Vergüenza mundial

EVO PEZ Aunque el presidente Evo Morales se empeñe en ver peligros en los medios de comunicación o en el “imperialismo”, lo cierto es que no tiene peor enemigo que sí mismo.

De esto da cuenta una nota de El País de Madrid, titulada “Por la boca muere el Evo”, donde se indica que Morales “Ya demostró hace algún tiempo una evidente incontinencia verbal, cuando afirmó que comer carne de pollo contribuía a que los hombres se volvieran homosexuales, dando por sentado que eso era gravísimo”.

Publicada a raíz de las rimas presidenciales que han logrado trascendencia internacional -ocasionando para los bolivianos una auténtica vergüenza mundial-, en la nota también se dice que el mandatario cocalero “se ha descolgado con unas coplillas no solo machistas, sino de un mal gusto atroz”.



Con las coplas evistas, subraya el periódico madrileño, “Se podría hacer una antología del disparate”.

Y es que, tal como va la cosa, no habrá mejor estrategia para la oposición democrática de Bolivia que hacer y dejar hablar al presidente, cuya desaforada lengua parece estar cavando la sepultura del régimen plurinacional…

Un vaso de plástico

La decisión de la Gobernación cruceña, de transferir el edificio del Seduca al centralismo, despertó numerosas críticas regionales.

Entre ellas la del ex candidato a gobernador, Juan Carlos Urenda, quien señaló con ironía que de las luchas autonómicas sólo quedó “un lindo vaso de plástico” donde guarda su cepillo de dientes, y que se ha vuelto su tortura matinal al recordarle el fracaso al que una dirigencia fallida condujo al proceso descentralizador.

Es que, como bien dijo la periodista norteamericana Helen Thomas, el modelo de los países del ALBA consiste en “gobiernos abusivos y oposiciones torpes”. Lo primero no sería posible sin lo segundo.

Y no se trata de llorar sobre la leche derramada, sino de anotar las experiencias negativas para aprender a no repetirlas…

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