El examen de la Declaración de Durban, emanada de la Conferencia Mundial contra el Racismo organizada por la ONU, pone en evidencia los graves equívocos en la concepción del vicepresidente boliviano sobre el mestizaje.El artículo 56 de la misma reconoce “la existencia en muchos países de una población mestiza con diversos orígenes étnicos y raciales y su valiosa contribución a la promoción de la tolerancia y el respeto en esas sociedades, y condenamos la discriminación de que es víctima, especialmente porque la naturaleza sutil de esa discriminación puede hacer que se niegue su existencia”.Esta “discriminación sutil” o “negación existencial” es, precisamente, la que pretende aplicar el régimen capitaneado en el plano ideológico por Álvaro García Linera.Si tenemos en cuenta que Bolivia es signataria de la Declaración de Durban, entonces el diseño actual del Censo viola los convenios internacionales, que según la CPE y la doctrina jurídica universal tienen un estatus supraconstitucional.Es decir, que también en este tema el país se pondría al margen de las tendencias democráticas de la comunidad internacional.Cabrá recordarle al segundo mandatario y sus escuderos, como el increíble viceministro de descolonización Félix Cárdenas, las palabras del antropólogo brasileño Gilberto Freyre: “El mestizaje unifica a los hombres separados por los mitos raciales. El mestizaje reúne sociedades divididas por las místicas raciales y grupos enemigos. El mestizaje reorganiza naciones comprometidas en su unidad y en sus destinos democráticos por las supersticiones sociales”.El debate sobre el mestizaje, aunque le pese al gobierno, no está cerrado y debe continuar hasta que el Censo 2012 tenga un diseño que goce de un amplio consenso social.Bolivia va a mirarse a sí misma mediante ese instrumento, y esa mirada debe estar regida por la transparencia y no por la imposición…[email protected]