Rubén Costas y el teatro

Pablo Javier Deheza

pablo-javier-deheza El juez Iván Córdoba dejó sin efecto la orden de aprehensión y la declaratoria de rebeldía en contra de Rubén Costas. El partido de gobierno mostró que no le interesa tumbar al gobernador cruceño. ¿Por qué habría de interesarle algo así? La verdad, no existe razón. Al contrario, más bien le es necesario donde está y tal cual está.

¿Qué gana el MAS con Rubén Costas como primera autoridad de Santa Cruz? Primero que nada, que todavía puede mantener un adversario visible; algo que le permite sostener varios de sus elementos discursivos, cohesionar a sus bases en contra de un rival y generar al interior de sus fuerzas la sensación de que se está ganando. En segundo lugar, deja como cabeza de la oposición a un liderazgo agobiado, sin ideas, marchito, anacrónico, incapaz de hacerle frente en sentido alguno y al que puede golpear a voluntad cuando así lo requiere. En tercer lugar, Rubén Costas y lo que queda de su entorno se han de encargar de fagocitar a cuanto elemento renovador intente surgir desde el oriente en su afán de preservarse en el poder; cumpliendo así el rol de salvaguardas de la inviabilidad política cruceña. Finalmente, quedan una autoridad y una gobernación reducidas a conformarse con las migajas que le puedan caer del gobierno nacional, sin mayores reclamos ni capacidad como para argumentar políticamente las necesidades de Santa Cruz y sus habitantes.



En lo que hace a la autonomía cruceña, al gobierno le resulta cómodo que el gobernador y su entorno estén al mando de la principal instancia departamental, habida cuenta de su poca vocación autonómica real. Desde la gobernación, ¿dónde está la visión política para el departamento en su conjunto? ¿Dónde está el liderazgo en temas centrales que hacen a la ciudadanía tales como salud, educación y seguridad ciudadana? ¿Por qué no existe una argumentación lúcida e integral sobre el tema del censo? ¿Dónde está, de qué se trata, la propuesta del gobernador Costas para el departamento de Santa Cruz en su calidad de principal núcleo social y económico de Bolivia? ¿Qué se hace con una Asamblea Legislativa Departamental que va quedando constreñida a teatro de villorrio con obras en escena cada vez más tristes?

Cuando aparece supuestamente la posibilidad de que el gobernador vaya a quedar suspendido de sus funciones, entonces él, su agrupación y su entorno salen a organizar vigilias y a pedir la movilización de la ciudadanía. ¿Y cuando se trata del censo, de los recursos para escuelas, hospitales y seguridad ciudadana, eso no vale la pena? ¿Sólo cuando están en riesgo los espacios de poder es que se desempolva el discurso autonómico? ¿Hasta cuándo se va a creer y hacer creer que el supuesto discurso anti Evo equivale a un norte claro para Santa Cruz y sus habitantes? La charada y las máscaras son tolerables en el carnaval, pero aquí ya vamos a llegar a la década con la misma cantaleta. Como que no hay maquillaje que aguante tanto y ya está bueno.