Odisea. Minor Vidal: “He reunido muchas fuerzas para seguir adelante”

Su valentía lo mantiene vivo, es el único sobreviviente del avión siniestrado de Aerocon.

Después del accidente, hizo un agujero por el cual salió del fuselaje de la aeronave. Bebió su orina, no comió nada y caminó hasta llegar a la ribera de la laguna Rosendi, de donde fue rescatado. La familia atribuye el milagro a Dios y a la Virgen de Guadalupe. Médicos detectan gusanos en el cuero cabelludo de Vidal. El seguro prepara $us 20.000 por persona.

imageValiente. Además de enfrentar el trauma de una tragedia aérea, Minor Vidal aguantó en la selva desde el martes en la noche el hambre y el dolor de sus heridas.



¡Vivo!

MILAGRO. Minor Vidal sobrevivió al accidente de Aerocon. Fue encontrado ayer

Berthy Vaca. Trinidad, El Deber

El sobreviviente de esta tragedia aérea fue encontrado a las 8:50 por un equipo combinado de marineros de la Fuerza Naval II y efectivos de la Fuerza de Tarea Especial Diablos Azules, que navegaban en aguas de la laguna Rossendy con dirección al lugar donde quedaron los restos de la aeronave siniestrada. De pronto, a lo lejos, en la orilla divisaron a un hombre que agitaba una prenda. Se aproximaron y Vidal, al comprender que lo habían visto, se hincó y elevó las manos al cielo agradeciendo a Dios por el milagro de haber sido encontrado con vida.

El comandante de los Diablos Azules, David Bustos, encabezó al equipo de rescatistas que dio con Minor. Lo subieron a un bote para llevarlo hasta la capital beniana, previa parada en Loma Suárez, desde donde reinició su retorno en una vagoneta. En el trayecto se contactó con su esposa, Mariela Llanos, que junto a otros familiares estuvo en el aeropuerto de Trinidad en vigilia desde la noche del martes.

Poco después dio un informe oficial la ministra de Defensa, Cecilia Chacón, que pidió a los medios, que siguieron todo el trabajo de los rescatistas, darle un espacio para compartir con sus familiares y amigos, que lloraban y daban gracias a Dios por el desenlace del calvario que les tocó vivir.

Vidal fue internado en el hospital militar Cossmil, donde fue recibido en medio de vítores y aplausos de cientos de curiosos, amigos y familiares, que dieron la bienvenida al hombre que soportó durante 60 horas los rigores del clima, los mosquitos y el acecho de las fieras.

El médico Fidel Silva Julio, que lo revisó a su llegada, dijo que estaba estable y por la tarde, el sobreviviente fue intervenido quirúrgicamente para curar la herida en la cabeza, las cinco costillas rotas y la perforación de uno de sus pulmones.

Para hoy se tiene previsto el traslado de Vidal hasta una clínica en Cochabamba, donde terminará su recuperación para reiniciar su nueva vida.

“Minor es un valiente”

David Bustos Martínez | Comandante de la Fuerza de Tarea Especial Diablos Azules

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Minor tiene puesta la chaqueta que un militar le regaló para que sepa quién lo rescató. Camufla su polera blanca sucia, manchada de sangre

David Bustos Martínez, capitán de Navío con 30 años de servicio en las Fuerzas Armadas, fue el uniformado que dirigió al grupo de marineros y diablos azules que ayer se encontraron con el hombre del milagro. Pese a sus años de trabajo y de haber sido parte de otras operaciones similares, para Bustos lo ocurrido ayer fue único y le ha dejado una marca en su vida militar.– El rastrillaje tuvo su recompensa…

– Sepa señor que la Armada Boliviana desde que supo del siniestro empezó la búsqueda sin descanso. Han sido cuatro días con hoy (ayer) de trabajo permanente. Hemos caminado por lo menos 30 horas en todo este sector. En realidad son 80 horas de rastrillaje conjunto.

-¿Qué le dice al afortunado superviviente?

– “Minor, voy a regalarle esta chaqueta con el nombre de la Armada, la institución que ha logrado encontrarlo con vida”, le dije al superviviente cuando hablé con él en el lugar del hallazgo. Ahora nos queda la satisfacción del deber cumplido, de encontrarlo con vida. Por eso es que le entregué mi chaqueta, para que la lleve como un recuerdo de los Diablos Azules.

– Tenemos entendido que el nombre de Minor quedará grabado para siempre en los Diablos Azules, ¿cómo se conseguirá eso?

– Así es. Es más, el curso de lanchas nodrizas que estamos realizando en los Diablos Azules será bautizado con el nombre de Minor Vidal Huerta, en honor a este hombre valiente. El curso está siendo impartido a 25 oficiales de la Armada Boliviana.

    Desde Trinidad  

Efectivos. 50 uniformados de la Fuerza Naval y de los Diablos Azules resultaron los héroes de la feliz jornada de ayer al encontrar al único superviviente del trágico accidente aéreo en la Amazonia boliviana. Los efectivos recibirán felicitaciones y reconocimientos en su campamento.

Rescatistas. En la jornada previa (el jueves) cuando se descubrieron los ocho cuerpos mutilados en el lugar del siniestro, los héroes fueron los voluntarios del Funsar y del grupo SAR-FAB de Beni, que descendieron al punto y rescataron los cadáveres en dos helicópteros.

Autoridad. La ministra de Defensa, Cecilia Chacón, se perdió ayer  el rescate de Minor Vidal porque inesperadamente fue encontrado por agua. De igual forma visitó al herido en el hospital Cossmil y congratuló a la familia. Esta vez los Diablos Azules le ‘robaron’ cámara.

Médicos. Una intensa jornada emotiva se vivió en el hospital militar Cossmil con la llegada del superviviente a las 10:26. “Esto es un milagro de Dios, que es fiel. Quiero agradecer a Dios celestial”, manifestó Rosario, hermana de Minor. Los galenos se mostraron sorprendidos por la fortaleza que tuvo este hombre para sobrevivir en el monte, con las múltiples fracturas y las heridas en la cabeza que sufrió.

Amigos. Los colegas de trabajo que tiene Minor en la capital cruceña y en la capital beniana estuvieron pendientes de toda la operación de búsqueda y rescate en Trinidad. Al saber la noticia de que había sido encontrado con vida, lloraron y agradecieron a Dios por el milagro. En Santa Cruz se realizó una misa de acción de gracias en las oficinas de SAE.

    El accidente paso a paso   

Martes 6 de septiembre. A las 17:58, del aeropuerto El Trompillo parte el avión SA-227BC (SW3), matrícula CP-2548, rumbo a Trinidad, Beni. La nave estaba tripulada por el piloto Santiago Román y el copiloto Mauricio Vlahovic. Los pasajeros eran Óscar Valencia, Eddy Martínez, Sergio Marañón, Minor Vidal, Joaquín Gutiérrez, Daniel Montenegro y William Lara. 

Contacto. A las 18:55 el piloto se contacta con la torre de control del aeropuerto Jorge Henrich de Trinidad, para solicitar permiso para aterrizar. A poco más de 18 kilómetros, 10 millas náuticas, se pierde contacto con el avión. Ese día la visibilidad en la zona era escasa, entre 3 y 6 kilómetros, debido a la intensa humareda provocada por los chaqueos. A las 19:30 el bimotor es declarado oficialmente desaparecido.

Jueves 8 de septiembre. La lluvia y los vientos del sur disipan el humo y mejoran las condiciones para reiniciar la búsqueda de la nave. A las 11:00 voluntarios de Funsar, con ayuda de pobladores del lugar dan con el aparato siniestrado y se confirma la noticia de que ocho de los nueve ocupantes estaban muertos.

Viernes 9 de septiembre. Marineros y efectivos de los Diablos Azules reinician la búsqueda de Minor, haciendo un rastrillaje en botes por los alrededores de la laguna Rossendy, donde se estrelló el avión de Aerocon. A las 8:50 el superviviente se encontró con sus rescatistas y fue llevado al hospital militar de Beni para curar sus heridas.

Tres días después de la caída del avión de Aerocon en Trinidad, que acabó con la vida de ocho personas, el milagro ocurrió. Minor Vidal Huerta (38), pasajero del bimotor Fairchild Swearing, que partió el martes del aeropuerto El Trompillo en Santa Cruz con rumbo a la capital beniana, fue encontrado con vida la mañana de ayer viernes. Ahora su nombre es sinónimo de milagro.

Pálido, sucio, con la barba crecida y con una enorme herida abierta en el costado derecho de su cabeza, así fue hallado Minor, en una orilla de la laguna Rossendy, a unos 10 kilómetros de Trinidad.

Minor, su valentía lo mantiene vivo

Sobrevivió, dejó señales y caminó herido hasta que fue rescatado ayer.

Pablo Ortiz, El Deber

Minor Vidal encontró a los rescatistas. Adolorido, desde una orilla de la laguna Rossendy, levantó su mano derecha y agitó un trapo para llamar la atención de las dos lanchas de la Naval que pasaban. Cuando se dio cuenta de que por fin había sido visto, se arrodilló, juntó las palmas y miró al cielo: “Estaba esperando. Es un milagro, ¡gracias a Dios!”, exclamó a los hombres de uniforme camuflado que se le acercaban.

Este chuquisaqueño de 38 años es el único superviviente del vuelo de Aerocon que partió el martes a las 17:50 de Santa Cruz y nunca llegó a Trinidad. A tres minutos de aterrizar, a las 18:50, el avión desapareció y ni Minor sabe por qué.

“Cuando estábamos en el aire me pareció muy raro que la nave vuele muy bajo. Estábamos dando vueltas por Trinidad y bajó demasiado. Los pilotos no dijeron nada… En ese momento se sintió el golpe”.

Sin saberlo, Minor fabricó su supervivencia. El avión, un Fairchail Metro III, tiene espacio para 19 pasajeros más dos tripulantes, pero solo iban nueve ocupantes. Pudo sentarse en cualquier sector de la nave, pero escogió el último asiento. Así, cuando el avión se estrelló contra los árboles que rodean Laguna Brava y quedó ‘patas arriba’, fue el único que no sufrió heridas mortales. Tenía un profundo corte que le levantó toda la piel de la sien derecha y un golpe en el costado izquierdo que le rompió cinco costillas.

“Era de noche. Tenía miedo. Comenzaron a arder los motores y se empezó a oler el combustible del avión. No veía nada, pedía ayuda a gritos. Escuchaba los gritos de la gente que comenzaban a desesperarse. De ahí, en ese momento, todos se quedaron callados. Yo quería hablarles, yo quería decirles: ‘Tengan fe, Dios nos va a ayudar’; pero todos se quedaron callados. Fueron momentos horribles. No veía nada, no oía a nadie”, cuenta.

No le fue fácil salir de en medio de los fierros retorcidos. Las costillas rotas le impedían moverse y dolía incluso respirar. Cuando amaneció, se quedó quieto mediodía. Esperaba que lo encuentraran. Cuando se dio cuenta que nadie llegaría, hizo un hueco en el fuselaje y se arrastró hacia el exterior de lo que quedaba del avión.

“Me di cuenta de que todos estaban muertos. Había un montón de gente desparramada cuando salí. En mil pedazos se destrozó el avión, en mil pedazos. No sé qué pasó”, dice.

Cuando vivía en Chuquisaca, Minor practicaba ciclismo de montaña. Eso le dio piernas fuertes. La forma en que cayó el Metro evitó que sus piernas se rompieran. El año que vivió en Trinidad hizo que Minor se acercara a nuevos pasatiempos, la caza y la pesca. Hizo que supiera cómo moverse en el monte.

Es mediodía del miércoles y Minor toma otra decisión que le salvará la vida. Tiene sed. El calor de Beni aprieta. El sangrado en la frente y sus heridas internas aumentan la deshidratación y decide beber su orina para seguir vivo. Luego comienza a caminar.

Entre el lugar de la caída y la orilla de la laguna Rossendy de donde fue recogido por la Fuerza Naval, hay solo un kilómetro, pero recorrerlos no fue fácil. Minor contó a Mariela Llanos, su esposa, que se amarró una camisa en la herida de su frente para cubrirla, porque las moscas trataban de asentarse en ella. Eso retrasó la infección e hizo presión sobre el corte para detener el sangrado.

Al final del miércoles encuentra un charco con agua estancada y utiliza su chompa para hacer un filtro que separe la basura del líquido. Bebe.

Al amanecer del jueves, el viento del sur trae un poco de aire frío, pero también despeja  el humo que cegaba a los que buscaban al avión desde el aire. Minor ya ha llegado a la orilla de la laguna Rossendy.

“Me lograron ver los aviones y un helicóptero plomo con azul. Yo estaba parado en el lago, las avionetas me vieron, yo estaba en la orilla”, repite. Nadie lo vio.

Todos los rescatistas avistaron el avión de Aerocon destrozado en mil pedazos, el montón de gente muerta desparramada alrededor del fuselaje. Todos se dieron cuenta que solo tenían ocho cuerpos sin vida, que les faltaba uno. Todos buscaron a Minor entre los muertos. Todos, menos su familia.

“Mi hermano no está muerto, sigue perdido en la selva. Él ha practicado bicimontaña, ascenso y descenso. Le gusta ir a pescar, a cazar. Tiene mucho espíritu deportivo, mucho espíritu de supervivencia”, reclama Iván, hermano de Minor, desde el aeropuerto de Trinidad.

Pocos tenían tanta fe. En La Paz, tres de sus amigos pagaron necrológicos que se publicaron el viernes dando las condolencias de la familia. En Santa Cruz, sus compañeros de SAE, una empresa que distribuye medicamentos, encargaron una misa al padre Juan Kurahashi y él les dijo que tuvieran fe, que festejarían con música y cerveza cuando Minor volviera.

Y Minor tuvo fe. “Confié en mis fuerzas para seguir adelante. Me saqué la camisa. En el avión puse una señal con mi sangre para que sepan por dónde me fui caminando. Lo último que se pierde es la esperanza. Yo sabía que iba a haber alguien que me socorra, que me busque”, dijo.

Eso, sacarse la camisa ensangrentada, dejarla en el lugar del accidente, marcar su ruta, hace que la esperanza de Minor se convierta en búsqueda implacable. Más de 60 horas caminaron, volaron y navegaron los militares hasta que lo vieron agitando un pedazo de tela a orillas de la Rossendy; hasta que la esperanza se hizo milagro. Fue a las 8:50 de ayer.

Minor se levanta y habla con los militares. “Mi brazo, no lo puedo levantar. Mi espalda está mal y mi columna”, les dice. El dolor ha llegado. “¡Uh, ah, aaah!”, gime, con un sonido gutural y seco mientras sube a la lancha.

Sus fuerzas son infinitas. Le alcanzan para escuchar el discurso triunfalista de un oficial de la Naval y para improvisar una conferencia de prensa en medio del monte, para caminar hasta la vagoneta que lo lleva hasta Trinidad. Allí, un militar vocifera eufórico por teléfono: “Lo que usted pidió a Dios, señora: lo hemos encontrado vivo a su esposo con él un rato”.

Es Mariela. “Hola vida, mi vida. Aló mi vida. Nos vemos en Cosmil, ya, ya, ya…”, dijo Minor. Por fin estaba volviendo a casa.

Opinión   

Un cuadro controlado

Javier Aguilar • Médico internista y catedrático

La orina es una excreción estéril, pero tiene buena cantidad de sales y urea. Al beberla, Minor ha ayudado a su cuerpo a reponer un poco del volumen de líquido perdido. Minor estaba perdiendo líquidos de dos formas, una por su deshidratación al estar expuesto a la intemperie y otra por la hemorragia en el pulmón, producto de su fractura.

Cuando esto sucede, el cuerpo trata de evitar que perdamos agua y produce menos orina. Pero incluso lo poco que ha tomado, le ha ayudado a mantenerse relativamente hidratado. Creo que sus fracturas en las costillas solo afectaron la parte periférica del pulmón. Ya deben haberle puesto unos tubos para que el órgano pueda volver a expandirse. Si el pulmón logra ‘inflarse’, todo el cuadro está controlado. Creo que las fracturas fueron pequeñas, porque si no, uno no puede moverse ni respirar. Minor camina y habla, lo que casi descarta que su lesión en la cabeza haya producido daño encefálico. Debe tener una coagulación muy buena. Además, su cuerpo ha producido mucha adrenalina y eso ayuda a la vasoconstricción en la zona de sangrado.

Su familia nunca perdió la fe

“¡Yo sentía que estaba vivo!”, dijo, Nora Huerta, madre de Minor Vidal Huerta, rodeada de las hermanas del único superviviente del vuelo de Aerocon. “Tiene algunas lesiones en las costillas… un golpe en la cabeza, pero no son tampoco una cosa grave…”, dijo, entre lágrimas de felicidad.

Desde su Sucre natal, la familia de Minor trató de mantener la fe, de seguir creyendo que estaba con vida y ahora puede festejar. “Para nosotros es un volver a nacer. La felicidad es inmensa. Han sido momentos muy difíciles”, confiesa, Marlene, una de las hermanas de Minor.

Fueron días duros. Primero debieron pensar si Minor estaba vivo o muerto, después llegaron las especulaciones. Tuvieron que convivir con especulaciones sobre si el avión había sido secuestrado por narcotraficantes para llevárselo a Brasil. “Ahora lo hemos visto en la tele y está vivo. ¡Qué más puedo decir!”, exclama, Janeth, hermana mayor del superviviente.

En Trinidad, la lucha por mantener la fe era más dura. Ahí estaba Mariela Llanos Doria Medina, su esposa, junto a Sofía y Sara, sus hijas de ocho y seis años. “A ratos, honestamente, tenía mucho miedo y otro rato continuaba orando y pidiendo a Dios”, dice Mariela.

Ella solo puede explicar que Minor está vivo a través de su fe. Repite que le agradece a Dios por haberle traído a su marido vivo. También está agradecida con Trinidad, con esas miles de personas que la apoyaron en momentos difíciles.

Para su familia creyente, Minor se ganó el milagro. Es devoto de la Virgen de Guadalupe, patrona de Sucre. Para adorarla bailando, fundó la fraternidad de tinku Atipay, y bailó en la entrada de la virgen durante 10 años.  Los que alguna vez bailaron junto a él, hicieron tres días de vigilia en Sucre, orando.

Minor también es descrito por su familia como un aventurero. Su sobrina nunca olvidará el viaje en bicleta que hizo junto a él de La Paz hasta Coroico. Pronto podrá abrazarlo. /CDS y Berthy Vaca

Minor Vidal: “He reunido muchas fuerzas para seguir adelante”

Es el único sobreviviente del avión siniestrado de Aerocon.

Odisea. Después del accidente, hizo un agujero por el cual salió del fuselaje de la aeronave. Bebió su orina, no comió nada y caminó hasta llegar a la ribera de la laguna Rosendi, de donde fue rescatado.

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Tres marineros y un diablo azul asisten a Minor, que ya se levantó del piso, donde se arrodilló y agradeció a dios luego de ver a los rescatistas a pocos metros de él. Foto El Deber

Pagina Siete, Marco Zelaya / La Paz – 10/09/2011

Minor Vidal comenzó a agitar una especie de bandera o una camisa cuando vio las lanchas cerca de la orilla de la laguna Rosendi. Eran las 8:50 de ayer. El único sobreviviente del siniestro del avión Metro 227 de la empresa Aerocon, con matrícula CP 2548, estaba salvado.

Había llegado a las riberas del espejo de agua después de una penosa caminata de casi 60 horas en busca de ayuda.

Inicialmente, los rescatistas creyeron que se trataba de un pescador, que abundan en esa zona lacustre, pero luego, al aproximarse más a la orilla, constataron que se trataba de Minor, tanto por una herida visible en la frente -parecía una hendidura, aunque se le había desprendido una parte del cuero cabelludo- y la barba crecida de casi tres días, pero sobre todo por el cabestrillo que, con ingenio, el sobreviviente había improvisado con el collarín de sus dos dispositivos USB.

El oficial que estaba al mando del operativo de rescate por la zona fluvial, alrededor de Loma Suárez, a más o menos unos 20 kilómetros del aeropuerto trinitario Jorge Henrich, relató que Vidal, tras ser ubicado por los rescatistas, inicialmente pidió agua y después cayó de rodillas al húmedo suelo de la ribera, juntó las manos y agradeció a Dios por haberlo mantenido con vida en esas terribles horas, seguramente las más difíciles de su vida. Posteriormente, se fundió en un abrazo con uno de los uniformados que lo rescató, como si necesitara confirmar que aún era parte de la humanidad.

Minor dijo que había resistido la deshidratación gracias a que bebió su orina. No comió nada. Y pidió que no lo recostaran en una camilla, debido a sus dolorosas lesiones en la columna vertebral, por lo cual caminó en medio de la selva en compañía de los rescatistas, en una romería que desató, cuando fue vista por los medios televisivos, el júbilo de los bolivianos.

“Todos habían muerto”

Después, con una gran lucidez, Minor afirmó que, cuando el Metro 227 decoló del aeropuerto El Trompillo de Santa Cruz, a las 17:58 del martes 6 de septiembre, ocupó el último asiento en la cabina de pasajeros, en el fuselaje, que según los expertos en aeronáutica es la parte más segura de una aeronave en caso de un accidente.

Vidal relató que le pareció “raro” el accionar del Metro 227 en pleno vuelo, en los minutos previos al siniestro. “Estaba bajando (el avión) y estaba dando vueltas por Trinidad, y bajó demasiado”, antes de precipitarse a tierra, afirmó.

“Todos gritaban. Yo les decía que tengan fe en Dios, que Dios nos iba a ayudar. Todos se quedaron callados. Luego no vi nada ni a nadie. Al día siguiente, me di cuenta de que todos habían muerto”, rememoró ante los periodistas que recogían sus declaraciones en plena selva. “Y ¡ucha!… han debido ver cómo el avión está hecho añicos”, agregó .

Entre fierros retorcidos

Minor narró que, luego del impacto, quedó aprisionado entre los restos retorcidos del fuselaje de la aeronave.

Vidal afirmó que el martes, apenas unos minutos después del accidente, y en medio de lo que quedaba de la aeronave, estuvo a punto de perder el conocimiento, pero que, compelido por la necesidad de sobrevivir, comenzó a luchar por abandonar su momentánea prisión ese mismo día.

“Salí del avión poco a poco, arrastrándome, pese al dolor; abrí un hueco, pero mi pecho y mis costillas (por el dolor) no me dejaban salir. Poco a poco, arrastrándome, comencé a salir el mismo día en que nos caímos”, explicó. Minor logró salir de entre los restos del avión y constató que todos sus compañeros de viaje estaban muertos. “Estaban desparramados”, explicó.

Señal pintada con sangre

Una vez fuera del fuselaje, Minor creyó que los rescatistas llegarían en cualquier momento, aunque después se supo que el avión se precipitó en una zona inaccesible por la espesura de la selva, que los uniformados y civiles que participaron en el salvamento tuvieron que despejar un claro entre los árboles y la maleza para que se convirtiera en un improvisado helipuerto. Resolvieron, para facilitar sus tareas, dividir a los rescatistas en dos grupos: uno buscaría a Minor en tierra firme y otro por los ríos y las lagunas.

“Me quedé todo el día (en el sitio del siniestro), por si acaso, para ver si iban a venir y nos iban a encontrar”, relató el sobreviviente. Sin embargo, los rescatistas no llegaban. Fue entonces cuando Minor resolvió, pese a sus dolorosas lesiones y en un acto heroico, salir en busca de ayuda.

Vidal confirmó que, como señal para los cuerpos de rescate, dejó en el lugar del siniestro su camisa ensangrentada y, además, pintó con su propia sangre una flecha que señalaba el rumbo que había resuelto tomar. E inició una incierta caminata, que lo llevaría a deambular por la agreste selva entre las lagunas Brava, Colorada y Rosendi. En efecto, los rescatistas informaron que el hallazgo, alrededor de la nave accidentada, de ropa rasgada y ensangrentada alentó la esperanza de encontrar a Minor con vidta.

El capitán de corbeta David Johannsen, que dirigía un grupo de rescatistas, informó que el sobreviviente dijo que había escuchado el sobrevuelo de aeronaves el miércoles y jueves, cuando caminaba penosamente por la tupida selva, pero que estaba imposibilitado de comunicar su exacta posición a las brigadas de rescate por razones obvias.

Bordeando una laguna

Para orientarse, Minor, quien tiene experiencia como cazador y pescador aficionado, relató que seguía la trayectoria de los aviones que, estimó, aterrizaban en el aeropuerto trinitario. Los usó como brújulas móviles en su romería de herido por la selva que, a casi tres días del accidente, lo llevó a las orillas de la laguna Rosendi.

El sobreviviente decidió bordear el espejo de agua, porque de ese modo era más probable que encontrara a alguna persona que le prestara apoyo. Precisamente en ese afán lo encontraron los Diablos Azules.

Después, dijo que durante su odisea pensó en su familia y, para confirmar que estaba de retorno en el mundo, afirmó: “he reunido fuerzas para seguir adelante”.

El sobreviviente es alegre, trabajador y aventurero

Edad y familia. Minor Vidal es el menor de seis hermanos, tiene 35 años y es padre de dos niñas, Sara (6) y Sofía (5). Está casado con Mariela Llanos.

Origen Este sobreviviente es de origen chuquisaqueño y vive en Trinidad desde hace dos años, donde cumple un contrato de trabajo.

Profesión y empleo Es administrador de empresas y gerente regional de la compañía farmacéutica South American Express (SAE) en Trinidad. Había volado a Santa Cruz para asistir a una reunión de trabajo.

Pasatiempos Minor Vidal es aficionado al bicimontañismo, a la caza, al camping y a los viajes. En Trinidad descubrió también su afición por la pesca.

Personalidad Familiares afirman que Minor es un hombre alegre, amistoso, aventurero, una persona con muchos amigos, a quien no le gusta estar solo, por lo que siempre busca la compañía de amigos y familiares. Es un hombre activo, hiperkinético, al que le cuesta estar quieto.

Médicos detectan gusanos en el cuero cabelludo de Vidal

Reposa en centro de salud de Trinidad. Recuperación. Tras la cirugía a la que fue sometido, el sobreviviente se restablece.

Erbol /La Paz – 10/09/2011

El único sobreviviente del accidente del avión de Aerocon del pasado martes, cerca de Trinidad, fue sometido a una intervención quirúrgica en el hospital Cossmil, donde los médicos encontraron una gran cantidad de gusanos debajo del cuero cabelludo que se desprendió de su cráneo por completo.

El cirujano Fidel Silva, en declaraciones a radio Patujú de la red Erbol, explicó que una vez que recibieron a Vidal en el sector emergencias y concluido con el respectivo diagnóstico semiológico, además de radiológico, se determinó que la mayor afectación que tenía, después del accidente de la aeronave y su posterior rescate, era en el tórax.

“Con las fracturas múltiples se lesionó los pulmones, lo que provocó una hemorragia y un escape de aire; por ello se hizo un procedimiento quirúrgico de drenaje pleural (pulmonar) a través de una toracotomía y colocación de un drenaje grueso, que era necesario hacerlo antes de moverlo a cualquier otro lugar”, afirmó el galeno.

Después del drenaje, se constató una mayor estabilidad en el paciente, a quien inmediatamente los médicos pusieron de espaldas, una posición que el sobreviviente no pudo adoptar antes de esa intervención, porque sólo podía estar sentado. De hecho, durante el rescate, los efectivos de los Diablos Azules quisieron evacuar al sobreviviente en una camilla, lo que rechazó porque le dolían, dijo, tanto la columna como las costillas.

“Luego procedimos a la limpieza mecánica quirúrgica de la herida del cuero cabelludo en la región temporoparietal derecha, porque el cuero se había desprendido completamente del cráneo, por lo que ahí hicimos una limpieza importantísima de tierra, paja y otros elementos; entre ellos ya se habían instalado gusanos en una cantidad abundante, por lo cual tuvimos que ampliar la primera herida traumática del cuero cabelludo para hacer una limpieza en extenso y hacerlo en forma eficiente”, explicó.

Aseguró que tras ese procedimiento médico ahora el paciente se encuentra en la sala de recuperación respirando sin ninguna asistencia de oxígeno y con antibióticos; se alimenta, después de casi tres días sin probar bocado alguno, adecuadamente; no tiene complicaciones en su tubo digestivo y se estima que hasta el martes ya podrá ser trasladado a su domicilio. Además, los médicos informaron que ya puede viajar o ser remitido, pero con asistencia médica, a su lugar de origen.

Experiencia única

El periodista de la red PAT Alberto Pérez, quien participó en el rescate de Vidal, dijo que el reporte que ha realizado sobre el hecho marcará su trayectoria profesional.

“Hice muchas coberturas periodísticas, pero la de este sobreviviente marcará mi trayectoria profesional. Y la hice con mi compañero José Ortiz, quien tiene mucho olfato periodístico”, afirmó el periodista televisivo.

Los Diablos Azules no se dieron por vencidos y lo encontraron

“La instrucción precisa fue no parar (la búsqueda) hasta encontrar a todos. Y ahora podemos decir que valió la pena”, afirmó el capitán de navío David Bustos Martínez, comandante de la Fuerza de Tareas Especiales Diablos Azules.

El operativo de búsqueda continuó a las 6:00 de ayer, cuando al menos 30 militares partieron del sector de Loma Suárez en diferentes botes y embarcaciones.

Bustos contó que salieron del puerto de Loma Suárez a las 6:00 y tenían la tarea de bordear la laguna Rosendi en busca de Minor Vidal.

Los militares navegaron al menos tres horas sin ninguna novedad en las aguas del río Ibare y al acercarse a la laguna Rosendi divisaron a lo lejos a una persona que levantaba su mano y movía una especie de banderola. Era Minor Vidal, quien daba señales. “Dios fue quien nos puso en el camino para salvar una vida”, dijo Bustos. 

Para sacar las lanchas de un muelle improvisado en Loma Suárez, los efectivos tuvieron que caminar un buen trecho por un sendero accidentado.

“Minor Vidal ha sido rescatado por la Armada Boliviana. Ayer su hijita gritaba en el aeropuerto que quería ver vivo a su papá. Aquí está vivo su papá, niña”, afirmó el comandante Bustos. A su lado estaba Vidal, quien tomaba agua de una botella.

El jefe militar esperaba junto a otros navales en el puerto de Loma Suárez. Dos embarcaciones llegaron hasta la orilla donde se encontraba Vidal. Tras darle agua lo llevaron a uno de los botes, donde lo abrigaron con parcas militares mientras era trasladado al puerto.

Cuando llegaron al lugar, los efectivos intentaron alzarlo; sin embargo, el herido tenía dolores en la espalda, por lo que se mantuvo de pie y los navales le ayudaban a dar cada paso.

El recorrido fue difícil. Vidal y los navales que lo rodeaban subieron y bajaron peñas y atravesaron sectores con lodo.

El comandante militar acompañó a Minor hasta el aeropuerto Jorge Henrich de Trinidad junto a otros Diablos Azules.

“Esto es lo que la Armada puede hacer por ustedes, por la población. Es una misión constitucional que tenemos de poder entregar todo de nosotros a la gente”, manifestó a El Deber.

Señaló sentirse satisfecho de haber entregado con vida a Vidal a sus familiares, ya que fue una misión cumplida.

‘Escuché los gritos de la gente, comenzaban a desesperarse’

La Razón – Wilma Pérez – La Paz

image Minor Vidal. H – Es el único sobreviviente del accidente de aviación del martes por la noche. Cuando fue hallado respondió a preguntas de periodistas de las redes PAT, ATB y red Uno. El Grupo de Tarea Conjunta Diablos Azules fue a su encuentro. El empresario de 35 años de edad caminó por el monte, con el cuerpo lastimado y adolorido, alrededor de 800 metros guiado por el ruido de los aviones.

— ¿Cuáles son sus palabras después del rescate?

— Sólo una palabra, es un “milagro”, nada más que eso.

— ¿La tripulación les avisó de la emergencia en el avión?

— Nadie (dijo nada), ni cuando estábamos volando, ni cuando estábamos dando vueltas por la ciudad de Trinidad y tampoco cuando empezamos a bajar rápido a la tierra. A mí me pareció extraño, porque el avión estaba volando muy bajo y no se veía nada, no informaron nada.

— ¿Qué sintió cuando el avión descendía tan rápido?

— Sólo sentí el golpe. El avión se estrelló en la noche, sentí miedo porque los motores comenzaron a arder, había fuego y olor a combustible, lo peor es que ya no escuchaba a nadie. A un principio, cuando no veía nada, oía gritos de la gente, comenzaban a desesperarse, yo les decía que tengan fe, que Dios nos iba a ayudar, pero todos se quedaron callados. Ese momento fue horrible, no veía nada, ni veía a nadie. Al día siguiente, cuando recién salí de la nave, me di cuenta de que todos estaban muertos. Había un montón de gente desparramada por todo el suelo y me dio miedo.

— ¿Cómo salió y dónde se encontraba en el avión?

— Estaba tirado dentro del avión, iba en el último asiento. Todos volaron, no sé cómo ni qué pasó ese momento. Traté de salir desde las siete de la mañana (del miércoles; el avión cayó el martes) y me tuve que dar modos. Todo me dolía, sentía que mis costillas estaban lastimadas. Abrí un hueco por el avión que estaba volteado, pero mi costilla y mi pecho no me dejaban salir. Poco a poco, arrastrándome, lo logré. Han debido ver cómo está el avión, quedó hecho añicos, los militares lo pueden constatar.

— ¿Cómo logró sobrevivir estos tres días en el monte?

— Es difícil decirlo (hace un pausa, le cuesta respirar, y luego continúa), no tenía agua y ayer, por la sed, bebí mi propio pis (orín). Me duele todo el cuerpo, pero debía seguir caminando y llegué hasta aquí (la orilla del río), donde pasé la noche.

— ¿Cómo llegó hasta aquí?

— La única manera de sobrevivir era seguir a los aviones y yo me guiaba por el ruido de los que pasaban y pude llegar hasta aquí. Ayer (jueves), cuando estaba aquí, me lograron ver los aviones y los helicópteros, uno plomo con azul intentó pararse en el agua o bajar, pero luego se fue.

— ¿Cómo está y qué necesita en este momento? (pregunta uno de los militares).

— Tengo sed, mucha sed y quisiera comunicarme con mi familia. Me duele la espalda, creo que mi columna está mal. Estoy bien, agradezco a los militares que han estado buscándome, no sólo a mí sino a todos los pasajeros.

Perfil

Nombre: Minor Vidal Huerta

Nació en: Chuquisaca

Cargo: Es Gerente Regional de SAE en Trinidad

Empresario en el rubro de medicamentos importados

Es el menor de siete hermanos de la familia Vidal Huerta (Iván, Rosario, Jeaneth, Deysi, Marlene y Belinda). Está casado con Mariela Llanos, con quien tiene dos hijas (Sofía de 7 años y Sarah de 5). Es el responsable, en Trinidad, de la comercialización de medicamentos importados de la empresa SAE, con sede en la ciudad de Santa Cruz. Su familia lo describe como una persona deportista, que hace, casi a diario, ejercicios, y que le gusta pasear en bicicleta, salir de pesca e ir de campamento a las afueras de la ciudad, pero jamás estuvo solo en sus excursiones al área rural. En la empresa, sus colegas lo califican de jovial, sincero, solidario, trabajador y muy católico.

La familia atribuye el milagro a Dios y a la Virgen de Guadalupe

El hogar de los Vidal Huerta se llenó de luz; hubo llanto y oraciones al saberlo vivo.

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Regocijo. Doña Nora y su nieta celebran la noticia en Sucre.

La Razón – Yubert Donoso

Los milagros sí existen. La familia Vidal Huerta está convencida de ello, ahora más que nunca. Con mucha fe y devoción afirman que han vuelto a renacer y que es un regalo de Dios y la Virgen de Guadalupe que Minor sea el único sobreviviente del trágico accidente aéreo del martes.

La buena noticia recibida desde Trinidad, cerca de las 10.30, cambió el ánimo de la familia sucrense que atravesaba, lo que ellos llaman, el peor momento de sus vidas.

“Cuando nos avisaron, todos comenzamos a saltar, mis otras hermanas se arrodillaron, lloramos de alegría, nos abrazamos junto a mi mamá y agradecimos a Dios”, relata la escena, con emoción indescriptible, Marlene, hermana de Minor.

Hace dos meses, la familia perdió al padre, que también se llamaba Minor, y Nora Huerta, su esposa, asumió el rol de jefa de un hogar de siete hijos: Deysi, Marlene, Iván, Rosario, Cristina, Melinda y Minor.

El corazón de doña Nora le decía que Minor, el menor de sus hijos, estaba vivo. “Gracias a Dios, tal cual se lo pedí, iluminó el camino de mi hijo y la senda para salir”, afirmó.

Para Marlene, la hermana mayor, lo sucedido es un milagro de Dios. “Es el único que puede hacer milagros. Mi hermano, al igual que toda mi familia, tiene mucha fe en la Virgen de Guadalupe y él especialmente. Creo que Dios y la Virgen le han dado la luz para que pueda salir de allí”.

“Solo le puedo decir a Dios que estoy enteramente agradecida y a su servicio. Mi corazón está entregado a él y mi familia también. Para no-   sotros Él es lo más importante, por ello le doy las gracias por darnos la oportunidad de seguir a su servicio”, expresó Deysi, la otra hermana.

Al igual que sus seis hermanos, Minor proviene de una familia tradicional sucrense, apegada a las costumbres de esta ciudad. Marlene recuerda que ella y sus hermanos siempre bailaron con fe para la Virgen de Guadalupe, él en particular.

En los últimos 10 años expresó su fe a la Virgen de Guadalupe con su baile. Junto a Wálter Toro y Wálter Bleichner fundaron la agrupación de tinku Atipay (vencer), precisamente por devoción a la patrona de Sucre, cuya consagración se celebró hace dos días, el 8 de septiembre.

El jueves por la noche, sus compañeros de Atipay le ofrecieron una misa y se unieron en oración para pedir por su vida. “Este sábado habrá un fiesta, festejaremos por la vida, entraremos con carteles de agradecimiento a Dios por el milagro y devolvernos a Minor con vida”, dijo Bleichner, amigo y compañero de baile.

Minor es padre de dos hijas, Sara de siete años y Sofía de cinco, está casado con Mariela Llanos. Estudió en el colegio San Cristóbal y obtuvo el título de Administrador de Empresas en la Universidad San Francisco Xavier.

Trabajó en el BancoSol y hace dos años es gerente regional en Trinidad de Laboratorios SAE. “El milagro no estará completo hasta que nos reencontremos todos”, afirma esperanzada Marlene.

La familia volverá a reunirse

La familia Vidal Huerta esperaba el informe médico para saber si Minor iba a ser llevado a la ciudad de Sucre o a Cochabamba, como finalmente sucederá esta jornada.

El seguro prepara $us 20.000 por persona

El avión de Aerocon está asegurado en más de un millón de dólares.

Hilton Heredia García, El Deber 

Una vez entregados los restos de las ocho víctimas del accidente del avión de Aerocon a sus familias, esta empresa y su aseguradora se alistan a realizar los procedimientos necesarios para los resarcimientos económicos a los familiares de los fallecidos. Inicialmente, Latina Seguros Patrimoniales S.A. adelantó a EL DEBER que prevé una indemnización mínima de $us 20.000 por cada pasajero. Mientras tanto que el avión está asegurado por encima del millón de dólares.

El gerente general de Latina Seguros, Ramiro Quiroga San Martín, informó de que la compañía brinda un seguro integral a Aerocon, es decir, se cubre la nave, riesgos de daños materiales, los daños físicos de los pasajeros y de la tripulación, daños a la carga que se transporta, además de perjuicios a terceras personas en caso de que las hubiera.

El ejecutivo explicó que hay un mínimo exigido por la Dirección General de Aeronáutica Civil y a partir de ahí el asegurado puede contratar los límites que vea conveniente. El valor mínimo es de $us 20.000 y de ahí puede subir a $us 40.000, 50.000 o $us 100.000.

Quiroga agregó que la evaluación en cuanto a la pérdida de la aeronave es total. Sobre el resarcimiento por los fallecidos, dijo que se presta el servicio técnico, legal y moral a los familiares, que contempla el traslado de víctimas, gastos de hoteles, nichos, etc. “Vamos a pagar el seguro de los siete pasajeros y dos tripulantes. En realidad es un accidente fortuito, las causas no se saben con exactitud pero el seguro cubre los accidentes”, anunció.

Según la aseguradora, los familiares han sido convocados para el próximo martes para conciliar los montos de indemnización.

La empresa tiene también entre sus clientes del sector aeronáutico a Aeroeste, una fracción de la Fuerza Aérea Boliviana y algunos particulares, haciendo un total de unos 25 aviones.

El gerente de Marketing y vocero oficial de Aerocon, Nelson Kinn, dijo estar sorprendido por la respuesta de sus clientes, pues el accidente afectó mínimamente al flujo de sus pasajeros y de sus operaciones diarias.

“Gracias a Dios tenemos una aeronave de respaldo que ha sido ‘reactivada’ para lograr mantener el itinerario. En total tenemos ocho aviones operando”, indicó Kinn.

La nave alistó el aterrizaje

De acuerdo con el primer reporte técnico de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), la aeronave siniestrada SA-227BC con matrícula CP-2548 de Aerocon se encontraba lista para aterrizar, pues tenía los flaps y los trenes de aterrizaje abajo.

Además, según la DGAC, en ningún momento del vuelo la tripulación reportó a los servicios de tránsito aéreo de la terminal de Trinidad un mal funcionamiento u otra situación que afecte la operación de la aeronave.

Los investigadores de la DGAC recuperaron el transmisor localizador de emergencia (ELT) con frecuencia 406 Mhz, que permite la ubicación satelital de aeronaves en caso de accidentes. El equipo será revisado para conocer las causas por las cuales su señal no pudo ser captada.

También esta entidad recuperó la grabadora de voz (CVR) y la grabadora de datos de vuelo (FDR) que registra velocidad, altura, parámetros de los motores, horas, presión, etc.

A su vez, uno de los trabajadores de Aasana del aeropuerto de Trinidad, David Pedraza Callaú, dijo que el último reporte del avión Faichild Metro III fue a las 18:55, cuando ya se estaba haciendo de noche en una jornada de bastante humo. Pedraza denunció que algunas empresas aéreas presionan para aterrizar con 1.000 metros de visibilidad.

El director técnico de Aasana, Humberto Casas, dijo que la visibilidad estaba en el mínimo permitido de 1.500 metros. / DM

Números  

8. En la actualidad, Aerocon tiene ocho aeronaves operando en el país. Los vuelos son regulares.

$us 1millón y un poco más es la suma en la que está asegurada la aeronave de Aerocon.

Familiares se despiden de los 8 que no pudieron sobrevivir

Pagina Siete/ La Paz – 10/09/2011

Velan y entierran a los fallecidos por la caída del avión de Aerocon. Dolor. Las familias de los seis pasajeros y dos tripulantes que fallecieron por la caída de una aeronave velaron y enterraron a sus parientes en medio del llanto.

imageFotos: Cortesía PAT y El Deber

Seis pasajeros y dos tripulantes de la nave de Aerocon no lograron sobrevivir a la caída del aeroplano y ayer fueron velados y enterrados por sus familiares y amigos.

En medio de un día de profunda emoción y alegría por el hallazgo con vida de Minor Vidal, ocho personas fueron despedidas por sus seres queridos. Ellos, por un asunto que no pasa de algo estrictamente azaroso, no pudieron lograr la proeza de mantener la vida después de estar dentro de un avión cuando se estrella en mitad de la selva.

Los restos del capitán Santiago Román, de San Joaquín, Beni; el copiloto Mauricio Vlahovic, de Cochabamba; los cruceños Joaquín Gutiérrez y Daniel Montenegro, copiloto que viajaba como pasajero; Sergio Marañón, cochabambino; William Lara, ecuatoriano; Óscar Valencia, colombiano; y el dirigente indígena de tierras bajas Eddy Martínez ya fueron enviados a sus regiones de origen.

Personal del Ministerio de Defensa y de la línea aérea a la que pertenece el avión que se estrelló colaboraron para el traslado de los cuerpos de las víctimas.

El portavoz de la empresa de cabotaje Aerocon, Nelson Kinn, manifestó que la entidad privada correrá con todos los gastos de envío de los restos que fueron rescatados el jueves.

“La aerolínea asume su responsabilidad en los marcos en los que la ley lo determina. Estamos cubriendo absolutamente todos los gastos de traslado (de los cuerpos), gastos del transporte de los familiares, de sepelios y otros. También vamos a cubrir toda la recuperación de Minor Vidal Huerta”.

La aeronave y los restos de las víctimas de la tragedia fueron hallados después de dos días de búsqueda. Un sobrevuelo divisó los restos del fuselaje del avión.

El deceso de Eddy Martínez fue el que mayor impacto causó en la opinión pública pues se trataba de uno de los dirigentes que encabezaba la marcha de los pueblos originarios de tierras bajas en contra de la carretera Villa Tunari-San Ignacio.

El azar no permitió que ninguno de los ocho sobreviviera a la caída. Sus restos fueron entregados a sus familiares.

Los detalles del accidente

El avión El Fairchild Metro remonta sus orígenes a 1965, año en que la compañía Swearingen Aircraft lanzó su modelo Merlin II, un aparato sin presurización y con capacidad para ocho pasajeros, según la web www.fairchild.es. En 1980 surgió una versión con motores más poderosos y alas más largas (con un incremento de la envergadura de 3,05 m), nuevo tren de aterrizaje y mejor aviónica. Se trata del Metro III. La versión más moderna ya tiene 31 años de vigencia.

El accidente El avión de Aerocon partió del aeropuerto El Trompillo rumbo a Trinidad en la tarde del martes; nunca llegó a destino.

El colombiano tenía dos parejas

La esposa, en ese país, teme que la mujer boliviana tenga la potestad de todo. Novedad. Se tramita el traslado a su país de origen. Se prevé que sea en las próximas horas.

Página Siete / La Paz – 10/09/2011

Óscar Valencia, uno de los pasajeros que iba a bordo de la nave de Aerocon, y perdió la vida en el accidente, tendría dos parejas, una en Colombia y otra en Bolivia. Se conoció esa situación luego de que la pareja del país cafetero se comunicó con Bolivia para reclamar la ayuda y también la indemnización económica de la empresa Aerocon.

La familia del colombiano en su país solicitó a las autoridades bolivianas y de Colombia que le ayuden para que el cuerpo de Valencia sea repatriado su país, según informó Radio Caracol de Colombia.

El medio de comunicación informó que Henry Muñoz contó que la familia de Óscar Eliécer Valencia Muñoz reside en Bucaramanga. Todos los miembros de la familia del fallecido, incluso la esposa, se encuentran afligidos al conocer que la nave fue hallada destrozada y Óscar perdió la vida en el siniestro.

Valencia nació en Cartagena hace 33 años. Los familiares contaron al medio colombiano que era hijo único y que radicaba en Bolivia desde enero de este año.

Lo que no se sabía era que al llegar a Bolivia contrajo nupcias con una mujer boliviana. En Colombia temen que las leyes bolivianas amparen a la esposa boliviana para que ella decida qué se hará con el cuerpo de su esposo y también que ella realice los trámites pertinentes para obtener el resarcimiento económico que la empresa se comprometió a darles.

Claudia Baptista, esposa de Valencia en Colombia, se comunicó desde ese país a través de un medio de comunicación, Vanguardia, y manifestó que ella estaba casada con él hace al menos cinco años y tienen un hijo de la misma edad.

“Recibí una llamada y me decían que si nosotros queríamos viajar hasta Bolivia para traer el cuerpo. Precisamente quiero saber qué trámites se pueden hacer para traer el cuerpo, pero me dijeron que allá se presentó la pareja y decía que quería enterrarlo allá. La mamá de él vive aquí y va a querer traer el cuerpo para acá”, manifestó Baptista a Vanguardia.

El ciudadano colombiano trabajaba en la empresa Cite en la cual se desempeñaba como director comercial en la venta de cursos de lectura rápida.

El martes, día en que la aeronave desapareció, Valencia se subió al avión en el aeropuerto de El Trompillo, en Santa Cruz, rumbo a Trinidad, Beni, donde estaba previsto abrir una nueva sucursal de la empresa y él tenía que estar presente.

La esposa boliviana realizó ayer los trámites respectivos para recibir el cuerpo de su marido. Según informes desde Colombia, la esposa boliviana se encuentra embarazada y pediría que el cuerpo de su marido se quede en Bolivia y sea cremado.

La disputa entre ambas esposas comenzó desde ayer ya que la pareja colombiana tiene toda la intención de llegar al país para rescatar el cuerpo de su esposo, aunque teme que la familia boliviana se oponga al traslado del cuerpo hasta Colombia.

El cuerpo de Valencia es velado por los familiares bolivianos en Santa Cruz junto al de William Lara, ciudadano ecuatoriano. Se esperan los trámites correspondientes para que ambos cadáveres sean entregados a sus familiares.