Los colonos ponen trabas a la libre circulación por el TIPNIS

Interrogan a los visitantes en una tranca improvisada en Ichoa Los colonizadores controlan quién entra y sale del área. Si la persona es foránea, se investiga qué es lo que hace en el lugar. Incluso guardaparques son parados.
Miriam Telma Jemio / Página Siete

image La mujer se desvía a la derecha para evadir la cadena que atraviesa el ancho de la vía. Foto pequeña: la cadena en el suelo.
A casi 300 metros de Ichoa (Villa Tunari, Chapare), última población de colonizadores dentro del TIPNI   S y a la cual se puede llegar en vehículo, una tranca improvisada en plena vía -por donde la gente transita a pie- se transformó en un punto de control para las personas foráneas que intentan pasar hacia el río Moleto, en cuya ribera está la comunidad indígena San José de la Angostura.
La barrera está formada por dos postes instalados a ambos lados de la vía, unidos por una cadena que está sujetada con un candado. El sitio es resguardado por dos colonos que interrogan a los visitantes, constató una periodista del portal de Página Siete que visitó el lugar hace unas semanas.
Los indígenas van y vienen por el lado derecho de la barrera, que bien podría ser pasada por debajo. Es domingo de encuentros deportivos y ellos no se paran ni nadie se los pide; sin embargo, no sucede lo mismo con los guardaparques del Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) cuando intentan pasar por el lugar acompañados de periodistas.
Uno de los colonos responde el saludo y rápidamente pregunta: “¿qué comisión es ésta?”.
El jefe de Protección del parque Isiboro Sécure, Víctor Guaji, contesta que el grupo está formado por periodistas que van hacia la comunidad San José de la Angostura.
El hombre de la tranca -sin identificarse- vuelve a inquirir: “¿sabe el Gumercindo? (Pradel, dirigente del Consejo Nacional de Indígenas del Sur, al que pertenecen los colonos) ¿Con quién han hablado para entrar?”.
Guaji explica que tiene la autorización del director del parque, Nemecio Yuco, y que puede llamar para preguntarle.
El colono insiste en saber “qué comisión es”. Asegura que llamará para averiguar si sus dirigentes tienen conocimiento. Finalmente dice: “pasen nomás. Si han hablado vamos a saber (cuando vuelvan)”, aunque no quita la cadena.
Los tres guardaparques y sus acompañantes siguen la caminata hacia el río que se encuentra a unos dos kilómetros de Ichoa (población ubicada a 50 kilómetros de Isinuta), para cruzarlo en canoa y llegar a San José.
Al retorno, cuatro horas después, el grupo pasó sin contratiempos. La cadena y el candado estaban en el suelo. El paso fue seguido por la mirada vigilante del colono.
El corregidor de la comunidad San José de la Angostura, Jacinto Yubaruneme, comenta que los colonos “están celosos, (vigilan) si vienen (personas ajenas al TIPNIS) a recoger mala o buena información. Si dicen la verdad de lo que decimos (los indígenas) o sale mal la información o si vienen a mentir”.
A Yubaruneme, sin embargo, le extraña que se haya consultado a los guardaparques, puesto que éstos son conocidos. Explica que “ellos (los colonos) no tienen por qué impedir (el paso) ni pedir explicaciones”.
A Gumercindo Padrel también le extraña que los colonos no reconocieran al jefe de Protección del TIPNIS. Pero al saber que los guardaparques son de la comunidad indígena Santísima Trinidad, reconoce que los habitantes de este lugar no “se llevan bien” con los colonizadores.
En el área, los guardaparques también deben lidiar con los avasallamientos de tierra de los colonos y la pesca ilegal, cuenta Víctor Guaji.
Ese control, hecho en condiciones precarias por falta de presupuesto (el Estado financia el 10%, según informes oficiales), los enfrenta con los colonizadores. Guaji denuncia que incluso destruyeron su campamento en Ichoa, donde -hace tiempo- tenían prohibido ingresar.
Respecto a ese problema, el dirigente Pradel comenta que ya fue solucionado. Sin embargo, en el lugar ya no hay campamento.
Pradel instruyó no dar paso a extraños
Los colonos que controlan el paso en Ichoa hacia la comunidad indígena San José de la Angostura lo hacen instruidos por su dirigente, Gumercindo Pradel.
“Mucha gente entra como turista a investigar cosas y saca informaciones falsas sin que tengamos conocimiento. Es por eso que les digo que ninguna persona extraña puede pasar sin que tengamos conocimiento. Sólo estamos previendo”, afirma Pradel.
Al respecto, el presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, Luis Marca, señala que el libre tránsito es un derecho constitucional y nadie puede privar de ese derecho a las personas.
“Más cuando los guardaparques tienen ese mandato de controlar, no se les puede impedir la libre circulación y libertad de cumplir con sus funciones laborales”, manifiesta.
Marca expresa que de ninguna manera se puede justificar que los colonos actúen de esa manera, además dice que el Ministerio de Gobierno debe investigar los avasallamientos.