Dolorosas lecciones de intolerancia

Alfredo LeigueHoy cuando se acaba el viernes empiezo a escribir estas líneas luego de recibir importantes lecciones de vida. Y a pesar que han sido duras lecciones estoy, aunque con un dejo de amargura, muy conforme por haberlas recibido oportunamente.Primera lecciónBuena parte de los cruceños somos intolerantes al extremo. Condenamos al gobierno nacional por coartar la libertad de expresión y en Santa Cruz se hace lo mismo. Cuando lo que debe primar es el debate se recurre desde el oficialismo local al desprestigio y a confundir el debate público con lo personal. Segunda lecciónEl que no piensa como el oficialismo local es rápidamente calificado de traidor. Típicamente, como en los totalitarismos mundiales y los intentos centralistas bolivianos se intenta acallar los disensos y promover el pensamiento único. El disenso no se lo ve enriquecedor, al que piensa distinto se lo descalifica y se esgrime la unidad para acallar voces y la disidencia se la señala para aplicar castigos sociales. Así que los que hablan de libertad de expresión para demandar su respeto al gobierno, lo hacen de la boca para afuera.Tercera lección La pobreza de argumentos había sido nomás un mal endémico entre los que mas hablan en estos vecindarios. En lugar de ingresar en un impoluto argumento cartesiano y usando los métodos del racionalismo moderno se cae fácilmente en lo anecdótico, en el comentario y en los adjetivos calificativos. Rápidamente se encasilla al otro como no conocedor o ignorante e imposibilitado para opinar endilgando desconocimiento en lugar de preguntar o escudriñar con el afán de encontrar la verdad. Porque la verdad no interesa. Solo interesa la victoria de posiciones, ni siquiera de principios, por que son incapaces de enumerarlos, peor de practicarlos.Cuarta lecciónHabíamos sido expertos en lobbys y presiones. Dije y porque dije, recibí “sugerencias, llamadas y recomendaciones” de espanto. En mi muro aparecieron opinadores con falsas identidades e identidades verdaderas con falsos argumentos. Ha quedado al descubierto que existe un sistema arcaico de inteligencia local pero inteligencia al fin de cuentas que se infiltra en redes sociales y medios en forma tosca pero efectiva para con algunos. Estamos aprendiendo rápido las malas mañas, es una pena.En resumidas cuentas evolucionamos muy rápido como economía pero muy lento como sociedad moderna. Nos cuesta mucho pensar en abstracto y reflexionamos poco. La intolerancia rápidamente deriva en insulto y la muletilla de libertad y democracia sirve para criticar a otros pero no para practicarla entre nosotros. Rápidamente encasillamos al otro y somos eficientes para reventarlo con anónimos o con siniestros, arteros y concertados ataques. Por lo tanto renuncio a ser cruceño de estas épocas. Prefiero adscribirme aunque sea imaginariamente al cruceño de antaño o comprometerme con el cruceño del futuro. Que ojalá sea verdaderamente libre en la prédica y en la práctica. Tolerante con el resto y decidor de lo que piensa. Severo con lo malo y promotor del bien, la creatividad y el espíritu inventor. Y lo más importante, integralmente moderno. No solo emprendedor en lo económico sino sólido en lo intelectual, ubicado en lo político, reflexivo en lo filosófico, articulado en lo ideológico y coherente en los enunciados y los hechos. Sé que el cruceño ideal todavía no ha llegado colectivamente pero algún día prevalecerá, ese día seremos líderes, felices como sociedad, promotores del bienestar y nos miraremos los unos a los otros con “límpida frente y leal corazón”.