Transexual: es médica y fue Miss La Paz. ‘Ahora soy una mujer completa, mi imagen y documentos revelan eso’

Es médica con especialidad en sexología. Su cambio de identidad (nombre y sexo) es el primero del país, porque es una de las pocas transexuales profesionales.

image Personalidad. La primera mujer transexual recibió en su consultorio a La Razón. Con el mandil de trabajo posó con total naturalidad. | Fuente: foto: Alejandro Álvarez

‘Ahora soy una mujer completa, mi imagen y documentos revelan eso’



— ¿Qué significa para usted llamarse Antonella?

— Es mi sueño hecho realidad, es por lo que siempre luché, estoy muy feliz porque al fin podré ejercer lo que siempre fui, una mujer, una mujer completa porque mi imagen y mis documentos revelan eso. Viviré tranquila, me casaré con algún hombre y quizás pueda adoptar hijos y me realice en el plano profesional.

— ¿Cuál es el nombre con el que le bautizaron?

— ¡No!, tanto luché para borrar ese nombre y tú me pides que te lo diga. Ese nombre está enterrado y nunca debió existir.

— ¿Dónde nació?

— En la provincia Omasuyos,  desde muy pequeño pasteaba mis ovejas, vendía refrescos y dulces en mi pueblo, criaba algunos chanchos y los vendía para ganar algo de dinero. Como cualquier otro niño estudié en mi pueblo hasta mis 10 años.

— ¿Cuán difícil es para una persona transexual de provincia, llegar hasta donde ha llegado?

— Es muy difícil, primero porque muchos no tienen la accesibilidad al estudio que yo tuve, lo que me permitió hacerme las cirugías que me hice, pero creo que debemos luchar por nuestra felicidad y nuestros ideales.

— ¿Cuándo se descubrió?

— A los seis años y desde entonces mis ideas y mis pensamientos siempre fueron los de una mujer. Pero por cuestiones sociales y culturales no podía mencionar estas ideas a mis padres, de manera que me callé y viví con un complejo de inferioridad. Los niños me metían mano, me insultaban me golpeaban y aguanté su sarcasmo durante años.

— ¿Y cuándo llegó a La Paz?

— A los 11 años y sentí la discriminación más profunda, estudié en el colegio Bolívar, de puro varones. Los estudiantes me metían mano, me golpeaban, me insultaban, escuchaba sus burlas, su sarcasmo, sufrí muchísimo. Tuve paranoia, complejos de inferioridad e intentos de suicidio. Por lo que retorné a mi pueblo hasta que salí bachiller. En ese entonces no estaba preparada todavía, no sabía lo que eran las identidades sexuales y genéricas. Consideraba que era pecador, sucio, como nos hace creer la religión judío cristiana, que el no ser heterosexual es inmundo. Entonces, sacar esas ideas que están en lo más profundo de uno es muy difícil.

— ¿Entonces debió romper primero sus temores internos?

— Sí, yo tenía la necesidad de que todo el mundo me acepte, pero la verdad era que yo no me aceptaba todavía y tenía una lucha interna, conmigo misma. Yo no lo acepté, toda mi infancia y mi adolescencia, hasta ingresar al cuartel, en Trinidad, en el grupo aéreo 72, donde fui dragoneante,  como cualquier otro soldado. Ahí tuve mi primera pareja. Y saliendo del cuartel e ingresando a la universidad a la Facultad de Medicina recién acepté mi identidad sexual y poco a poco empecé a desarrollar mi verdadero género.

— ¿Su verdadero género?

— Todo ser humano tiene diferentes formas de sexo dentro de su ser, llamado dimensiones sexuales. Uno es el sexo biológico que es la parte corporal y física; está el sexo psicológico, que es la manera en la que te autodefines. Las personas que nacieron con el síndrome de Harry Benjamín, son transexuales, son las que habiendo nacido con genitales de un sexo, su mente y su alma son del sexo opuesto.

— ¿Por qué inició el cambio de nombre y sexo?

— Tengo imagen femenina y documentos masculinos, tenía la esperanza de ser aceptada por la sociedad así, pero la discriminación era tanta y el rechazo era diario, que decidí hacer mis papeles, para ya no vivir en la ilegalidad. Pese a que me ven en carne y hueso, para la justicia no tengo legalidad, no existo prácticamente, no tengo el estatus de ser humano, ni para la justicia y menos para la gente, a pesar de que estoy aquí. Pero además busco ser reconocida como mujer, como lo que soy, es por eso que inicié el juicio de cambio de nombre y sexo, a nivel legal, a finales del 2009.

— ¿Y ahora?

— Soy Antonella, me costó mucho. Pasé por una serie de pruebas, test y exámenes, pero ahora sí estoy completa, tengo la imagen y el nombre femeninos. Inicié este proceso en el Juzgado Sexto de Instrucción en lo Civil y Comercial donde se dictó la sentencia a mi favor.

— ¿En base a qué normas?

— En nuestro país es difícil porque no existe la Ley de Identidad de Género. Mis  abogados se basaron en leyes internacionales y algunas normas bolivianas como la nueva Constitución Política del Estado y  convenios  internacionales.

— ¿Cuándo comenzó su transformación?

— Cuando sentí la necesidad de tener algo propio,  verdadero, porque las esponjas, pelucas y rellenos no eran suficientes, yo tenía que tener un cuerpo verdadero, entonces empecé la transformación y la búsqueda para que coincidan mi imagen con mi interior.

— ¿Cuántas cirugías tiene?

— 14 operaciones e invertí más de $us 7 mil. Lo primero que hice fue ponerme silicona en las caderas, luego los senos. Me hice cirugías de rinoplastia, estética facial, lifting y otras más. En Bolivia soy la más completa.

— ¿Son los únicos requisitos que debes tener para lograr el cambio que quieres?

— No, una persona transexual debe seguir una terapia de reasignación sexual, que incluye tres procesos, la parte psicológica, que está vinculada a la forma de sentir y pensar como una mujer; la biológica, con tratamientos hormonales; y la parte quirúrgica. El último paso es el cambio de nombre y sexo en tus documentos personales.

— ¿Cuándo salió a la luz pública y se hizo visible?

La sociedad me descubrió cuando fui elegida Miss La Paz, el 2007,  para entonces yo trabajaba en el Hospital Obrero y mis colegas vieron la elección por televisión. Entonces no podía ocultarlo más, es ahí cuando salgo completamente del clóset, entonces expliqué y empecé a hablar libremente de mi sexualidad.

— ¿Cómo hizo respetar su orientación sexual?

— En la Facultad de Medicina tuve que enfrentarme a un hombre que constantemente se burlaba de mí y me insultaba. Decía a su amigos, de manera sarcástica, “no seas maricón, qué gay que eres” y otros insultos más. Hasta que un día lo esperé en la entrada de la Facultad y lo agarré a golpes, y le dije “soy gay declarado y me vas a respetar”. Durante mis estudios me disfrazaba de hombre, con todo ancho porque yo ya había empezado la transformación de mi cuerpo. Para mi año de provincia ya tenía los implantes de seno y debía fajarme porque mis documentos decían que era hombre, entonces mi imagen debía coincidir.

— ¿Cuál fue el momento más duro que le tocó vivir?

— Hay dos partes duras. Los golpes que recibí de mi hermano mayor, desde que era muy pequeño, sus gritos que decían ¡Salí maricón de mierda¡ tú no eres mi hermano¡ , me golpeaba, me insultaba y salí de mi casa. La segunda parte dura es cuando busqué trabajo con una imagen de mujer y documentos de hombre y fui rechazada.  Sufrí mucha discriminación en las oficinas, en los bancos, en los hoteles, cuando buscaba hospedaje y me decían  sí señorita pase, presentaba mis   documentos y me decían: “un ratito ya no hay habitaciones, no hay espacio”. Entonces, la discriminación es diaria para las mujeres transexuales. Se debe tener una personalidad muy fuerte para poder enfrentar esto.

— Ahora ¿Cuál es el principal objetivo de su vida?

— Es educar a la gente, a la sociedad para que algún día este tipo de relaciones sea visto y aceptado de manera natural. Para ello debe cambiar el pensamiento de la gente. Deben entender que somos seres humanos como todos y las relaciones que tenemos son de amor, como cualquier otra relación de parejas heterosexuales. Esto debe ser acompañado por la Ley de Identidad de Género, la cual nos permitirá encaminarnos y transitar sin dificultad en lo que debimos haber sido siempre, mujeres.

— ¿Qué recomienda a los adolescentes que  están descubriendo su orientación sexual?

— Primero, a las familias, son quienes deben apoyar a sus hijos y entender que nadie escoge su identidad sexual y apoyar  a sus hijos transexuales, lo más antes posible, para que ellos puedan integrarse a la sociedad sin problema. A los hombres y mujeres transexuales, sentirse orgullosos de lo que son, jamás avergonzarse. No escogimos vivir esta vida, pero debemos luchar para poder conseguir nuestros objetivos, nuestros sueños y ser personas auténticas, porque nacimos en cuerpos de hombres con pensamiento y alma de mujer .

— ¿Y si no hay apoyo?

— Si no hay apoyo de la familia estarán arrinconando a una persona a vivir una vida de infelicidad y de marginación, porque la mayoría de las mujeres trans se van a la prostitución, porque si la familia no las apoya, la sociedad las discrimina y las rechaza, entonces qué les queda.

Perfil

Nombre: Antonella

Profesión: Médica

Cargo: Sexóloga

Médica con especialidad en sexología

Es médica con especialidad en sexología. Su cambio de identidad (nombre y sexo) es el primero del país, porque es una de las pocas transexuales profesionales. La resolución del Juzgado Sexto de Instrucción en lo Civil, de abril del 2011, declara probada la demanda de cambio de nombre y sexo. Dispone que en la ejecución de sentencia se proceda, a través del Registro Civil Sala Provincias, al cambio de forma definitiva.

El fundamento jurídico que se utilizó son las Declaraciones Sobre Orientación Sexual e Identidad de Género de las Naciones Unidas, la resolución de la Organización de Estados Americanos en relación a los derechos humanos, la Declaración Contra Actos de Violencia por Orientación Sexual e Identidad de Género, el Plan Nacional de Acción de Derechos Humanos. el Decreto Supremo 189, que hace referencia a que el 28 de junio el día de los derechos de la población con orientación sexual diferente. Y es el primer caso en el que se utiliza como fundamento jurídico el artículo14 de la Constitución Política del Estado.

La Razón, Teófila Guarachi