¿Por qué es especial la final de Champions League en Wembley?

Cuando los jugadores de Manchester United y Barcelona salten mañana al campo de Wembley, sabrán que no están en un escenario cualquiera, pues miles de recuerdos e historias ayudaron a forjar la mística de uno de los estadios más legendarios del mundo. La final de la Liga de Campeones tendrá un foco de emotividad con la asistencia de los jugadores que todavía permanecen vivos de aquel Manchester United que ganó la Copa de Europa en 1968 tras derrotar por 4-1 al benfica en la prórroga. Aquel triunfo del equipo inglés llegó una década después del trágico accidente de aviación ocurrido en Múnich que costó la vida a 23 personas, entre ellas ocho jugadores del Manchester United. En realidad, el estadio de Wembley ya entró en la historia de las Copas de Europa al albergar la final de 1963 entre Milan y Benfica, finalizada con triunfo italiano por 2-1. Aquel Milan tenía a Cesare Maldini como capitán, mientras su rival contaba con el legendario Eusebio en sus filas.

El jugador portugués también participaría cinco años más tarde en la final ante el Manchester United. Aquella final de 1968 fue inolvidable para los hinchas del United, que celebraron el triunfo en la prórroga gracias a los goles de Bobby Charlton, George Best and Brian Kidd. Charlton y Kidd apoyarán mañana al conjunto de Alex Ferguson desde el palco de Wembley, un estadio reformado completamente hace cuatro años bajo el diseño de la estrella de la arquitectura Norman Foster. El viejo estadio fue derribado en 2003 y sobre las ruinas de sus legendarias torres gemelas se construyó un magestuoso arco de 133 metros de altura y 315 de largo que corona el recinto. “Wembley es mágico. He viajado por todo el mundo y nunca he encontrado un estadio tan fantástico como este.

Es el mejor lugar para celebrar grandes partidos”, manifestó Charlton. El Barcelona también tiene motivos para pensar en Wembley como un lugar mágico. Allí consiguió en 1992 su primera Copa de Europa con el llamado “Dream Team” de Johan Cruyff. Lo logró gracias a un gol de falta del holandés Ronald Koeman que permitió el triunfo por 1-0 ante la Sampdoria, un tanto que ya figura en el recuerdo de todos los barcelonistas. En aquel equipo estaba Josep Guardiola, el actual entrenador del Barcelona, quien sin duda sentirá algo especial en su regreso a Wembley. “El fútbol regresa a casa”, dijo en referencia a su vuelta a Wembley tras la durísima eliminatoria de semifinales ante el Real Madrid. “Recuerdo que teníamos mucha presión en 1992, pero la convertimos en excitación y fuerza. No teníamos miedo, aunque estábamos ansiosos. Jugamos con toda la fuerza de un equipo que nunca había ganado una final de la Copa de Europa”, añadió Guardiola. Para el técnico catalán, el partido de mañana “es el más bonito de toda la temporada”. Anteriormente, el Ajax de Cruyff ganó por 2-0 al Panathinaikos y el Liverpool de Kenny Daglish venció por 1-0 al Brujas en las otras finales de la Copa de Europa que completan las cinco disputadas hasta el momento en Wembley. Ahora 90.000 espectadores y muchos millones más a través de la televisión podrán disfrutar de una nueva final en un escenario de leyenda.



Fuente: El Comercio.

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