El día de la lengua materna en Bolivia

Juan Marcelo Columba Fernández

COLUMBA De manera genérica, podemos definir a la lengua materna, primera lengua o lengua nativa, como el idioma que aprendemos a hablar inicialmente, por oposición a las segundas lenguas que se aprenden posteriormente. El día de la lengua materna fue instituido el 21 de febrero de 2000 por la UNESCO, con el objetivo de promover la diversidad cultural y el multilingüismo, esto en conmemoración del movimiento por la lengua bengalí que, en 1952, reclamaba al gobierno de Pakistán el derecho lingüístico de oficialización de este idioma. La conmemoración de este día, además de la promoción de la diversidad lingüística, está inevitablemente ligada a reivindicaciones comunitarias, políticas e identitarias que, como en el caso bengalí, llegaron a alcanzar objetivos independentistas después de la guerra entre las provincias Occidental y Oriental de Pakistán, dando como resultado la emancipación de esta última y la consecuente fundación de la nueva república de Bangladesh.

En Bolivia, se aspira a una promoción de lenguas centrada en los idiomas denominados originarios, mediante políticas públicas basadas en el apartheid étnico-lingüístico planteado en la constitución pretendiendo, al mismo tiempo, establecer un vínculo identitario que, como en el caso bengalí, exige hablar una lengua para afiliarse a un grupo étnico determinado. El uso político del vínculo entre lengua e identidad étnica ha llegado a adquirir, recientemente, matices oscuros en declaraciones intolerantes como las de algún desaforado dirigente cocalero quien indicaba que “como quechuas”, contrarrestarían la novena marcha en defensa de la reserva ecológica del TIPNIS.



En lo que corresponde al castellano, la lengua materna de la mayoría de los bolivianos (80% de hablantes nativos en el área urbana según datos del último censo de población) la situación varía. Se hace patente la ausencia de políticas públicas visibles que impulsen el uso intercultural, dialógico, profesional y literario de esta lengua. Ante este abandono estatal, es la propia comunidad castellano-hablante boliviana quien vitaliza y promociona su lengua, principalmente en el campo cultural y educativo, pues está consciente de la importancia de la lengua de Cervantes en el ámbito regional e internacional, donde se la considera como la segunda lengua materna más importante a nivel mundial, en función al número de hablantes.

La riqueza de esta lengua materna boliviana puede apreciarse, de igual manera, en su mestizaje y su diversidad. Las singulares formaciones lingüísticas y maneras propias de hablar el castellano en Bolivia son el resultado de un proceso histórico de mutuas influencias con las diferentes lenguas regionales presentes en el país. Finalmente, el día internacional de la lengua materna, evoca a todos los miembros de la comunidad castellano-hablante en Bolivia, el privilegio del encuentro y el diálogo en esta lengua mestiza que, a lo largo del territorio, constituye un común denominador y un elemento cohesionador reivindicado en la admirable policromía de nuestros genuinos acentos regionales.