Una región en la que crecen la minería, la construcción y los servicios públicos

Alejandro Rebossio

alejandro_rebossio Ayer comentábamos un informe de la Universidad de La Plata, Argentina, sobre la influencia de la mejora del nivel educativo de Latinoamérica en las remuneraciones. Uno de los tantos aspectos que explicaban la variación de los salarios estaba vinculado con el mayor o menor desarrollo de los sectores de la economía. Precisamente, esta investigación del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (CEDLAS) de La Plata presenta unos datos interesantes sobre qué pasó con los sectores primario, industrial y de servicios en las últimas dos décadas. En la de 2000 el único que ganó peso en el PIB latinoamericano ha sido el de minería, construcción y servicios públicos, mientras que el de agricultura sufrió una pérdida relativa de influencia menor a la de las fábricas y los servicios.

En la década del 90, en la que en la mayoría de los países de la región se aplicaron reformas neoliberales que implicaron liberalización comercial y privatizaciones, la agricultura, que no gozaba de los buenos precios actuales, sufrió una contracción como porcentaje del PIB en todos los 13 países analizados, en especial en Paraguay, Honduras y El Salvador, con caídas de más de cinco puntos de la economía. La industria, que sufrió una fuerte reducción de aranceles a la importación, también perdió peso a nivel latinoamericano, sobre todo en Uruguay, Brasil y Argentina, que en 1991 crearon Mercosur junto con Paraguay y donde este sector perdió más de cinco puntos del PIB. Sin embargo, en algunos países el sector fabril ganó terreno: Honduras, que al igual que otros países centroamericanos apostó por el modelo de maquila; Costa Rica, donde se radicaron Intel y otras empresas tecnológicas; El Salvador, Panamá y México, campeón del ensamblaje a partir del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (1994).



El sector de minería, construcción y servicios públicos creció levemente al nivel regional en los 90. En algunos países se expandió más (Perú, Uruguay, El Salvador, Panamá y Argentina), pero en otros cayó mucho (Colombia y Paraguay). Los grandes ganadores de los 90 fueron los servicios, que ganaron 5 puntos del PIB en Latinoamérica. Solo retrocedieron en Perú y Panamá. En cambio, se expandieron más de 10 puntos en Colombia, Brasil y Paraguay.

La década de 2000, con la bonanza de las materias primas por la fuerte demanda de China, fue otro cantar. La agricultura apenas perdió peso en el PIB, pese a que es un sector que cede terreno en la composición global de las economías modernas. Incluso en algunos países como Paraguay, Argentina y Uruguay recuperó bastantes posiciones frente a los otros sectores.

La manufactura siguió cayendo, pero volvió a haber excepciones: Argentina y Uruguay, que hicieron algunos esfuerzos por reindustrializar sus economías. En cambio, continuó una fuerte retirada del sector fabril en Chile, Colombia y Panamá.

El sector de minería, construcción y servicios públicos creció más fuerte que en los 90, sobre todo por Chile, México, Bolivia y Perú. Los únicos retrocesos en esta rama de actividad se produjeron en Honduras, Uruguay y El Salvador.

Por último, el sector servicios sufrió una pérdida de tamaño relativo en Latinoamérica, en especial en Argentina, México, Bolivia, Perú y Chile. A contracorriente, los servicios ganaron peso en Honduras, Costa Rica, Panamá y El Salvador, países que no se han beneficiado con los altos precios de las materias primas.

El País – Madrid