Conflictos y enredos “TIOC territoriales”

Erika Brockmann

ERICKA A propósito del conflicto sobre el “TIPNIS”, Carmen Beatriz Ruiz nos recordaba un tema que nos anuncia más de un enredo territorial, al referirse a los 190 Territorios Indígenas Originarios Campesinos (TIOC) titulados y constitucionalizados los que, hasta febrero de este año, abarcaban una superficie mayor a los 20 millones de hectáreas, favoreciendo a aproximadamente 500 mil indígenas originarios campesinos (IOC).

Recuperando la valiosa información de la Fundación Tierra, la autora se refería a un proceso imparable de demandas de nuevos TIOC en la que “están en juego derechos, leyes, tierras, historia e infinidad de intereses” (Los Tiempos, 25/08/11). La danza de cifras presentada era proporcional a la confusión que el puchero territorial del nuevo “Estado Plurinacional con Autonomías” provoca.



La palabra autonomías no es casual ya que se articula a los derechos expectaticios adquiridos, por los TIOC a los que se les reconoce la posibilidad de constituirse en Entidades Territoriales Autónomas (ETA) siempre y cuando cumplan y ¿acaten? las condiciones mínimas de viabilidad gubernativa establecidas por una Ley de Unidades Territoriales ya presentada pero postergada por ser, al igual que el censo, detonantes de la epidemia de conflictos.

Según el Ministerio de Autonomías, sólo 25 (7%) municipios no tienen problemas limítrofes. Y es que a estas alturas, la trilogía TIOC-ETA-Límites asusta. Resulta que siete de cada diez TIOC se sobreponen y cuestionan la legitimidad de los límites de las unidades territoriales municipales y departamentales. Por otra parte Tierra reconoce que el “74% de las TIOC tituladas transgrede la jurisdicción municipal comprometiendo esta incompatibilidad a 130 municipios que representan el 38% de los 337 municipios existentes en el país. Los límites departamentales están comprometidos en 19% de los territorios titulados”. Está claro que asistiremos a muchas más presiones, demandando “hasta las últimas consecuencias” hacer realidad lo que tanto papel, discurso y demagogia terminó plasmando contradictoriamente en el texto constitucional.

Hoy evidenciamos que la artificial unidad literal, sociológica y política, de la sigla “IOC” se quiebra estructuralmente. No es novedad, la contradicción de los intereses indígenas de tierras bajas respecto a los de campesinos/cocaleros/colonos y entre comunarios y vecinos que se resisten al recorte o reconversión de su municipio en Autonomía IOC con todas las prerrogativas de autogobierno que se les reconoce al margen de todo análisis previo de los límites de viabilidad del modelo de gestión territorial.

La mesa de conflictos latentes está servida. Es previsible que sigamos soslayando su manejo inteligente. Me viene la imagen de una especie de epidemia, “eruptiva itinerante e intermitente” recorriendo la geografía nacional. El lío entre Potosí y Oruro, de los límites intermunicipales de La Paz metropolitana son apenas el preámbulo de una cadena de focos irritantes que demandarán paciencia para disiparse. Lo lamentable es que mientras se postergue la ley de Unidades Territoriales y no nos sinceremos con un Censo, como instrumentos ordenadores del laberinto de marras y en ciernes, estaremos entre conflictos y “treguas” espurias.

Urge la construcción de pactos territoriales, ambientales e interculturales que la Constituyente dejó inconclusos en medio de un clima impregnado de beligerancia social y gubernamental creciente.

Página Siete – La Paz