La Cumbre de las Américas se abre por primera vez a debatir sobre drogas

La VI Cumbre de las Américas abrirá por primera vez a nivel continental el debate sobre la necesidad de cambiar las políticas antidroga, tras aceptar la Casa Blanca elevar al espacio público esta discusión a propuesta de Colombia, el país anfitrión, que es uno de los dos grandes productores de cocaína.

imageBolivia: En el cuartel de la Unidad Movil de Patrullaje Rural de Chimoré (UMOPAR), mostraron 393 kilos de cocaína hábilmente camuflada en un camión cisterna, en marzo de 2012.  (Foto ilustrativa Felcn/ABI).

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ha sido uno de los primeros en plantear la necesidad de poner sobre la mesa el problema del narcotráfico en las Américas, donde están los productores de cocaína, las rutas de tránsito y los consumidores.



Y su canciller, María Ángela Holguín, ha dejado claro, en días previos a la cumbre de gobernantes que acogerá Cartagena de Indias los días 14 y 15 de abril que éste "es un problema que afecta a todos", por eso no teme una supuesta "narcotización" de la agenda de esta cita continental.

Los datos avalan la iniciativa: las más de 700 toneladas de cocaína procesadas en 2010 fueron en la región andina, mientras que Canadá, cuyo primer ministro Stephen Harper también estará en la cumbre, es un gran productor de drogas sintéticas, según el Informe Mundial sobre Drogas de la ONU.

Al tiempo, Estados Unidos sigue siendo el mayor consumidor de drogas, mientras crece el consumo en toda América Latina, especialmente en Brasil y las naciones del Cono Sur.

De esas más de 700 toneladas, 350 se produjeron en Colombia y 325 en Perú, según la Oficina de Naciones Unidas para las Drogas y el Delito (UNODC). En 2011, de acuerdo a proyecciones de la Comisión Nacional peruana para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida), Perú habría superado a Colombia como productor.

Una buena parte de la cocaína tiene como destino final EE.UU., Europa y los países emergentes, entre ellos China y Rusia, a donde llega tras recorrer una ruta que pasa por los vulnerables estados centroamericanos y México, dejando un reguero de sangre.

Sólo en México han muerto unas 50.000 personas desde que Felipe Calderón declaró la guerra contra las drogas en diciembre de 2006.

Esta realidad hace pensar a algunos gobernantes de América Latina que las políticas antidroga han fracasado, porque, mientras se mantiene el consumo, e incluso crece en los países emergentes, en las naciones productoras se da un efecto globo y la violencia se expande de forma incontrolada.

En la VI Cumbre de las Américas se analizarán los distintos escenarios y sus consecuencias a medio y largo plazo, como ha planteado el anfitrión, es decir, desde la despenalización hasta el endurecimiento de las penas para los narcotraficantes.

"Solo analizando todos los escenarios se puede observar cuál es la mejor propuesta", afirmó el presidente Santos, después de que la Casa Blanca aceptara que en Cartagena se eleve a lo público esta discusión tras negarse a hacerlo durante décadas.

Y es que pasados más de 40 años desde que Richard Nixon emprendiera en 1971 la "guerra contra las drogas" y creara la DEA, Washington ha gastado más de 2,5 billones de dólares y ha arrestado a más de 40 millones de personas por delitos de narcotráfico y tenencia de sustancias ilícitas, sin los resultados esperados.

Colombia sí ha mostrado avances, al reducir en una década su producción a la mitad debido al Plan Colombia, por el que EE.UU. ha gastado desde 2001 más de 8.000 millones de dólares en el país andino, pero ha traspasado el problema a los vecinos por el denominado "efecto globo".

Además de Perú, por un exponencial crecimiento de la producción de cocaína, los centroamericanos están especialmente afectados por la violencia al igual que México, por eso el presidente de Guatemala, Otto Pérez, ha planteado sin tapujos la despenalización de las drogas como punto de partida para frenar el problema.

Centroamérica buscará los días 9 y 10 de abril, antes de la Cumbre de las Américas, unificar una posición en Tegucigalpa tras las fricciones surgidas por la propuesta de Otto Pérez.

El hondureño Porfirio Lobo hizo la convocatoria tras la fallida cita de Antigua (Guatemala) el 24 de marzo, que marcó la división, ya que Lobo, al igual que sus colegas de Nicaragua, Daniel Ortega, y El Salvador, Mauricio Funes, no se presentaron por desacuerdos con la propuesta de despenalización del guatemalteco.

A esa reunión sólo fueron el panameño Ricardo Martinelli y la costarricense Laura Chinchilla.

Aún con discrepancias habrá debate en Cartagena sobre drogas porque la Casa Blanca está de acuerdo y así lo indica el hecho de que en el último mes viajaran a distintos países de Centroamérica hasta cuatro altos funcionarios de Washington para tratar este espinoso tema, entre ellos, el vicepresidente Joseph Biden.

La canciller colombiana ha dejado claro que si bien habrá discusión sobre drogas no se va a centrar en la legalización exclusivamente, porque entonces "no habrá debate".

EFE (eldeber.com.bo)