El veneno Chávez liquida a Humala

Alexander Cambero

ALEX OK El veneno de Hugo Chávez parece tener liquidado a Ollanta Humala, pues los peruanos quieren seguir gozando de su independencia.

La hábil Keiko parece haber encontrado oro en la mina. Caminó por el oscuro sendero hasta llegar al centro de la veta; al principio parecía cuesta arriba, sin embargo funcionó el mismo mapa que hizo triunfador a Alan García en el proceso eleccionario del 2006. En aquel papel lleno de trazos y enigmas por definir se fue consiguiendo la ruta que hizo posible que la influencia de Hugo Chávez en el proceso electoral inca no impusiera a un satélite suyo en la señorial Casa de Pizarro. Desde Caracas llegaron millonarias donaciones y un sinnúmero de asesores que penetraron por los cuatro costados al país llevando la propuesta expansionista de la revolución bolivariana, tocaron miles de puertas humildes vendiendo a Ollanta Humala como la versión peruana del militar presidencial venezolano. Al final, la proverbial sabiduría de este encantador pueblo de ascendencia andina pudo colocar las cosas en su lugar.



Ollanta Humala terminó perdiendo en la segunda vuelta y dejando a la revolución bolivariana sin su títere peruano; le quedaron en sus manos los hilos gastados de tanto halar desde Miraflores. En los años siguientes fue colocado en la lista de los proscritos. En privado lo culpaban de haber sido el responsable de su derrota, y para su desgracia, quien hizo posible que la millonaria inversión que realizó el gobierno nacional lo dilapidara entre robos y parrandas. Un festín que montaron con los recursos que le negaron a los sectores populares venezolanos. De repente, Ollanta Humala pasó de vivir modestamente a tener un verdadero palacio, sus familiares y allegados disfrutando de viajes y de costosas propiedades.

Ahora vivimos la reedición de todo aquello. Un Ollanta Humala que trata de deslastrarse de su mentor ideológico y económico, llegando hasta negar sus cercanías políticas. Quien enfrenta su nominación presidencial es Keiko Fujimori, una habilidosa mujer que ataca los flancos con la risueña mirada japonesa de sus antepasados samuráis; ella no cuenta con la experiencia de Alan García para liquidar desde el aposento dorado del verbo encendido. Ella utiliza el recuerdo de lo grave que sería para Perú, que sus destinos estén concatenados al sueño de perennidad totalitaria de Hugo Chávez. Que renazca el fantoche que bailará al son que toque Miraflores. Ese veneno al parecer tiene liquidado a Humala, los peruanos quieren seguir gozando de su independencia. Lograda en gloriosos eventos que hacen bendita a su historia.

Sin los artificios morbosos de una supuesta revolución continental, han logrado crecer de manera espectacular en el ámbito económico. Ese despegue que muchos foros internacionales catalogan de "milagroso" es la repuesta del libre mercado en el mundo contemporáneo. Lo que sí tiene que hacer la próxima administración es traducir el éxito financiero en respuestas afectivas para su población. Que esa prosperidad llegue a la mesa del pobre, que avance en educación, empleos y salubridad; para que estos no sueñen con redentores tiranos que envenenan su alma con porquerías e idioteces.

Luz a final del túnel. Keiko encontró la ruta que conduce a frenar el totalitarismo. Ese veneno es demasiado potente para ser aceptado por los pueblos democráticos. Ojalá que esta descendiente de samuráis se mantenga lejos de los intereses de su padre Alberto y su camarilla, tras las rejas. De eso depende su gloria por venir o el desastre en donde caerá el Perú. Por lo pronto, es preferible ella que aquel que solo espera ganar para ponerse la máscara de dictador comunista.

El Tiempo – Bogotá