Depredadores del patrimonio cruceño

Ingrid Wichtendahl

INGRID_thumb Carlos Valverde, uno de los contados cruceños que defiende los intereses de la ciudad con capacidad, ética y valor cívico develó en su programa Sin Letra Chica el sorprendente caso del trámite judicial que obligaría al Gobierno Municipal a indemnizar a supuestos antiguos propietarios de una parte del zoológico. La indemnización alcanzaría nada menos que a cuatro millones de dólares. Esta revelación obligó a la gente de la Alcaldía a salir a la luz para explicar el asunto que ni siquiera era de conocimiento del Concejo Municipal como luego aclararon algunos concejales.

El caso sin duda sorprende porque se creía que en los tiempos que corren ya se había desechado esta vieja práctica delictuosa para apropiarse de recursos públicos al mejor estilo del guante blanco. El método en cuestión que aparentemente fue ideado intramuros de la municipalidad es una muestra clara de la inseguridad jurídica y falta de transparencia en la gestión del suelo urbano ocasionada por la negligencia de las autoridades municipales de no contar con un catastro fiable que registre de manera idónea los datos físicos, jurídicos y económicos de cada uno de los inmuebles, públicos o privados, del municipio cruceño. Pero también sorprende y preocupa la indiferencia y connivencia de las instituciones, que se dicen representantes de la sociedad civil, respecto a las irregularidades en el manejo del dinero y el bien común de nuestro municipio.



Concejales municipales anunciaron la petición de informe y la realización de una auditoria al caso en cuestión. Es de esperar que lo anunciado no quede en discurso y llegue a materializarse para identificar plenamente a los depredadores del patrimonio cruceño a quienes corresponde sindicar como los traidores de Santa Cruz al escamotear sin ningún escrúpulo los recursos públicos en detrimento de la salud, educación o seguridad de los conformados y sufridos ciudadanos cruceños.

También es de esperar que los concejales comprometidos con Santa Cruz, la ley y la justicia no restrinjan la auditoría al caso del zoológico sino que amplíen la investigación a todos los terrenos municipales y terrenos en custodia municipal, empezando por aquellos señalados por el PLOT como de mayor riesgo a pasar a manos privadas, como por ejemplo, las dos hectáreas sobre el cuarto anillo del barrio La Madre que fue reclamado después de veinte años de haberse urbanizado por un supuesto propietario con el título de otro terreno ubicado en El Bajío, hoy está ocupado como depósito por terceras personas. El área de equipamiento de la UV 15, sobre el tercer anillo interno ocupado en usufructo por el surtidor del Automóvil Club y un taller mecánico. El terreno del ex hotel municipal Viru Viru sobre la Faja Terciaria 2, al lado del colegio Domingo Savio. El terreno para la plaza de la UV 5 en Barrio Lindo o las áreas de equipamiento de la UV 44, barrio Estación Argentina. Las 40 hectáreas de parque urbano cedidos por la Urbanización La Comarca aledaña a Viru Viru o las 5 hectáreas cedidas por COFERSA en la misma zona. El terreno de la segunda fase del parque urbano sobre la Roca y Coronado al lado de la urbanización Forte Ventura que en 2006 apareció adquirido por el cónyuge de una alta funcionaria municipal. La regularización de los terrenos ocupados por la UDABOL y tantos otros en situación irregular ocupados por personas o grupos particulares en lugar de servir al desarrollo social y físico de la ciudad.

Es penoso reconocer que en nuestro medio el tema de la corrupción indigna a pocos como si la falta de probidad y decencia sea parte de nuestra cultura. Ya decía el célebre Montesquieu (1689-1755): “La corrupción raras veces comienza por el pueblo” y le acotaba algún pensador contemporáneo: “…pero el pueblo, tentado por el mal ejemplo de sus políticos, acaba participando de ella y convirtiéndola en una cultura viva que se perpetúa”.

En contraste a la escasa importancia que se le da en Santa Cruz al manejo de la cosa pública no ocurre lo mismo en otras latitudes. Sin ir muy lejos, en años pasados, los paceños mandaron a la cárcel al hilo a tres o cuatro alcaldes acusados de corrupción. El último fue aprehendido en Santa Cruz escondido en un ropero. En España han creado un ‘corruptódromo’ donde ya suman 292 los casos de autoridades locales y regionales imputadas, detenidas o condenadas por diversos delitos como expedientes ficticios, especulación y corrupción urbanística, sobornos, extorsión, tráfico de influencias, prevaricación, malversación de fondos públicos y falsedad. Y en la lejana China no se andan con cuentos a la hora de confrontar la corrupción como informa la noticia en un periódico local que Luo Yaping, una funcionaria que amasó una fortuna equivalente a 23 millones de dólares a través de sobornos, fue ejecutada por éstos y otros delitos económicos cuando era responsable de la gestión de terrenos en una ciudad.

Si esto no bastara para que los cruceños dejemos nuestra obsesión de entronizar y tolerar corruptos, transcribo las palabras del Papa Benedicto XVI al denunciar en Benin, África, la ‘demasiada corrupción’ que hay en el mundo: "Desde esta tribuna, hago un llamamiento a todos los líderes políticos y económicos de los países africanos y del resto del mundo. No privéis a vuestros pueblos de la esperanza. No amputéis su porvenir mutilando su presente. Tened un enfoque ético, valiente, en vuestras responsabilidades".