Cría cuervos

Jorge V. Ordenes L.

Por razones ideológicas que ignoran la historia del mundo y de Bolivia se continúa aconsejando a Su Excelencia (S.E.): (1) desbaratar el decreto 21060 y de rebote (2) ampliar el rol del Estado en la oferta de empleo. Ambos consejos son erróneos porque socavan el futuro del enrevesado Estado Plurinacional, o sea de todos nosotros los que todavía creemos que S.E., sus teóricos, sus consejeros arribados y arribantes pueden sentar cabeza y dar golpes de timón a la nave del Estado y a otras naves que los necesitan antes de que el peso de los errores sea mayor al de las posibles soluciones. Eso de “nunca es tarde” quizá esté bien para Matusalén pero no para los herederos de los pensamientos de un, por ejemplo, John Maynard Keynes, por nombrar una autoridad que consideró importante la función del Gobierno como estabilizador pero no como empresario.

Por un lado se viene escribiendo, yo creo que acertadamente, en torno al desacierto y hasta la imposibilidad de desbaratar el 21060. Por otro lado los allegados a S.E. dicen que tal desbarato se puede lograr, lo que no solamente refleja desconocimiento sino que es un grueso error endeblemente fundamentado en un excesivo desvarío político que de seguir conducirá a la gestación de nuevos e inmensos problemas como el de un Gobierno empecinado en financiar más y más empresas estatales con el fin de paliar las exigencias vociferantes de empleo de sus seguidores oportunistas varios de los cuales están ya picoteando los ojos al Gobierno porque quieren más sueldo… y hasta el título de propiedad de las empresas.



Precisamente esa creciente y militante exigencia de pedir o demandar más al empleador, en este caso el Estado, es un elemento de mercado libre inherente al 21060. El problema del Gobierno es satisfacer las exigencias laborales o demandas cuando hubiese sino mejor, desde todo punto de vista, que la empresa privada administrase los embates que ahora y cada vez más agobiarán a los genios de la ciencia económica, la política y la sociología que rodean a S.E. El control de precios es un desacierto probado históricamente en Bolivia.

Lo mismo ocurre con los sueldos de ingenieros y otros técnicos de YPFB. Es del decreto 21060 y de nadie más satisfacer las necesidades de esta vapuleada institución del Estado Plurinacional porque se trata de sueldos de oferta y demanda del mercado internacional que nunca se ceñirán a los quiméricos y desatinados designios del dizque “nadie debe ganar más que S.E.” Es el mercado que dicta lo que se debe pagar hoy más que nunca en el mundo globalizado, no los políticos. Es más, todavía hay que ofrecer más sueldo a los futuros técnicos porque los aumentos recientes son insuficientes para intentar rescatar a la empresa más importante de Bolivia… que por otro lado depende y dependerá cada vez más de empresas privadas para funcionar. Eso también es el 21060.

¿Acaso no será políticamente difícil, si no explosivamente imposible, deshacerse de empleados supernumerarios e incluso improductivos de empresas del Estado cuando el número de éstos alcance cifras en los cientos de miles? Si entre 2007 y 2010 la planilla estatal aumentó de 76.000 a 144.000 empleados, el panorama futuro se muestra difícil sobre todo para S.E. que pide inversión extranjera también acudiendo al 21060 aunque no lo admita públicamente o sus asesores no lo capten.

Como van las cosas socialistoides en Bolivia la oferta de empleo del sector privado es poco probable que alivie la demanda exigente y hasta militante que se viene perfilando; la migración al exterior no creo que alivie el problema del desempleo de la gente joven. ¿Qué hará S.E.? ¿Invertir las reservas del Banco central en la creación de nuevas empresa estatales? De ninguna manera porque es ir contra el sentido común y desde luego el 21060 que entre otras cosas sugiere respetar las fuerzas del mercado para estabilizar la economía y gestar la relativa tranquilidad social de modo que hacer política sea menos desquiciado… y más democrático.