El fracaso de las elecciones debilitaría a Evo frente a los indígenas; marchistas en pausa estratégica

La marcha indígena cede la atención a las elecciones judiciales, al postergar su llegada a La Paz para después de los comicios y plantea además un nuevo desafío para el gobierno de Evo Morales, que podría enfrentar la negociación del conflicto indígena debilitado por el resultado electoral, según analistas.

El fracaso de las elecciones debilitaría al Gobierno frente a los indígenas

La Paz, 11 Oct. (ANF).-  El fracaso de las elecciones judiciales del próximo domingo debilitaría al Gobierno en su negociación con los marchistas indígenas defensores del TIPNIS, quienes tendrían ventajas en la búsqueda de respuestas favorables a sus demandas, según dos analistas políticos.

“En este momento, la marcha indígena está en mejor posición por todas las torpezas en las que  el Gobierno ha incurrido y por el apoyo social que ha suscitado esta marcha. Ahora está claro también que si al Gobierno  no le va bien el próximo domingo, entonces eso lo va a poner en situaciones más difíciles en su proceso de negociación con los indígenas”, dijo el analista Jorge Lazarte a la ANF,



“Para ellos, cualquier debilitamiento en el gobierno facilita su movilización e impide que el gobierno pueda llevar adelante estrategias ofensivas contra el movimiento indígena”, recalcó el analista.

Los marchistas defensores del  Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) decidieron en un ampliado postergar su llegada a la ciudad de La Paz hasta después de las elecciones judiciales del domingo 16 de octubre. No quieren que el gobierno utilice a los indígenas para politizar el proceso y justificar un posible fracaso electoral.

Respecto a esta posición, Lazarte afirmó que lo que quieren evitar los indígenas es  que su marcha sea utilizada como pretexto “para cualquier eventual postergación del día de las elecciones”.

A su vez,  el analista Mirko Orgaz  declaró a la ANF que los marchistan tratan simplemente de “calcular cómo se definirá el país luego del 16 de octubre; si el gobierno sale debilitado, será más fácil imponerle cosas”.

Asimismo Orgáz  afirma que el Gobierno debe suspender la construcción de la carretera "porque no tiene fuerza, ni legal ni legítima para imponerla".

La marcha indígena cede la atención política y mediática a las elecciones judiciales

imageLa Paz, 11 Oct. (ANF) – Las elecciones judiciales del domingo próximo quedaron en el foco de la atención política y mediática de Bolivia, tras la decisión adoptada por los marchistas indígenas defensores del TIPNIS de postergar su llegada a la ciudad de La Paz hasta después de los controvertidos comicios.

Los indígenas tomaron esa decisión para evitar que el gobierno del presidente Evo Morales utilice la marcha como pretexto para justificar un posible fracaso electoral, según dijeron sus dirigentes.

El repliegue de los marchistas a un segundo plano del debate público, después de haber acaparado los titulares de la prensa durante ocho semanas consecutivas, no sólo deja a los comicios como tema central de la actualidad política y mediática, sino que plantea un nuevo desafío al gobierno, que podría enfrentar la negociación del conflicto indígena debilitado por el resultado electoral.

Un mal resultado dejaría al gobierno en una mala situación en el proceso negociador, dijo el analista Jorge Lazarte, mientras que su colega Mirko Orgaz  afirmó que los marchistas, con su decisión de postergar su arribo a La Paz,  tratan simplemente de “calcular cómo se definirá el país luego del 16 de octubre”. “Si el gobierno sale debilitado, será más fácil imponerle cosas”, agregó.

La oposición política augura un resultado adverso para el gobierno, pese a la intensa campaña desarrollada en la últimas semanas por el presidente Evo Morales a favor del voto válido, campaña que tendrá su corolario este miércoles con la marcha  de las bases masistas en la ciudad de La Paz.

El gobierno pretende exhibir la manifestación de este 12 de octubre, originalmente  convocada para neutralizar el impacto de la llegada de los marchistas a La Paz, como una prueba de su fortaleza política ante la crisis política que aguanta el oficialismo a causa de las demandas indígenas.

Evo Morales recibió este martes un inusitado apoyo del comandante general de la Fuerza Aérea Boliviana, general Tito Gandarillas, quien, durante el acto conmemorativo del 88 aniversario de la FAB, dijo ante el mandatario: “los militares, como núcleo de confianza de la sociedad, de las organizaciones democráticas y el sistema de gobierno instituido por voluntad popular, cumpliendo nuestro deber y derecho ciudadano asistiremos patriótica, histórica y disciplinadamente a esta inédita e importante justa electoral”.

Asimismo, dijo que el pasado domingo, durante la misa, escuchó dos súplicas, una por los gobernantes de todas las naciones, especialmente de Bolivia, para que “trabaje por el bienestar material y moral de todos los bolivianos”, y la segunda para que todos los ciudadanos “emitan su voto responsable y libremente” el domingo. “Es por ello que cumpliremos como dignos bolivianos y dignas bolivianas y asistiremos el 16 de octubre a emitir nuestro voto”, subrayó el alto jefe militar.

Mientras tanto, a cinco días de las elecciones, el temporal político siguió sacudiendo al proceso electoral y a sus conductores.

El presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Wilfredo Ovando, eludió responder a las acusaciones del Movimiento sin Miedo (MSM) sobre su supuesta simpatía o militancia en el Movimiento al Socialismo (MAS),  como parecerían demostrar las fotografías difundidas por esa organización política opositora, que muestran a Ovando en un acto electoral masista.

Paralelamente, Ramiro Paredes,  vocal  del TSE, reconoció que hubo poca difusión de los méritos de los candidatos al Órgano Judicial, pues sólo se habría cubierto el 70 por ciento del área rural, en una admisión que refleja la serie de dificultades que han afectado a la normal organización de los comicios.

Por su parte, Tania Zamorano, vocal del Tribunal Departamental Electoral de Oruro, anunció su renuncia por supuestas “irregularidades” en el seno de la institución.

En este marco, la oposición política vaticinó este martes una dura derrota gubernamental en su aspiración de obtener un alto porcentaje de votos válidos, que el propio presidente Evo Morales estimó en más del 70 por ciento.

El jefe de Unidad Nacional (UN), Samuel Doria Medina, dijo que el gobierno cosechará el rechazo de la población y que el voto nulo supondrá un duro golpe político para el presidente Evo Morales.

En similares términos se expresó Abel Mamani,  dirigente del Movimiento sin Miedo (MSM), quien dijo que el domingo se producirá la primera derrota electoral del MAS.  “La población se ha quitado la venda de los ojos y va castigar con el voto No al gobierno masista, que se equivocó en su decisión de judicializar la política, dando rienda suelta a la persecución mediante la subordinación de fiscales y jueces”, manifestó Mamani.