Pinterest y el peligro de morir de éxito

La red social de moda, que roza ya los 12 millones de usuarios, se enfrenta ahora al difícil reto de la consolidación

Como decía aquel anuncio, ‘tenemos chica nueva en la oficina…’. Su nombre es Pinterest y su espectacular crecimiento, desde que comenzara a funcionar allá por marzo de 2010, está sorprendiendo a propios y extraños.

En poco más de un año, esta red social ha conseguido codearse con gigantes como Twitter o Google, especialmente en EEUU, donde en enero ya redirigía el 3,6% del tráfico en Internet, según Shareaholic, más que YouTube, LinkedIn y Google+ juntos y muy cerca del 3,62% de la plataforma de los 240 caracteres y del 3,69% del buscador.



Una de las razones del ‘boom’ de Pinterest fue su catalogación por parte de la revista ‘Time’ como uno de los mejores sitios de 2011 y como uno de los cinco mejores en el apartado de redes sociales, junto a Google+, Klout, Quora y Storify, a las que ahora mira por el retrovisor.

Hace menos de un año, en mayo de 2011, la plataforma sumaba 418.000 visitantes únicos, cifra que creció hasta el millón en julio y hasta los dos millones en septiembre. A partir de entonces, su tráfico se ha multiplicado por 40, con 7,5 millones de usuarios en diciembre –cuando Hitwise la situó en el top 10 de las redes sociales– y 11,7 millones en enero, según datos de comScore.

Pese a que se necesita invitación para registrarse, ya sea de la propia red social o de un usuario –vía e-mail, Facebook o Twitter–, Pinterest alcanzó los 50 millones de dólares (37 millones de euros) de recaudación a finales de enero, con más de 10 millones de usuarios en EEUU, la mayoría mujeres de entre 25 y 44 años que dedican a la plataforma una media de 97,8 minutos mensuales.

Este espectacular avance no ha pasado desapercibido para sus competidores, que han empezado a tomar posiciones al respecto. Facebook alcanzaba el pasado 18 de enero un acuerdo con Pinterest por el que se permite a sus usuarios interactuar con los de la competidora y algunos anticipan ya, entre ellos TechCrunch, un posible intento de compra de la joven red social por parte de Google.

image

Funcionamiento

Lo primero que hay que destacar es que Pinterest no ha inventado nada nuevo, aunque en ciertos aspectos sí que ha mejorado lo ya existente. Buena parte de su fortaleza radica en su capacidad visual, que convierte a los vídeos, pero sobre todo a las imágenes, en las auténticas protagonistas de la plataforma.

Surgen aquí nuevos conceptos que conviene explicar. En primer lugar, todo lo que se publica en Pinterest se denomina ‘pin’, por lo que los usuarios son ‘pinners’ y lo que hacen es (españolizando un poco el término) ‘pinear’. Pueden hacerlo directamente en su perfil o creando tablones temáticos, denominados ‘boards’, que permiten distribuir el contenido de un modo sencillo y que a su vez forman parte de unas cuantas categorías generales que organizan todo el contenido de la red social.

En este sentido, Pinterest incluye funciones que ya conocemos por otras plataformas, como la posibilidad de comentar, ‘repinear’, decir ‘Me gusta’ y añadir una localización a los pins publicados, al estilo de Facebook, abrir nuestra información a todo el mundo, como sucede en Twitter, y orientar nuestros gustos y aficiones en base a ciertas categorías bien estructuradas, emulando a Blogger o WordPress.

Obviamente, la importancia que se concede a la imagen hace que Pinterest también guarde ciertas similitudes con Delicious.com, Tumblr, StumbleUpon, Flickr o incluso Fotolog, aunque en este caso la plataforma pasa de ser un mero contenedor de fotografías para convertirse en algo más participativo. De hecho, cada usuario tiene la posibilidad de invitar a colaborar en sus ‘boards’ a los usuarios a los que sigue.

Entre sus principales diferencias radica la posibilidad de fijar un precio a nuestros contenidos (de momento sólo en dólares, por lo que habremos de indicar su traducción a euros) o descargar el botón Pin-it a la barra de nuestro navegador, lo que facilita sobremanera la tarea de ‘pinear’ cosas desde cualquier sitio web que visitemos.

Para facilitarnos el dilema de encontrar ‘pinners’ a los que seguir, la pantalla principal de Pinterest publica los ‘pins’ de las personas a las que seguimos, pero también los de otros usuarios en función de su popularidad. Digamos que la red trata de ajustarse a nuestros gustos, de modo que nos resulte lo más sencillo posible encontrar todo lo que buscamos y, sobre todo, participar, de ahí que algunos hayan definido Pinterest como ‘adictivo’ (una definición tal vez algo exagerada).

Ventajas

Últimamente se han multiplicado las definiciones grandilocuentes respecto a las posibilidades de Pinterest. Ha sido bautizada como ‘el tablón de anuncios del siglo XXI’ o incluso ‘el primer gran paso hacia la web 3.0’, expresiones que tratan de destacar su potencia visual y su capacidad para organizar los contenidos en torno a unos temas y proyectos determinados.

En este sentido, conviene señalar que los vídeos están en Pinterest bastante mejor organizados que en YouTube, pero son muy minoritarios respecto a las imágenes. También ofrece la ventaja de que los contenidos publicados en la red social se encuentran siempre al alcance de todo el mundo, a diferencia de lo que sucede en Twitter, donde nuestras publicaciones terminan diluyéndose.

Y aunque algunos han buscado similitudes entre Pinterest y Facebook, lo cierto es que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Pinterest no es una red social para hacer amigos, sino para compartir gustos, intereses o aficiones en base a imágenes. Aquí los contenidos no están pensados para que los vean nuestros contactos, sino para que estén al alcance de todo el mundo (existe la posibilidad de esconder nuestro perfil en las búsquedas, pero, al igual que ocurre en Twitter, no tiene mucho sentido).

El principal salto cualitativo de Pinterest tal vez tenga que ver con las infinitas posibilidades que ofrece para determinado tipo de negocios y empresas. En este sentido, cualquier firma puede publicar catálogos, ofertas, eventos, etc., organizándolos en ‘boards’, a los que resulta muy sencillo acceder. Por tanto, la compañía ya no tiene que preocuparse de buscar a su público potencial, sino que es éste el que llega a sus contenidos en función de sus intereses (por lo que si vives en Madrid jamás verás anuncios que ofrecen barcos en oferta, como sí ocurre en Facebook).

Dicen que la mayor parte de los usuarios de Pinterest son profesionales de los mundos del diseño, la fotografía o la moda. No es de extrañar, ya que cualquier diseñador gráfico, fotógrafo o infografista puede publicar sus contenidos en la plataforma para que permanezcan accesibles a todo aquél que se interese por los mismos temas, y lo mismo sucede con los amantes de la moda, el coleccionismo o las recetas de cocina, que tienen en Pinterest un tablón ideal para publicar sus productos.

Curiosamente, muchos han hecho de estas ventajas y de la naturaleza mayoritariamente femenina de los usuarios de la plataforma el principal argumento contra la misma. En este sentido, numerosos internautas consideran que Pinterest está orientado hacia el público femenino, una ‘merma’ tan discutible como absurda, ya que, partiendo de la dudosa base de que existan temáticas esencialmente masculinas o femeninas, uno puede publicar un ‘pin’ sobre recetas o abrigos del mismo modo que otro sobre fútbol o coches.

Del cielo al infierno

Aunque espectacular, el éxito de Pinterest no es muy diferente al experimentado por otros sitios web cuya caída fue igual o más rápida que su anterior crecimiento. Tal y como explican los expertos, los nuevos productos crean curiosidad, lo que eleva su tráfico y hace que todo el mundo quiera estar en ellos. Otra cosa muy distinta es que, una vez registrados, los usuarios lo utilicen asiduamente y terminen quedándose.

Desde que nació Internet han aparecido unas 200 redes sociales, de las que sólo han permanecido unas cuantas y pocas pueden considerarse realmente exitosas. Un ejemplo evidente lo encontramos en Quora, también catalogada por ‘Time’ como una de las mejores redes sociales de 2011.

Esta plataforma de preguntas y respuestas experimentó un espectacular aumento de tráfico hasta junio del pasado año, cuando comenzó a caer. Entre las razones, la elevada supervisión que exigía por parte de los administradores para evitar el spam y el hecho de que sólo se pudiera utilizar el inglés, con el argumento de que era necesario “un solo idioma para que todos nos entendamos”. De momento, Pinterest sólo está en inglés, lo que también puede suponer un freno para su crecimiento en España.

Otra red social, Bebo, también registró un espectacular avance en EEUU y Reino Unido, donde alcanzó los 40 millones de usuarios, pasando a formar parte de AOL por la astronómica cantidad de 850 millones de dólares (631 millones de euros). Tiempo después, el número de usuarios se redujo a los 12 millones y AOL no tuvo más remedio que malvenderla a Criterion Capital Partners. Pinterest podría estar atravesando actualmente esa fase de popularidad por la que algún gigante, según algunos Google, podría estar estudiando su compra.

Un caso similar lo encontramos en Gowalla, una plataforma de ‘check-ins’ que pasó de competir con Foursquare a terminar convertida en una guía de viajes basada en la geolocalización, adquirida por Facebook tras el fracaso de Places. De igual modo, Google Wave nació como el gran espacio de comunicación y colaboración en tiempo real del buscador, para terminar diluyéndose en agosto de 2010, año y medio después de su lanzamiento.

No ha sido este el único fracaso de Google, como ponen de manifiesto Buzz y tal vez Google+, que no termina de arrancar pese a los esfuerzos del gigante estadounidense. Lo mismo ocurrió con Chatroulette, un sitio web de videoconferencias que se puso de moda a comienzos de 2010, para terminar diluyéndose como un azucarillo. Y eso por no hablar de Second Life, el universo paralelo en el que todos querían estar entre 2007 y 2009, hoy un lejano recuerdo de que Gaspar Llamazares se atrevió una vez a quemar un retrato de la Casa Real.

En definitiva, todavía es pronto para anticipar si Pinterest emulará el éxito de Facebook o Twitter o si, por el contrario, terminará en un ejemplo más de lo que pudo ser y nunca fue. Una cosa es segura, el éxito inicial no garantiza la consolidación a largo plazo, como ponen de manifiesto muchas de las iniciativas surgidas en la Red durante los últimos años.

itespresso.es