desempleo, por lo que podemos afirmar categóricamente que la burbuja se pinchó.