Urgente: invertir en educación

Daniel Pasquier RiveroEl presidente posiblemente ha querido dar el ejemplo con la destitución del ministro de agua cuando espetó el ¡No mentirás!, que hizo rodar la cabeza del indígena. Pero hay otros casos que ameritan aplicar la misma medida.Sin observaciones, casi sin intervenciones hasta la mitad de la sesión, los asambleístas del Estado Plurinacional aprobaron de una sentada, medio dormitada, la Ley de la Madre Tierra. Para la gestión del MAS y para el país, un tema fundamental. Que ya entraba tarde a su tratamiento en el hemiciclo. La pachamama es el corazón del proyecto de “proceso de cambio”. Tiene que ver con varios Títulos en la nueva CPE: Derecho al Medio Ambiente, Recursos Naturales, Tierra y Territorio, Desarrollo Rural Integral Sustentable y, por supuesto, con los derechos políticos, económicos y sociales de los bolivianos, ya que “Poblamos esta sagrada Madre Tierra con rostros diferentes y comprendimos desde entonces la pluralidad vigente de todas las cosas y nuestra diversidad como seres y culturas”. Era un buen momento para analizar lo andado y tratar de ajustarse en la nueva ley al espíritu de la Constitución.Nada de eso pasó. Porque en la ALP se da poco espacio a la inteligencia, se maneja más por consigna. Si no, cómo se explica que tantos cerebros no iluminen al menos una mínima reflexión. Manejarse bajo instrucción es renunciar al derecho y a la obligación de legislar con la visión y la intención de recoger ansias y objetivos de todos los bolivianos, recordando que la CPE fue aprobada por la mayoría pero que contó también con un alto rechazo en varias regiones del país.La educación nos conduce a valorar la inteligencia. Se entiende que lo verdadero, lo justo, lo correcto, lo oportuno, etc., son conceptos con matices. Cada situación, llevada a blanco o negro, ha renunciado al esfuerzo intelectual, posiblemente por carecer de evaluación técnica y, finalmente, es fruto del acomodo, es decir, apegarse a lo más cómodo, la instructiva emitida por el considerado superior: el cuerpo de asesores, los redactores de la ley o al mismo Ejecutivo.Los valores democráticos en la picota. Hablan otro idioma, cada uno aparenta entender algo diferente. Se pueden dar diversas definiciones de la democracia pero, si de veras son comprendidos y compartidos, que de ninguna manera pueden conducir a la confrontación, como ha estado ocurriendo los últimos seis años y medio. La educación es una forma de la cultura y, la democracia, es parte de esa cultura. Es decir, sin educación es casi imposible ser demócrata. La vocación de conflicto la tienen personas ajenas a un mínimo proceso o ejercicio analítico de las cosas, del ser humano, la sociedad, de donde los eventos políticos vienen a ser solo una parte del fenómeno social.Contradicen todo acercamiento a la paz social los que de una u otra manera ven en el conflicto la oportunidad de ganar posiciones. En septiembre del 2008 se llegó a amenazar una ciudad de dos millones de almas –como es Santa Cruz-, con un cerco armado, como si desde Troya a la fecha no hubiera ocurrido nada. Cuando el manejo de conflictos ya es una especialidad técnica profesional, sorprende que se alcancen niveles de intolerancia al punto de registrar una masacre como la de Huanuni, o se termine utilizando la fuerza y no la razón en Caranavi.Aunque quizás los puntos altos sean, con mucho, la represión a los indígenas en Chaparina y en las puertas de la Vicepresidencia en La Paz. Varios actores, de uno y otro lado pero, en definitiva, está manifiesta la ausencia de una conciencia de respeto verdadero a la diferencia y al disenso en el campo de la ideas. Curiosamente los aparentes ganadores, por ahora, van siendo los que en su momento recurrieron a la sin razón, por lo que hasta son premiados.De manera gráfica alguien decía que el espejo retrovisor es más pequeño que el parabrisas, que encara el futuro, hacia adelante. Si la historia no es necesaria para avizorar el futuro, “La Paz, tumba de tiranos”, de ninguna manera debe atarnos hasta anclarnos en el pasado. Hacen gala funcionarios, dirigentes y políticos en referirse a un país que no existe: culturas dominantes, en vez de cultura aymara, algo más preciso; dominios territoriales ancestrales, en lugar de altiplano, valles y llanura, con sus diversidades mas allá de lo geográfico, en lo histórico y cultural; regiones y pueblos con posibilidades que trascienden la explotación tradicional de materia primas, y no mencionan la industria sin chimeneas, el turismo, mina de oro casi inexplorada en nuestro país, donde lo pluri y lo multi demuestran ser el máximo patrimonio y la mayor riqueza.Se trata de borrar al mestizo del mapa. INE y gobierno se contradicen. Como si fuera posible sacudirse del 47-72%, según regiones, de la constelación de ciudadanos que componen Bolivia, aunque sea Plurinacional. Según adelantos de encuesta realizados por la revista Poder y Placer (agosto, 2012) solo El Alto es la ciudad boliviana con mayoría autoidentificada como indígena. La falta de conocimiento, de respeto a lo dictado por la razón, conduce a esta situación.Como lo es el empeño en pretender dictar normas de redacción, más que de ética, en la confección de un titular o de la redacción de una nota periodística. Si la intención, en este caso del gobierno, era revisar o redactar una nueva ley para los medios de comunicación, porque le parece que debe adecuarse a nuevas realidades, era mucho más sano socialmente y de menos costo político, el llevar una propuesta distinta a la ALP y plantearlo de frente. Otra arremetida, otro atrincheramiento. Los autoritarios, los radicales, los que pretenden tener en los medios solo una caja de resonancia de la opinión oficial, ganarán calificativos hasta de intentos de dictadura, además de un tremendo desgaste de la imagen del gobierno tanto dentro como fuera del país. Invertir en educación es urgente: la democracia lo exige.El Día – Santa Cruz