Un viaje desafortunado

Álvaro Riveros Tejada

riveros_thumb Contra viento y marea y ajeno a las recomendaciones versadas sobre temas diplomáticos que veían con recelo un viaje del presidente al exterior, a muy tempranas horas de esta madrugada S.E. abordó el Falcon Dassault 900 EX y enrumbó a Asunción del Paraguay para adherir a las celebraciones del Bicentenario de la Independencia de ese país y quizá sólo para probar, si esa nave puede surcar invulnerablemente cielos extranjeros.

Desde un inicio varios presidentes, especialmente los pertenecientes al club del ALBA, anunciaron su inasistencia a dicho evento, quedando solo pendiente la visita de las presidentas del Brasil y la Argentina, las que a última hora, “por razones médicas”, cancelaron también su participación,



Como confirmando todos los vaticinios mal agoreros, la llegada de S.E. a Asunción estuvo acompañada por una torrencial lluvia que obligó a suspender varios festejos patrios que debían realizarse al aire libre. Seguidamente, en plena celebración del Te Deum, del que nuestro presidente no es afecto y más bien muy impermeable a ese tipo de ritos litúrgicos, la Catedral Metropolitana quedó completamente a oscuras, obligando a los agentes de seguridad a tomar medidas que no estaban en el libreto de la visita.

Curiosamente, todos aquellos actos que se nos dijo que estarían en la agenda del presidente se fueron cancelando como: la conversación sobre el tema marítimo con Chile, ya que Piñera no fue y su canciller Alfredo Moreno afirmó que no estaban previstas tales conversaciones con las autoridades bolivianas y que a Chile le interesa más la energía producida por Paraguay y su transporte a través de la Argentina.

La ausencia de la señora Kirchner tampoco permitió que S.E. pueda rogarle que no nos cobre por el gas que dejaremos de enviarles, rompiendo el contrato firmado con su difunto marido. Algo similar pudo ocurrir con la presidenta del Brasil, ante su marcada antipatía hacia los envíos de droga que le estamos haciendo llegar con regularidad.

En lo referente a los asuntos bilaterales, no se descarta que afloren a nivel de los círculos opositores las sospechas paraguayas sobre una presunta carrera armamentista de Bolivia y los temas policiales que tienen que ver con el tráfico de vehículos robados, precisamente ahora que uno de esos temas se habría centrado en la camioneta clonada que fue incautada a un cabo y se la supone en manos de un alto miembro de la policía.

Los actos protocolares tampoco estuvieron exentos de sorpresas, especialmente con las declaraciones de S.E. protestando su amor y respeto hacia Fernando Lugo y afirmando: “…desde el primer momento que fue electo presidente, digo que es mi padre…” acentuando de esta manera el grave conflicto que encara el ex obispo fornicario con los innumerables reclamos de paternidad que enfrenta en su país.

La eventual presencia del ex gobernador de Tarija Mario Cossío, en algunos eventos oficiales, en su calidad de huésped ilustre e hijo predilecto del departamento Central, aledaño a Asunción y amigo intimo de Federico Franco, vicepresidente del Paraguay fue como si otro hijo le fuera adjudicado al presidente Lugo, haciendo de la visita un evento insoportable y de la travesía presidencial, un viaje desafortunado.